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VENEZUELA | LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE USA LA LEY DEL ODIO PARA PERSEGUIR AL DIPUTADO COPEYANO FRANKLYN DUARTE
Noticiero Demócrata Cristiano
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Aunque el informe de la Alta
Comisionada de la Organización Naciones Unidas, Michelle Bachelet, especifica que para junio del 2019 el Tribunal Supremo de Justicia ha levantado
la inmunidad parlamentaria a 22 diputados de la Asamblea Nacional, entre ellos
a su presidente Juan Guiadó, no se han detenido las acciones contra los
parlamentarios. Un indicativo de ello es que Diosdado Cabello ha
señalado a dos diputados que podrían ser los próximos allanados: Delsa
Solórzano y Franklyn Duarte.
Bachelet dijo de los 22 diputados
que "muchos de ellos han sido acusados de traición, conspiración,
instigación a la insurrección, rebelión civil y asociación, entre otros cargos,
tras el 4 de agosto de 2018, cuando una tentativa de asesinato reportada en contra
del Presidente de la República falló, y el 30 de abril de 2019, cuando el
Presidente de la Asamblea Nacional llamó a las fuerzas armadas a desertar
y a desafiar al Gobierno. Dos diputados se encuentran en detención
preventiva y 16 han buscado protección en Embajadas extranjeras, han
abandonado el país o se han escondido".
Ahora bien, cada semana, el
presidente de la Asamblea Constituyente (ANC) se ha dedicado a hacer
señalamientos contra algún parlamentario, pero en el caso del diputado
Franklyn Leonardo Duarte, la ANC consignó ante el Ministerio
Público una denuncia en su contra "por incitar y promover
el odio por las redes sociales", según dijo el vicepresidente de la
Comisión de Justicia de la ANV, Esteban Arvelo.
Ya lo había dicho la semana
pasada Freddy Bernal, un policía a quien Nicolás Maduro nombró Protector
del Táchira, una figura que no existe en la Ley, pero que ha pretendido
sustituir el poder de la Gobernación del Táchira, que fue ganada por la
dirigente de la opositora Acción Democrática, Laidy Gómez.
Bernal tiene un suprapoder que le
permite dirigir las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), ejerce influencia en
tribunales y fiscalía, se exhibe escoltado con hombres portando armas de
guerra, ha ordenado la detención de cientos de personas, impone leyes a
discreción e incluso ordena sobre los altos mandos de la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana (FANB) en la región tachirense.
No es casual que Cabello, Arvelo
y Bernal se dediquen a declarar que el diputado habría incurrido en
delitos tipificados en la Ley contra el Odio, por escribir unos tuits en su
cuenta.
Duarte es uno de los diputados
más activos que tiene la Asamblea Nacional, especialmente por ser oriundo
de Rubio, pueblo fronterizo del estado Táchira.
Es secretario general del partido
Copei en Táchira y presidente de la comisión Permanente de la Familia en la
Asamblea Nacional, así como presidente de la Sub Comisión de Frontera.
Es el parlamentario de mayor
referencia en la frontera tachirense. Siempre se le ve acompañando a
quienes protestan por el derecho al agua, a la luz, a la gasolina, al gas
doméstico. Su verbo duro ha confrontado con dureza a Nicolás Maduro y
a cualquier otro funcionario del Gobierno. Es reconocido por estar al
frente de las manifestaciones que desde la capital de la República
se planifican para todo el país, principalmente desde que Juan Guaidó
llegó a la presidencia de la Asamblea Nacional.
Hay decenas de evidencias de los
enfrentamientos que ha tenido el diputado Duarte con funcionarios militares,
especialmente en la frontera donde el problema del suministro de gasolina ha
llegado a mantener casi paralizado el estado.
No hay duda alguna que para el
Gobierno y principalmente para la Constituyente, Duarte se haya convertido
en un objetivo, por haberse diferenciado radicalmente de muchos
diputados. Es de los que hace trabajo presencial, en las calles, llega a
las colas de las bombas de gasolina, va a los hospitales, se presenta a los
mercados, reclama en los centros de distribución de gas y denuncia con firmeza
a los funcionarios sin importar si son de alto o bajo nivel, exigiendo el
cumplimiento de los derechos de los ciudadanos.
Aunque lleva años en su trabajo
de calle, Duarte ha sido un parlamentario poco vistoso para la prensa
nacional, pero ni así para la regional. Gracias a su trabajo, que difunde
constantemente por su cuenta de Twitter @FranklynDuarte_,
se conocen muchos de los excesos que han cometido las fuerzas militares y
policiales en la región, el avance de la guerrilla y los paramilitares, así
como los llamados "colectivos" al servicio de intereses políticos del
partido de Gobierno.
Ha sido víctima de amenazas por
parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que marcó su vivienda como
enemigo de la revolución, sin que el Ministerio Público, tratándose de un hecho
público, notorio y comunicacional, haya realizado ninguna investigación al
respecto, aún tratándose de las amenazas contra un diputado nacional.
Tampoco los cuerpos de seguridad le prestaron protección.
Han pretendido atemorizarlo con
inventos judiciales y con informaciones falsas. Pero algo ha quedado muy
evidente. Nuevamente se vuelve a usar la Ley contra el Odio por la Convivencia
Pacífica y la Tolerancia, también conocida simplemente como Ley contra el
Odio, para juzgar y encarcelar a una persona incómoda o que molesta al
Gobierno de Nicolás Maduro.
Esa Ley fue aprobada por la
Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y publicada en la Gaceta Oficial Nº
41.274, del 8 de noviembre de 2017. Hay que recordar que la
ANC es un ente con la grave falla de legitimidad en su origen, ya que no se
consultó para su convocatoria, sino que Maduro se arrogó esa potestad.
Ha resultado la Ley contra el
Odio un instrumento para atacar selectivamente a enemigos del
Gobierno, porque no le ha sido aplicada a ningún afecto a la revolución
Bolivariana.
Por ejemplo, hay que destacar que
la diputada María León (PSUV) dijo en la Asamblea Constituyente que allanarle
la inmunidad a Juan Guaidó no es suficiente y se preguntó: "¿Cómo se trata
a los traidores a la patria?". La respuesta de los constituyentes fue
gritar: "Paredón, paredón".
Ahora la Asamblea Constituyente
va por el diputado número 23 para inhabilitarlo, porFranklyn Duarte, uno de los
diputados más aguerridos de la Asamblea Nacional. ¿El objetivo? Sin duda,
silenciar la voz parlamentaria que más se oye en la frontera. La excusa es la
Ley contra el Odio.
TOMADO DE INFOBAE.COM