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OPINION - CUBA| LAS AMENAZAS DE UN PAYASO FRUTRADO

Editor Noticiero DC |

POR Mario Hechavarría Driggs, periodista independiente.
En la lotería (juego de azar en Cuba), cuando se combinan dos números consecutivos y se coge dinero, se dice, que uno se ganó un Parle, eso mismo  pensaron, los Sres.: Félix Antonio Salazar Menéndez, Silverio Portal Contreras, y quien escribe, Mario Hechavarría Driggs, cuando indistintamente fuimos citados para la estación de policías de la calle Dragones en la Habana Vieja, por un oficial de la Seguridad del Estado llamado Tomás, quien dice ser el jefe de la unidad de enfrentamiento a la disidencia, más conocida como sección 21.
En los tres casos no fueron citaciones de cortesía, sino intimidatorias donde el denominador común fue la prohibición, bajo amenazas, que de desobedecer serían “ultimados a balazos”, si continuaban asistiendo los domingos a la Iglesia de Santa Rita y denunciando las violaciones de los derechos humanos,….”Ya lo saben, la  sangre va a correr”.

Otra de las idioteces que comunico el G2 Tomás, dentro de la larga parrafada que nos dirigió, que por la similitud de cada caso tal parecía un guion de una Telenovela mal escrita,  fue que él iba a destruir al movimiento Damas de Blanco.
Se desconoce si esta bufonada, fue en cumplimiento de una directiva o producto a una manifestación circense que como semilla frustrada,  esconde en su subconsciente este discípulo del payaso “Papitas Fritas” del Circo Cubano.
Pero nosotros y para su bien,  debemos aclararle dos cosas:
‘’No creemos en amenazas, pues desde que integramos el movimiento opositor,  hemos aprendido a vivir bajo la amenaza permanente de los órganos represivos de, el mal gobierno cubano  y sinceramente ya estamos curados de espanto”
“Y por otra parte, queremos recordarle al Sr Tomas “jefe de la unidad de enfrentamiento”, que su empeño de querer destruir al movimiento femenino, Damas de Blanco Laura Pollan, es una quimera ya que los símbolos no pueden ser destruidos, porque regeneran de sus propias cenizas… como el Ave Fénix.
Reconocer esto, es de sabios.