La dirigencia de
La festividad inició con varias actividades desde la noche del jueves 24 de junio, incluyendo un festival de canciones inéditas relativas al 25 de junio del año 1975, cuando el ejército y la policía, en complicidad con ganaderos y terratenientes de aquella época, masacraron a los religiosos y campesinos que ese entonces reclamaban tierras.
Las víctimas mortales fueron los sacerdotes Casimiro Sipher (estadounidense), Iván Betancourt (colombiano), María Elena Bolívar (colombiana), Ruth García Marroquín, Juan Benito Montoya, Lincoln Coleman, Bernardo Rivera, Fausto Cruz, Óscar Ovidio Ortiz, Máximo Aguilera, Arnulfo Gómez, Francisco Colindres, Roque Andrade y Alejandro Figueroa.
Ayer hubo un desfile de campesinos y democristianos que inició en el histórico edificio Santa Clara, ubicado en el barrio Belén y testigo mudo de los hechos violentos de 1975, luego recorrió las principales calles hasta llegar a la iglesia catedral en el barrio el centro de Juticalpa.
Presidieron la marcha el ministro de Trabajo y ex candidato presidencial del PDCH, Felícito Ávila; el diputado Orles Solís; el regidor capitalino Carlos Alberto Andino Benítez y los dirigentes políticos Lucas Aguilera y Flavio Nájera.
Pero la lucha por obtener mejores condiciones de vida para los pobres no es de
Boulang, de 80 años y residente en la región de Normandía, Francia, llegó a Olancho en el año 1974. Luego de los hechos violentos estuvo cautivo algún tiempo, cuando lo liberaron volvió a Olancho para presidir
En 1978, el sacerdote abandonó el país con destino a Francia, luego de que las autoridades hondureñas no le renovaron su permiso de residencia, acusado de simpatizar con los grupos de izquierda.
"Cada año, para esta época, sentimos que el sufrimiento se acrecienta por la desaparición física de nuestros seres queridos", clamó don Francisco Ortiz, de 95 años, oriundo de la aldea Jutiquile, Juticalpa, y padre de Oscar Ovidio Ortiz.
La historia recoge que hace tres décadas y media en la hacienda de Manuel Zelaya, padre del ex presidente de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, fueron asesinadas las 14 personas.
Los asesinados se dirigían a Tegucigalpa a participar en
Del crimen, los tribunales de justicia encontraron culpables al Mayor José Enrique Chinchilla, subteniente Benjamín Plata, Manuel Zelaya y Carlos Bahr, quienes fueron remitidos a
Sin embargo, salieron libres en 1980 favorecidos por indulto otorgado por el gobierno.