Las generaciones recientes quizás recuerden al dos veces presidente de Venezuela Rafael Caldera Rodríguez, por el sobreseimiento de la causa a un grupo de militares participantes de la intentona golpista del 4 de febrero de 1992, pero esa fue sólo una de las miles de decisiones que tomara el ex mandatario por su apego a las leyes y a toda una vida dedicada a la democracia venezolana.
Caldera, quien falleció el pasado jueves, a las dos de la mañana, a sus 93 años, en Tinajero, su residencia de la urbanización Los Chorros, tras una larga lucha contra el mal de Parkinson, dejó un mensaje en el que pidió perdón por sus errores. "Asumo con responsabilidad mis acciones y mis omisiones y pido perdón a todo aquel a quien haya causado daño", señaló en la misiva.
Expresó su deseo de que el país viva en "libertad, con una democracia verdadera donde se respeten los derechos humanos, donde la justicia social sea camino de progreso. Sobre todo, donde podamos vivir en paz, sin antagonismos que rompan la concordia entre hermanos".
"Procuré tener el corazón cerca del pueblo y me acompañó siempre el afecto de mucha gente. He tenido adversarios políticos; ninguno ha sido para mí un enemigo. He intentado actuar con justicia y rectitud, conforme a mi conciencia. Si a alguien he vulnerado en su derecho, ha sido de manera involuntaria", señaló en su mensaje póstumo quien gobernó el país entre 1969-1974 y 1994-1999 y optó seis veces por
El estadista, político, jurista, sociólogo, profesor universitario y ensayista nació en San Felipe, estado Yaracuy, el 24 de enero de 1916. En 1946, fue cofundador del Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei), que lo llevó por primera vez a
Desde entonces y hasta 1993, el gobierno se alternó entre Copei y el partido socialdemócrata Acción Democrática (AD). Fue el propio Caldera el que rompió esa alternabilidad. En las elecciones generales de 1993, se convirtió en Presidente por segunda vez sin el apoyo de Copei pero con el de Convergencia, partido que fundó para tal fin, y 17 organizaciones y dirigentes que en el pasado habían sido sus rivales.
Durante su primer gobierno, Caldera logró que grupos guerrilleros depusieran la lucha armada y los persuadió a pasar al frente político. Veinte años después, algunos de esos grupos fueron su apoyo electoral en 1993. Su primer mandato también es recordado por el allanamiento y cierre de
Sus orígenes Huérfano de padres, Rafael Antonio Caldera Rodríguez -su nombre completo- fue adoptado por una familia del estado Yaracuy que no escatimó a la hora de inculcarle desde temprano la religión católica.
En San Felipe realizó sus estudios de primaria, pero luego los continuaría en el colegio de los jesuitas de San Ignacio de Caracas. Y con no poco brillo.
A los 19 años, reseñan sus biógrafos, se gana el Premio Andrés Bello de las Letras por su coherencia y buen uso de la lengua, así que el entorno familiar comienza a pensar que Caldera se convertiría en realidad en un hombre de letras. Pero es en
En la misma UCV obtiene el título de doctor en Ciencias Políticas, con una tesis sobre Derecho del Trabajo que, según sus biógrafos, da indicios de cuáles eran entonces su inquietudes en torno al entendimiento de las necesidades del pueblo. Hoy muchas de sus propuestas quedaron plasmadas en la legislación laboral y son consideradas conquistas de la clase obrera.