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OPINION - PANAMA | MILTON HENRIQUEZ, PRESIDENTE PARTIDO POPULAR: EQUILIBRIO

Editor Noticiero DC |

En este fin de semana participé en dos eventos muy significativos que llaman a la reflexión. Uno fue el seminario internacional sobre ‘Cambio Climático’ organizado por el Partido Popular, la Fundación Konrad Adenuer y el IPADEHM; el otro fue el aniversario 25 de la fundación de la Cruzada Civilista que sirvió de marco para homenajear al Dr. Ricardo Arias Calderón y, a través de él, a todas las panameñas y los panameños que lucharon por la Democracia.
En el primero, aprendí que la naturaleza nos da cierto ‘margen de error’ luego de lo cual sobrevienen los procesos de destrucción irreversible. En el segundo, aprendí lo mismo.
Las conductas humanas irresponsables están produciendo distorsiones en el sistema climático que están aumentando la temperatura mundial. Este aumento de temperatura empieza a tener efectos sobre las cosechas, produce inundaciones en algunas partes y sequías en otras; los cambios en los rendimientos de las cosechas y en la disponibilidad de agua para consumo humano, así como la posibilidad de que territorios enteros queden sumergidos, pueden generar desplazamientos poblacionales muy perturbadores para la paz mundial. Tenemos un deber con la creación; el mandato no es el de someter el mundo y explotarlo, si no de cultivar el mundo y mejorarlo. Hay un límite para lo que podemos hacer sin causar daños irreversibles y hay tiempos necesarios para la aclimatación de dichos cambios. Lo que hagamos o dejemos de hacer lo pagaremos nosotros o nuestros hijos o nuestros nietos.

La democracia es igual. No es una condición que crece silvestre, ni se puede dejar librada a la ‘Ley de la Selva’. Tampoco se puede dejar a las fuerzas del capital o de la bota militar. El Dr. Arias Calderón nos advirtió que así como la militarización de la política produce dictadura, la privatización de la política produce plutocracia. Es solo a través de la ciudadanización de la política que se produce la democracia. Esto implica que hay que participar organizadamente para rescatar la política de quienes la quieren convertir en una competencia de chequeras y no de ideas.
Tenemos un mandato para con el mundo: entregar a nuestros hijos un mundo mejor del que encontramos. Esto lo podremos lograr si participamos en la política con vocación de servicio y en el gobierno con responsabilidad histórica. Si gobernar es la ciencia de proveer lo necesario para la sociedad, la política es el arte de hacer posible lo necesario. Para salvar el mundo y salvar la democracia necesitamos aplicar equilibradamente esa ciencia y ese arte bajo la ética.