Tal como lo he señalado en el documento titulado “Repuesta Global a una Amenaza  Global” que hice llegar, en septiembre de 2008, a altos responsables políticos, a miembros del cuerpo diplomático, organismos internacionales (ONU, OEA, FAO, UNESCO, etc.), a las Internacionales políticas y a especialistas en la materia, el acceso al poder de Don Daniel Ortega no es un hecho aislado de la vida política de un pequeño país, sino una pieza clave de un plan estratégico de dominación regional que afectaría no sólo a Centroamérica sino, también, a México con consecuencias previsibles en el propio territorio de los Estados Unidos.

Desde esta perspectiva, la creciente degradación de la situación política y de la estabilidad económica y social de Nicaragua, la clara amenaza de una reelección de Don Daniel Ortega en abierta violación a la Constitución de la República, el intolerable desprecio de reglas esenciales del Estado de Derecho y otras medidas arbitrarias e ilegales de orden político y administrativo, tendrán – y ya están teniendo - repercusiones negativas, potencialmente graves, en el mundo democrático. Esto incluye, no sólo a los países de nuestro continente, sino, también, a la más vasta e importante zona democrática del universo y de la historia de la humanidad que es la Unión Europea.

Para ilustrar y refrescar la memoria de nuestros legisladores y dirigentes políticos, agrego a los elementos mencionados arriba, los siguientes elementos de fundada objetividad: 

-          La decisión del Ejecutivo de reservarse la administración directa de una amplia zona limítrofe  con Honduras en uno de los Departamentos del Norte de Nicaragua. A través de ese enclave han estado entrando y saliendo a y de Honduras elementos nicaragüenses y de otros países que han incidido en la grave crisis derivada de la destitución del ex-Presidente Zelaya. 

-          El gobierno de Daniel Ortega mantiene relaciones de estrecha colaboración con países de diversa importancia y con grupos anti-democráticos, no pocas veces con antecedentes terroristas, tanto de Europa como de América Latina y de Asia. Las embajadas de dichos países han aumentado considerablemente su personal acreditado en Nicaragua algunos de cuyos miembros, al amparo de su inmunidad diplomática, se desplazan libremente por todo el país realizando actividades en pro de intereses políticos y económicos con frecuencia contrarios a los del pueblo nicaragüense.

-          Paralelamente, Rusia, Bielorrusia, Irán y China continental se han posicionado con fuerza en Venezuela la cual se ha convertido en su mayor comprador de armamento.

-          Se han producido incursiones de personal militar y de inteligencia ruso en nuestro territorio bajo diversos disfraces y pretextos.

-          La presencia en nuestro territorio de numerosos agentes cubanos y de otros países, disfrazados de promotores de salud o de alfabetización, siendo en realidad agentes de inteligencia que están estableciendo una red de colaboradores e informantes y, posiblemente, plantando sofisticados dispositivos de observación y transmisión.

¿Por qué nuestra querida Nicaragua, tan pequeña y empobrecida, es tan codiciada? Entre las múltiples razones, citaremos las siguientes:

-          La existencia de yacimientos petrolíferos explotables en nuestra plataforma continental y/o en nuestras aguas territoriales, así como de ricos yacimientos de oro y/o metales  estratégicos (esto último, pendiente de confirmación)..

-          La centralidad geográfica de Nicaragua y la existencia en nuestro territorio de lugares remotos, de difícil acceso, en medio de selvas casi impenetrables que se prestan para operaciones encubiertas.

-          La probada factibilidad técnica y financiera del Gran Canal por Nicaragua como proyecto estratégico, de expansión comercial y financiera y el cual interesa a empresas norteamericanas, rusas y del Estado de China Continental. El otorgamiento de la concesión territorial requerida para la construcción del canal a una potencia con intereses estratégicos competidores de los Estados Unidos, necesariamente implicaría la instalación, por la potencia beneficiaria de la concesión, de misiles balísticos de mediano y largo alcance,  portadores de cargas nucleares, apuntados a importantes ciudades e instalaciones militares de los Estados Unidos.

Europa, que ya está visiblemente contrariada por el acceso de Ortega al poder por medio de un fraude (ver mi artículo: “Un gobierno de facto producto de un fraude”, publicado en La Prensa el 27 de junio de 2008) y por su decisión, sobradamente documentada, de recurrir al fraude como método privilegiado para conquistar y retener el poder a nivel nacional, municipal y regional, se considera engañada y manipulada por el actual gobierno. 

La Unión Europea está, además, ofendida y escandalizada por el desprecio del Gobierno de Ortega hacia sus adversarios políticos y hacia las reglas del juego democrático como lo demuestra la seudo-decisión adoptada por un puñado de magistrados de la Corte Suprema de Justicia, reunidos al amparo de la noche, mediante una convocatoria manipulada y excluyente, pretendiendo reformar la Constitución Política de la República para, supuestamente, declarar inconstitucional el artículo 147 numeral 4), inciso a) de la Constitución de la República que expresamente prohíbe a cualquier persona, sin ninguna excepción, ser candidato a la presidencia por un tercer período lo cual excluye cualquier proyecto reeleccionista de Don Daniel Ortega.   

Las reiteradas ofensas proferidas por Don Daniel Ortega y por los voceros de su administración en contra de Europa en su conjunto y de países europeos específicos, incluyendo a aquellos que han donado al Estado y favorecido al pueblo de  Nicaragua con sumas multimillonarias en concepto de apoyo presupuestario y proyectos de desarrollo, han excedido el límite de lo tolerable. Don Daniel Ortega y sus voceros achacan a Europa su pasado colonialista y cargan a varios de los países europeos más importantes de epítetos denigrantes e insultantes que van desde llamar “paisucho” a Holanda hasta calificar a los países europeos en bloque de “agentes del capitalismo global y explotador” (sic). De los insultos no se ha escapado ni el Nuncio Apostólico Mons. Globel ni la enérgica y afable Embajadora de Suecia Eva Zetterberg cuya excepcional ejecutoria y calidad profesional le granjeó la gratitud y simpatía de todos los sectores de la sociedad nicaragüense. Cuando aún resonaban en los medios de difusión orteguistas, los insultos de personeros del Gobierno de Don Daniel Ortega hacia la Embajadora Zetterberg, el Gobierno de Suecia - país civilizado, próspero y solidario - nombró Embajadora en Chile a dicha Señora, poniendo así de manifiesto tanto el aprecio del gobierno sueco hacia su distinguida diplomática como su opinión sobre la incompetencia y rudeza de los funcionarios de la Cancillería del Gobierno de Nicaragua a todos los niveles.

La inconformidad de Europa se ha traducido, entre otras cosas, en la clausura o compactación de embajadas con o sin explicación, en la retardación del nombramiento de embajadores, en el anuncio de mayores recortes o la supresión total de la ayuda presupuestaria y en la transferencia a respetables organizaciones de la sociedad civil de programas, hasta ahora, en manos del Gobierno. Desde esa perspectiva deben también evaluarse las repetidas retenciones de la Embajadora de Nicaragua ante la ONU en el aeropuerto de Nueva York, por funcionarios del Departamento de Inmigración. (Las prontas y hábiles explicaciones de la Embajada norteamericana en Managua no pueden ocultar la sustancia del mensaje). 

Si en Nicaragua se desencadenara un nuevo conflicto civil, de lo cual ya hay indicios preocupantes, éste tendría, desde el inicio, connotaciones internacionales. En efecto, iría acompañado por focos de rebelión en Honduras (hecho tanto más probable cuanto tratan de curarse en salud y negarlo precisamente los encargados de prepararla). Por otro lado, de producirse la “chavización” de México como resultado de las próximas elecciones, con el eventual acceso a la Presidencia, de una persona con características similares a las del rocambolesco Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, se produciría en la frontera entre México y los Estados Unidos un verdadero “tsunami” de inmigrantes ilegales además de los poseedores de visa que entrarían legalmente por tierra, mar y aire. La presión de la marejada humana impactaría con tal número y fuerza en el sur de los Estados Unidos que el muro fronterizo resultaría perfectamente inútil. Dicha masa de inmigrantes se desbordaría e impactaría en los estados fronterizos, requiriendo medidas proporcionales – incluyendo el despliegue de fuerzas especiales - con las consecuencias predecibles. Según datos difundidos en publicaciones europeas a las que tuve acceso a inicios de los años 90, mientras participaba en París en un Congreso Internacional de la Internacional Demócrata Cristiana (IDC) en la propia sede de la Asamblea Nacional de Francia, desde hace varios años han sido plantados en territorio estadounidense agentes especializados y agitadores de origen o apariencia hispana, incluyendo a algunos nicaragüenses (mencionados por nombre en el informe en referencia), entrenados para exacerbar, estructurar y manipular a los actores y promotores de esa agitación obligando a los Estados Unidos a  atender esta situación con personal y recursos cada vez más numerosos y contundentes.

Este escenario - que no por inédito es menos plausible - obligaría a los Estados Unidos a sustraer atención, personal y recursos de Afganistán y de Irak y envalentonaría a Irán (aliado de Chávez y de Ortega), acentuando el peligro de acciones agresivas en contra de Israel. Ahora bien, cualquier reducción de la presencia norteamericana en el Cercano y Medio Oriente exigiría de Europa el envío de tropas y de equipamiento militar adicional, obligando a los países con mayor peso en la OTAN a realizar desembolsos multimillonarios y provocando encendidos debates y movilizaciones multitudinarias en dichos países, similares a los que marcaron los últimos decenios de la Guerra Fría.

Rusia aprovecharía para fortalecer su posición en Abjasia y Osetia del Sur. (¿Entendemos ahora, la razón por la cual los flamantes presidentes de dichos países títeres de Rusia, creados por Moscú en flagrante violación del derecho internacional, han venido a Nicaragua con el pretexto de las efemérides sandinistas del 19 de julio recién pasado y por qué Don Daniel Ortega se apresta a visitar dichos países donde, presumiblemente, le serán entregados en mano planes específicos para acontecimientos venideros?   

Aunque algunos, poco avezados, se apresurarán a declarar los escenarios anteriores como mera fantasía, en el breve discurso pronunciado en esa misma ceremonia de auto-complacencia del orteguismo el 19 de julio recién pasado, Don Ramiro Valdés, Vicepresidente de Cuba, se ha encargado de contradecirlos. En su intervención, Don Ramiro Valdés (nada menos que fundador y organizador del G-2 cubano) reveló – ¿imprudencia o advertencia? – que lo que está sucediendo en nuestra región forma parte de un plan global que se viene fraguando desde antes de que se desplomara y disolviera la Unión Soviética y de cuya implementación se están encargando, ahora, directamente los hermanos Fidel y Raúl Castro, Hugo Chávez y la pareja gobernante de Nicaragua, con apoyo de operativos de la ex-Stasi, de la ex-KGB y del propio G-2 cubano.   

Los pasos en curso o de próxima implementación, que el Gobierno de Ortega está adoptando para darle el zarpazo final a nuestra endeble democracia están a la vista:

-          Radicalización acelerada y endurecimiento a nivel interno que se pretende ocultar bajo la acumulación de consignas que van desde la apropiación abusiva del mensaje cristiano hasta la proclamación totalmente artificial y ridícula de una supuesta prolongación de la fallida revolución del 79, frustrada y traicionada por los mismos que pretendían promoverla.

-        Defenestración de alcaldes, no sólo del sector democrático sino también de algunos impuestos por medio del fraude en las elecciones municipales del 9 de noviembre de 2008, que se resisten a las pretensiones del gobierno central de imponérseles arbitrariamente y suprimir su autonomía por medio de los Comités y Gabinetes del Poder Ciudadano.

-          Las amenazas a Arnoldo Alemán y Eduardo Montealegre por medio de los gigantescos cartelones de ambos que durante varios meses han dominado las carreteras del todo Nicaragua, calificándolos de “ladrones” y pidiendo sus cabezas, así como los miles de afiches con fotos de decenas de parlamentarios democráticos, también calificados de “ladrones”, afiches que todavía siguen pegados en muros y en postes del tendido eléctrico  y telefónico de todo el país. (Nunca entendí, ni entiendo ahora, por qué las personas afectadas no adoptaron, con prontitud y contundencia, ni han dado señales de intentar medidas legales internas e internacionales, medidas que son conocidas, incluso, por simples estudiantes de derecho, para denunciar y obtener el justo castigo de tan intolerable abuso de poder.)

-         La inminente instauración oficial de los Gabinetes del Poder Ciudadano como un Estado paralelo. Los presidentes de dichos Gabinetes ya están operando en los Ministerios, Entes del Estado y Alcaldías donde hacen sentir su poder al imponer como requisito para cualquier decisión o trámite de cierta importancia su autorización y sello, ante los cuales se doblega la misma Policía. Dichos Presidentes y sus Gabinetes que son nombrados y manejados desde el despacho de la Primera Dama, están sólo esperando la señal desde la residencia privada de El Carmen de la familia Ortega-Murillo para pasar a los hechos, asumiendo la conducción pública y diaria de los Ministerios y Alcaldías regidas o no por Alcaldes de partido FSLN, con lo cual quedaría suplantado el Estado Republicano por el estado-del-Alba-poder-ciudadano.

         Se consumaría así - frente a nuestros propios ojos, mientras la OEA mira distraídamente  en otra dirección - un golpe de Estado perpetrado desde el Estado y con los recursos del Estado por un Presidente que nunca ha demostrado haber sido electo, instaurando un Estado filo-chavista y pro-castrista a cuya cabeza Don Daniel Ortega está decidido a “reelegirse” indefinidamente haciendo trizas la Constitución de la República y todo vestigio de Estado de Derecho. En otras palabras el Ejecutivo se apresta a dar un golpe fatal en contra del pueblo soberano al cual juró servir y defender. Presenciaríamos así al Estado Republicano que representa y encarna a la Nación, secuestrado por entidades extrañas a la organización del Estado prevista en la Constitución Política de la República. Dichas entidades serían organizadas y mandatadas (como es ya el caso de buen número de Alcaldías y Ministerios) desde la Secretaría de Comunicación y Ciudadanía que dirige la Primera Dama que, no pocas veces, pareciera ser el verdadero Ejecutivo. 

Las amenazas en contra de las iglesias ya han comenzado, principalmente, contra la Iglesia Católica, siendo ésta el principal muro protector con el que contamos y el principal obstáculo para la realización de las pretensiones totalitarias de Don Daniel Ortega. También otras iglesias, entre ellas, los Testigos de Jehová, están siendo objeto de presiones extremas sobre lo cual tengo datos específicos que han sido depositados en lugar seguro, previendo el caso de que atentaran contra mi libertad o mi integridad personal como ya lo hicieron a inicios de los años 80, cuando ejercía la función de Coordinador Nacional de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), sin lograr amedrentarme ni silenciarme y sin lograr destruir o ilegalizar a la propia CPDH como era su claro objetivo.

Al igual que entonces, debemos los patriotas mantenernos de pié frente a un poder que ha demostrado no reconocer más autoridad que su propia voluntad. Debemos mantenernos serenos y confiados, amparados y cubiertos con la coraza de la verdad y del amor a nuestra Patria, con la seguridad de que los opresores de nuestro pueblo se estrellarán contra la roca que nos ampara que es Cristo – ese Cristo humilde, poderoso y cercano que no tiene nada que ver con las manipulaciones mentirosas y blasfemas de su Santo Nombre pregonadas desde innumerables y costosísimos rótulos – y se estrellarán también contra esa otra roca indestructible que somos todos nosotros, el pueblo de Nicaragua, unidos en la defensa de nuestros derechos humanos y de nuestra Constitución.

José Esteban González Rappaccioli

Fundador de la CPDH

Candidato a Procurador Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos de la

República de Nicaragua