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CHILE | "NAVARRO DEBIERA RECONOCER LOS BENEFICIOS DE SU VINCULO CON EL REGIMEN DE MADURO": JUAN CARLOS LATORRE, PRESIDENTE DE ODCA

Noticiero Demócrata Cristiano |

A propósito de la polémica elección del senador Alejandro Navarro como líder de la Comisión de DD.HH, el presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) asegura que “es grave que no se honre un acuerdo, pero más grave aún es que sea para elegir a un defensor permanente de Maduro”. En entrevista con El Líbero, además, descarta el viraje de la DC hacia la izquierda: “La vigencia de sus principios está fuera de discusión”.

El incumplimiento del acuerdo para presidir la Comisión de Derechos Humanos en la Cámara Alta le valió a quien finalmente fue electo, el senador Alejandro Navarro (PRO), una serie de críticas, no solo por no respetar el pacto que establecía que en 2021 le correspondía a un legislador de Chile Vamos liderar la instancia, sino por su cercanía con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.

Los senadores oficialistas de la comisión, Francisco Chahuán (RN) y Felipe Kast (Evópoli), fueron los primeros en calificar los hechos como inaceptables, apuntando directamente al senador Navarro por “avalar la violación sistemática de los DD.HH. en Venezuela”.

Juan Carlos Latorre, presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), aseguró en una carta a El Mercurio que “es una vergüenza para Chile frente al mundo”. Y en entrevista con El Líbero sostuvo: “El senador Navarro debiera, valientemente, como ha defendido a Maduro, también, valientemente, reconocer públicamente los beneficios de los que ha podido usufructuar producto de su vínculo directo con ese régimen”.

El ex diputado aborda la supuesta “izquierdización” de la Democracia Cristiana, la cual no comparte y asegura que la propuesta para excluir al partido de la primaria amplia es “más bien un cálculo electoral que una estrategia política para lograr una acción de gobierno de futuro”.

-¿Qué le parece que se haya desconocido el acuerdo y finalmente haya sido el senador Alejandro Navarro el elegido para liderar la comisión de DDHH?

-En esta decisión no hubo una participación de los comités parlamentarios, o de las directivas de los partidos. El incumplimiento del acuerdo se produce directamente por parte de aquellos senadores de oposición que participan en la comisión y eso me parece lamentable. Es grave que no se honre un acuerdo, pero más grave aún es que sea para elegir como presidente de la Comisión de Derechos Humanos a un defensor permanente de Maduro y con presencia en actos en los que se justifica esta sistemática violación de los derechos humanos en Venezuela. Navarro ha sido un invitado permanente a todos los actos en que Maduro ha buscado legitimar su comportamiento antidemocrático.


El senador Navarro debiera, valientemente, como ha defendido a Maduro, también, valientemente, reconocer públicamente los beneficios de los que ha podido usufructuar producto de su vínculo directo con ese régimen”.

-Su elección ha sido fuertemente cuestionada por sus constantes defensas a Nicolás Maduro. ¿Qué acciones marcan el respaldo del senador a Maduro en Venezuela?

-Hemos sido testigos, y él no lo ha escondido, cómo en varios actos públicos realizados en Caracas, Navarro ha estado no solo presente, sino que ha sido destacada su asistencia por el propio Nicolás Maduro. Ahí existe un vínculo directo que ha permitido muchas veces utilizar la presencia del senador Navarro como una forma de disminuir la importancia que el régimen le atribuye a la persecución sistemática de dirigentes de la oposición por su régimen. Yo creo que el senador Navarro se ha prestado para eso.

-¿Qué vínculos existen entre Navarro y Maduro?

–Hay antecedentes que nos permiten pensar que ha sido una relación que va más allá de lo que es un vínculo estrictamente político. Yo creo que algún día el senador Navarro debiera, valientemente, como ha defendido a Maduro, también, valientemente, reconocer públicamente los beneficios de los que ha podido usufructuar producto de su vínculo directo con ese régimen.

-En su carta al director señala que hay quienes “callan hipócritamente y defienden a Maduro para mantener así los beneficios que la amistad con ese régimen les reporta”. ¿A quién se está refiriendo?

-Obviamente me he referido directamente en esta oportunidad a Alejandro Navarro porque es él el que ha motivado mi reacción. Pero, evidentemente hay varios otros que incluso habiendo sufrido directamente la persecución o la violación de sus derechos en una época bastante compleja de nuestro país, hoy día callan frente a ese régimen e incluso lo defienden. Yo podría hacer una larga lista pero necesitaría revisarla bien. Quiero ser muy franco: aquí hay dirigentes políticos que incluso están en el Parlamento que se han permitido defender al régimen de Maduro varias veces. Entre otros, me parece increíble que lo hayan hecho personas como Guillermo Teillier, quien también sufrió en carne propia la persecución en otra época en Chile.

-¿Qué beneficios puede traerles?

-Ese es un tema sobre el cual se ha escrito bastante, hay bastantes antecedentes. No me corresponde a mi entrar en mayores detalles, pero de que hay hechos evidentes de traspaso de recursos hacia Chile, no cabe ninguna duda.

-Según la oposición, los senadores de derecha estarían “inhabilitados” para asumir ese cargo debido a la responsabilidad del gobierno en la violación de derechos humanos en el contexto del estallido social. ¿Está de acuerdo?

-No sé a qué senadores de oposición se refiere. Aquí existía, hasta donde llega mi información, un acuerdo político que no vetaba a personero alguno y ese acuerdo no fue respetado por los miembros de la oposición en esa comisión. Pero ha habido una reacción posterior discutiendo el punto, en que se han expresado las opiniones formales de los Comités Parlamentarios. Lamentablemente, más allá de quejarse no han reparado el daño que se le genera a la imagen del Senado con el senador Navarro como presidente, nada menos, que de la Comisión de Derechos Humanos.

-¿Deben otras voces del Senado alzarse contra este hecho para cambiarlo?

-No creo que me corresponda a mí solicitar más voces. Yo creo que las hay. Espero que se escuchen.

-Navarro ya presidió la Comisión entre 2019 y 2020, cuando organizó el polémico foro de derechos humanos en el Congreso donde llegaron los “primera línea” . ¿Se repetirán este tipo de acciones? ¿Qué implicancias tienen?

-No estoy en condiciones de suponer cuál va a ser el comportamiento futuro de Navarro como presidente de la comisión. Ojalá que no repita lo que ha sido esa muestra tan deficitaria de respeto a la dignidad de las personas y, particularmente, a la falta de cuidado con los derechos humanos de dirigentes políticos, fundamentalmente en Venezuela. Es ahí donde yo concentro y centro mi preocupación y crítica, porque no considero que una persona que ha tenido la actitud que él ha tenido represente dignamente a los chilenos en una Comisión de Derechos Humanos.

-Hay voces de la oposición que se refieren al Gobierno como una dictadura, e incluso hablan de genocidio. ¿Qué opinión le merece esto?

-Los que vivimos un esfuerzo por lograr la restitución del régimen democrático en Chile, y conocimos directamente lo que es una dictadura, no podemos estar de acuerdo con esa afirmación. Hay una tremenda diferencia entre lo que hoy día pide nuestro país, aun cuando haya momentos en los cuales hay represión más allá de lo que puede parecer razonable por parte del Gobierno, pero está muy lejos de representar o de ser una dictadura. Vuelvo a insistir en la idea de que los que vivimos una dictadura durante 17 años en Chile no podemos aceptar esa afirmación. Lo que estamos viviendo podrá ser un mal gobierno, puede haber una incapacidad para resolver adecuada y oportunamente los problemas; en ese sentido el Gobierno desacredita en muchos aspectos lo que debiera ser en las circunstancias actuales el ejercicio del poder democrático que se le entrega al Presidente de la República, pero de ahí a suponer que estamos en un régimen dictatorial me parece a mí que es un error y está lejos de la realidad que ya hemos conocido.

-En la última discusión del tercer retiro hubo parlamentarios que intentaron esquivar el Tribunal Constitucional con un proyecto permanente para aumentar sus facultades, entre ellos el DC Matías Walker. ¿Le parece adecuado que los parlamentarios apoyen iniciativas a sabiendas de que son inconstitucionales?

-Cuando una propuesta o moción legislativa requiere adicionalmente el patrocinio del Ejecutivo me parece que es bueno y necesario que los parlamentarios que lo apoyan busquen este patrocinio. Eso no significa que no puedan tener una idea que conlleve en alguna medida un cambio en la Constitución. Los parlamentarios tienen la facultad de proponer reformas constitucionales, para eso lo que necesitan es lograr un determinado quórum. Lo que se ha intentado con los retiros, independientemente de que sea una iniciativa que muchos critican, es lograr el quórum que se necesita.

Personalmente más bien preguntaría por qué un Gobierno no escucha al Parlamento cuando con una tremenda mayoría le pide el patrocinio a una iniciativa como esta, en circunstancias tan críticas como la que vive el país. A diferencia de lo que dicen algunos yo creo que el costo para la democracia es mayor cuando el Ejecutivo hace caso omiso de una mayoría parlamentaria que incluso con sus propios partidarios le está solicitando el patrocinio a esta iniciativa.

-¿Considera que fue un error del Gobierno acudir al Tribunal Constitucional para frenar el tercer retiro?

-Personalmente creo que está provocando un conflicto mayor que el Presidente debe evitar. No pienso que la defensa de la democracia sea más rigurosa con esta actitud de simplemente imponer un criterio que no tiene sino muy pequeño respaldo en el propio Parlamento. Hoy esa propuesta tiene un respaldo tremendamente mayoritario, entonces, qué sentido tiene que el Gobierno siga con esta idea absurda de que por esta vía defiende al régimen democrático. Por esta vía debilita al régimen democrático porque si el TC llega a declarar inconstitucional esta ley, entonces vamos a vivir una situación más compleja todavía.

-¿Cómo evalúa hasta ahora la gestión de la senadora Yasna Provoste como presidenta del Senado? ¿Ha tenido un rol para alcanzar acuerdos con el Gobierno?

-La gestión de Yasna Provoste ha sido muy positiva. Ha marcado una actitud que habla muy bien de lo que ha sido su experiencia política personal y la forma como ella entiende el rol del presidente del Senado. Nos ha impactado positivamente tanto a gente de oposición, como al propio Gobierno. De hecho, en este tema en que yo he reaccionado frente a la presidencia del senador Navarro, tengo la certeza absoluta de que si hubiera dependido de Provoste esto no habría ocurrido.

-La exdiputada DC, Mariana Aylwin, afirmó que “la DC se ha corrido a la izquierda, a la crítica de los 30 años, al discurso polarizante, a la ambigüedad con la violencia”. ¿Está de acuerdo con sus dichos que han sido compartidos por otros DC históricos?

-No estoy de acuerdo con lo que ella señala respecto a la Democracia Cristiana. Desde luego, yo valoro profundamente lo que fueron los 30 años en los cuales tuvimos un acuerdo político que permitió gobernar en nuestro país y salir adelante con innumerables iniciativas, la disminución de la pobreza, en fortalecer un desarrollo económico cada vez con mejores posibilidades para mayor parte de nuestra población, en fin, hay un montón de iniciativas de las cuales los gobiernos de la Concertación se pueden sentir bastante orgullosos por lo logrado. En consecuencia, esa afirmación que hace Mariana la veo más bien como la de una candidata, que una cercana a la realidad. No me parece bien verla a ella profundizando en críticas a su expartido, pudiendo profundizar más en propuestas positivas hacia el futuro. Le tengo mucho aprecio y no me parece que me corresponda entrar en mayores definiciones respecto a su punto de vista.

-¿Ha perdido la Democracia Cristiana su centro político?

-La DC es un partido que tiene una vocación de diálogo y que puede colaborar, como lo ha hecho en el pasado, para consolidar mayorías que puedan darle estabilidad democrática al país. De allí surge esta opción que ha sido exitosa en algunos períodos largos de nuestra historia de colaborar en una alianza entre el centro político y sectores de la izquierda más socialdemócrata. Esa experiencia de colaborar desde el centro hacia una alianza política que le dé estabilidad y responda a las aspiraciones mayoritarias que tiene la ciudadanía me parece que es una vocación que la DC mantiene. Lo que no significa que no mantengamos necesariamente un esfuerzo por destacar nuestra propia identidad. La fortaleza de una alianza política está en que cada sector mantenga su identidad propia, la que sumada a otros sectores que tienen una historia e identidad distinta, vayan conformando la posibilidad de una alianza mayoritaria para aunar el país. En eso la DC tiene un rol y lo debe seguir jugando.

-¿Cree que es un error la iniciativa del PPD de excluir a la DC de las primarias amplias?

-Pienso que esa exclusión es más bien un cálculo electoral que una estrategia política para lograr una acción de gobierno de futuro. No cabe ninguna duda de que la DC en las últimas elecciones ha demostrado una cierta fuerza electoral que al menos ha tenido un resultado bastante exitoso en las primarias que se han realizado en el ámbito de la Unidad Constituyente. Eso ha generado temores de que en una primaria similar pudiera repetirse esa mayoría en torno a una candidata democratacristiana. Eso es básicamente lo que está detrás de las preocupaciones de Girardi y que se pudo observar el fin de semana dentro del PPD.

-Con todo, ¿cuál es la visión desde el extranjero de la Democracia Cristiana chilena?

-La Democracia Cristiana chilena sigue siendo reconocida a nivel de América Latina como un movimiento que no solo tiene una historia relevante en nuestro propio país, sino que ha sido un aporte en la formación de liderazgos de inspiración humanista cristiana en toda América Latina, incluso hasta el día de hoy. Hay un reconocimiento a una cultura democratacristiana que desde Chile se ha proyectado en otros países. Eso sigue siendo valorado por sectores políticos de muchas naciones y lo puedo corroborar permanentemente como presidente de la ODCA. Obviamente, no con la adhesión que históricamente tuvo la DC y que se ha visto disminuida en los últimos años, pero la vigencia de sus principios, valores y propuestas está fuera de toda discusión.