Varias asociaciones de exiliados cubanos en España han expresado a EFE su deseo de que el ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, se reúna con los disidentes al régimen castrista en su visita a
Una aspiración que, en declaraciones a EFE, han exteriorizado los representantes de diversas organizaciones anticastristas en Madrid, como el Movimiento Cristiano de Liberación,
Carlos Payá, hermano y portavoz del opositor Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación, ha recordado que, en anteriores visitas, Moratinos "dejó patente" que no tenía ningún interés en contactar con los disidentes.
Si el Gobierno español "ha cambiado de postura", que sea éste el que tome la iniciativa de convocar alguna reunión con los opositores, ha subrayado Payá, convencido de que debe de ser Moratinos quien se plantee si debe verse o no con los disidentes.
Además, ha querido transmitir a Moratinos una invitación de parte de su hermano: "Si el ministro quiere ir a misa en
Más explícito en sus reclamaciones ha sido el presidente de
Vandama también quiere que el ministro español exija a Fidel y a Raúl Castro el restablecimiento de la democracia y la convocatoria de elecciones libres, que cuenten con la presencia de observadores internacionales.
En esta misma línea, ha reclamado que se tenga el mismo comportamiento con la "dictadura" castrista que con el régimen de facto instalado en Honduras, por ejemplo.
Rigoberto Carceller, de
Las opciones del ministro son, según las palabras de Carceller, contactar con los opositores, que son "los defensores de los derechos humanos", o "coquetear con el régimen".
Para la presidenta de
Con todo, ha indicado que le da "pena" que un ministro que representa a un Gobierno democrático como el español "se pueda someter a eso", porque muestra "cierto signo de debilidad o, en el peor de los casos, que está de acuerdo con el régimen".
En su anterior visita a Cuba, en abril del año 2007, el ministro español no se reunió con los disidentes cubanos, una decisión que los principales grupos opositores interpretaron como una "traición".