CONSTATANDO:
El notorio deterioro prevaleciente en el ordenamiento democrático en la República de Haití, circunstancias que datan de largo tiempo y que acusan características extremas en la actualidad, especialmente luego del magnicidio en que resulto asesinado el Presidente Constitucional de ese País, JOVENEL MOISE.
La evidente inexistencia de capacidad de respuesta institucional haitiana, la cual carece de mecanismos adecuados de gestión gubernamental que resulten suficientes para hacer frente a la actual crisis socio política del país.
El estado de violencia, anarquía y desorden generalizado que mantiene al noble pueblo haitiano sometido a grandes peligros y que hace cada vez más cierto el Estado de inviabilidad de esa nación, situación que tiende a agravarse con el paso de las horas.
La proliferación de las bandas armadas, las cuales siembran la violencia y el terror en la población de ese país, un fenómeno que dificulta la solución al acuciante drama socio político de Haití, y que constituyen un fenómeno altamente perturbador que aleja las posibilidades de pacificación, diálogo entre los actores de la sociedad haitiana y que impide cualquier esfuerzo orientado al ordenamiento de esa nación.
VALORANDO:
Los importantes esfuerzos liderados por el Presidente de la República Dominicana, LUIS ABINADER CORONA, quien ha desplegado importantes gestiones encaminadas a plantear salidas prácticas a la situación de Haití en foros tales como la Asamblea de la ONU, en reuniones oficiales con los Presidentes de Costa Rica y Panamá, y en la búsqueda de consensos internos y externos.
Los pronunciamientos hechos por el Presidente de la República Dominicana, LUIS ABINADER CORONA, así como las múltiples llamadas de alerta hechas por el Jefe del Estado Dominicano respecto de la grave situación por la que atraviesa la República de Haití, en particular en lo referente al hecho de que la solución al drama socio político haitiano no puede descansar sobre los hombros de la República Dominicana.
CONSIDERANDO:
La naturaleza singular que caracteriza la ubicación geográfica de Haití con respecto a la República Dominicana, dada la circunstancia de que ambas Repúblicas ocupan una isla de 76,480 kilómetros cuadrados de superficie.
Que la República de Haití y la República Dominicana son naciones claramente diferenciadas, separadas por una frontera que delimita sus respectivos territorios soberanos, con Gobiernos, constituciones y leyes distintas, cada una con instituciones propias, así como un ordenamiento y un marco institucional diferenciado, una con respecto de la otra.
Que el PARTIDO REFORMISTA SOCIAL CRISTIANO, PRSC, de República Dominicana se ha identificado con los esfuerzos desarrollados por el Gobierno de esa nación, en procura de buscar una salida a la grave crisis que afecta a la República de Haití, y que el PRSC ha expresado su preocupación por las consecuencias que el actual estado de cosas en Haití pudiera acarrear a la República Dominicana.
En consideración de todos estos antecedentes y valoraciones,
EL CONSEJO DE LA ODCA, REUNIDO EL 12 DE NOVIEMBRE DE 2021, RESUELVE:
1.- La ORGANIZACION DEMOCRATA CRISTIANA DE AMERICA, ODCA, expresa su preocupación ante los graves hechos de violencia y la inestabilidad política y social prevalecientes en la República de Haití.
2.- La ODCA, exhorta a los actores políticos y sociales de esa nación a la búsqueda de fórmulas de acercamiento, mediante el dialogo productivo y desinteresado en la procura del restablecimiento del orden institucional y la paz en Haití.
3.- La ODCA, respalda la decisión del PARTIDO REFORMISTA SOCIAL CRISTIANO, PRSC, en la persona de su Presidente Nacional ING. FEDERICO ANTUN BATTLE, de aunar esfuerzos, brindar su colaboración y aportar su experiencia al Gobierno de la República Dominicana, y a las iniciativas impulsadas por el Presidente LUIS ABINADER CORONA, en el análisis, estudio, el diálogo y la búsqueda de alternativas posibles al problema que afecta a Haití.
4.- La ODCA apoya este esfuerzo humanitario bajo la premisa de que la República Dominicana tiene sus propias circunstancias y que el encauzamiento definitivo del noble pueblo haitiano hacia la consolidación de su democracia no puede ser considerado una responsabilidad del pueblo dominicano.