URUGUAY | DECLARACION DEL PARTIDO DEMOCRATA CRISTIANO EN SU 60 ANIVERSARIO
Hace exactamente 60 años, un 25 de febrero de 1962, nacía una esperanza para el Uruguay. Con raíces en la Unión Democrático Cristiana fundada por Eduardo Cayota en 1904, en el compromiso social y político con los sectores populares, y de las entrañas de la vieja Unión Cívica del Uruguay, bajo el liderazgo del abogado laboralista Américo Plá Rodríguez, surgía el Partido Demócrata Cristiano (PDC), un partido político moderno, ideológico (humanismo cristiano), programático, con un proyecto histórico liberador. Constituía una alternativa cierta al desgobierno de los partidos tradicionales dominados por la fragmentación y las disputas internas, el caudillismo y la indefinición programática e ideológica, en el marco de una profunda crisis socioeconómica por la que atravesaba el país, necesitado ya de una respuesta enérgica y contundente desde el mundo político. El éxito no fue inmediato, pero el camino era largo.
Desde el principio el PDC reivindicó su naturaleza de partido de ideas, de hombres y mujeres comprometidos, ideológica y doctrinariamente, con su pueblo, participando desde los más diversos ámbitos como la academia, los sindicatos, los gremios estudiantiles, las organizaciones sociales y territoriales. Con el liderazgo de Juan Pablo Terra el Partido desarrolló un profundo análisis de la realidad nacional, construyendo programas y propuestas para y con la ciudadanía, aportando desde el parlamento proyectos de ley que pudieran transformarse en políticas públicas que impactaran positivamente en la población (como la ley de Vivienda de 1968), y también ejerciendo su rol de oposición firme y responsable denunciando abusos, delitos y violaciones a la Constitución y los Derechos Humanos en los duros años que antecedieron a la dictadura.
Desde el año 1968, bajo el liderazgo de Juan Pablo Terra (presidente del Partido), el PDC asumió un rol protagónico en el proceso de unidad de las fuerzas democráticas, progresistas y de izquierda del Uruguay enfrentadas a los desbordes autoritarios del gobierno de la época encabezado por el colorado Pacheco Areco. Dicho proceso desembocó en la conformación del Frente Amplio cuya acta de fundación fue firmada el 5 de febrero de 1971.
Durante los oscuros años de la dictadura cívico-militar el PDC resistió, dentro y fuera del país. Y sus militantes territoriales, sociales, sindicales y estudiantiles, de todo el país, tuvieron un importante rol en el enfrentamiento a la dictadura y en el proceso de recuperación democrática.
En democracia el PDC dejó su marca en los 15 años de los gobiernos progresistas del Frente Amplio, a través de la acción de sus ministros, subsecretarios, directores, intendentes, y las políticas públicas impulsadas y gestionadas por ellos.
¿Qué principios y valores nos inspiraron como colectividad y lo siguen haciendo sesenta años después? ¿Qué implica, en definitiva, ser demócrata cristiano?Ser demócrata cristiano significa poner siempre a la persona en el centro como valor principal, y en la escala política al país primero, antes que a los intereses partidarios. Defender al partido como una organización horizontal y democrática, sostenida en la centralidad de las ideas y no en el caudillismo. Creer en la política como servicio al prójimo e instrumento para la transformación de la realidad en favor de los más desposeídos, y no como una simple carrera de privilegios. Sostener en alto el valor de la ética pública y la lucha contra toda forma de corrupción y falta de transparencia. Promover la participación activa de la ciudadanía en la política, así como en los diversos espacios de la acción social y comunitaria: sindical, estudiantil, cooperativa, cultural, territorial. Defender la dignidad de la persona humana, y su realización cabal, el desarrollo integral, en clave comunitaria, enfrentando así la lógica materialista, individualista y mercantil del sistema capitalista. Ser demócrata cristiano significa creer en la democracia integral como fundamento mismo de la vida social. Defender la libertad y el pluralismo como valores innegociables. Promover la resolución pacífica de los conflictos e intereses contrapuestos y legítimos en una sociedad a partir del orden institucional con todas las garantías de la ley, concibiendo a ésta como el escudo de los débiles. Luchar por la justicia social, buscando mayores grados de igualdad sin sacrificar la libertad y el Estado de Derecho. El rechazo absoluto, de ayer y de siempre, a los atajos violentistas en nombre del mañana mejor, como también a los regímenes que someten a la persona humana a los dictámenes de una dictadura de clase, de grupo o de partido, sin excepciones. La defensa irrestricta de los Derechos Humanos y la denuncia de toda forma de violación de los mismos, en nuestro país y en el mundo, en el pasado y en el presente. La defensa de un orden internacional justo y equilibrado orientado a la paz y la cooperación entre naciones, el respeto a la soberanía de los pueblos, así como la promoción de la integración latinoamericana.
La vertiginosidad en las transformaciones de la sociedad actual, en particular las vinculadas al acelerado desarrollo científico y a las tecnologías de la información y la comunicación, ha provocado un cambio civilizatorio que modifica sustancialmente la realidad con la que hemos transitado hasta el momento. La desigualdad económica, social y política a nivel global ha llegado a límites intolerables. La concentración del poder económico y la inequitativa redistribución de la riqueza a nivel nacional e internacional, el descreimiento en el sistema de partidos políticos y sus actores, conducen a un progresivo debilitamiento del valor de la democracia.
Es urgente la construcción de una nueva agenda de transformaciones que promueva la construcción de una sociedad más igualitaria y radicalmente democrática, con clara centralidad de los sectores populares en el proyecto histórico. El movimiento sindical, el movimiento cooperativo y las diversas expresiones de la sociedad civil son protagonistas fundamentales.
En este mirar hacia adelante, continuaremos incorporando el fenómeno de la consolidación social de nuevos actores de transformación, especialmente las organizaciones feministas, reconociendo la legitimidad absoluta de sus luchas, que han marcado nuevos rumbos y nuevos paradigmas. Esto las constituye en aliadas estratégicas imprescindibles en la construcción de la nueva sociedad, ya que el género transversaliza la gran mayoría de las estrategias y líneas de trabajo de las organizaciones y movimientos sociales
Los demócratas cristianos concebimos al ser humano en su integridad, poniendo énfasis en las relaciones que establece con el medio que habita. Estamos convencidos de que debemos seguir profundizando todas aquellas acciones que promuevan el cuidado de la “casa común”, dándole prioridad al desarrollo sustentable, sin hipotecar la vida de las futuras generaciones con nuestras decisiones actuales. La crisis ambiental ha puesto en jaque el modelo económico y de consumo imperante, siendo éste un momento clave para que caminemos hacia una economía humana, solidaria y sostenible, colocando al trabajo en el centro de la vida económica.
Este aniversario representa para los demócratas cristianos una afirmación en la inclaudicable lucha por la democracia, la justicia social y los derechos humanos. Es indispensable fortalecer el sistema de partidos en al marco del más amplio pluralismo y ampliar las formas de ejercer la ciudadanía, con foco en los entornos digitales, garantizando a todas las personas el ejercicio pleno de sus derechos.
Esta tarea la llevaremos adelante en la Convocatoria Seregnista – Progresistas y en conjunto con los demás partidos, sectores y personas que integran el Frente Amplio, manteniendo nuestro compromiso de trabajar para renovarlo y fortalecerlo, renovando la agenda de transformaciones, la estructura y el funcionamiento internos y fortaleciendo los vínculos con la sociedad. El Frente Amplio es y debe continuar siendo una fuerza amplia y plural, sustentada sobre acuerdos políticos, programáticos y estratégicos, reconociendo las diversas matrices ideológicas en su seno.
Continuamos construyendo futuro, con esperanza, profundamente convencidos de que la nueva agenda de transformaciones debemos construirla con la participación activa de la ciudadanía, siendo plenamente conscientes de que es indispensable abordar las problemáticas estructurales de nuestro país, a la luz del nuevo momento histórico que estamos atravesando. En este sentido, estamos profundamente convencidos de que la niñez y las personas en situación de vulnerabilidad deben ser el foco de nuestros desvelos, siendo indispensable un enfoque integral para lograr las transformaciones que anhelamos.
HOY, EN NUESTRO 60 ANIVERSARIO, NOS ENCONTRAMOS TRABAJANDO CON ENTUSIASMO PARA QUE EL 27 DE MARZO LAS URNAS SE DESBORDEN DE PAPELETAS ROSADAS.
¡¡LOS DEMÓCRATACRISTIANOS VOTAMOS SÍ!!