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CHILE | IDEAS; MANUEL GALLARDO, PRESIDENTE DE LA JUVENTUD DEMOCRATA CRISTIANA Y CANDIDATO A CONSTITUYENTE

Noticiero Demócrata Cristiano |

Hoy el país y la región inician un proceso electoral apasionante y frenético. Se han inscrito todas las candidaturas a concejalías, alcaldías, gobernaciones regionales y convencionalistas constituyentes con miras a las elecciones del 11 de abril. 

Las elecciones provocan muchas cosas, dentro de ellas un despliegue de campañas que copan las redes sociales, los espacios públicos, y esperemos también, las conversaciones diarias de las personas. En ese contexto es que me parece fundamental relevar el debate de ideas sobre los procesos que se van a venir. 

Mucho se habla del “origen” de las candidaturas, si son jóvenes, mujeres, militantes, independientes, empresarios, “ex” de esto o de lo otro. Sin embargo, el “origen” de algo poco garantiza o a lo menos, no determina en la totalidad, la seguridad sobre el comportamiento de alguien el día de mañana en un espacio de representación en particular. Y así ejemplos hay por montones: militantes de partido que han desaprovechado y deslegitimado la acción pública, otros que la han engrandecido; independientes que han mostrado un caudillismo individualista y oportunistas, mientras otros han desarrollado un gran trabajo. 

Por lo tanto, caben características importantísimas que se deben garantizar en estos 90 días que quedan para las elecciones: claridad en las ideas, propuestas concretas sobre el proceso de desarrollo de los distintos órganos de representación popular, compromiso irrestricto con la ética pública, separación absoluta del dinero y la política, despejo de cualquier posible conflicto de interés que pueda perjudicar el bien común por sobre intereses particulares que puedan beneficiar a minorías. 

En ese sentido las ideas se vuelven fundamentales, y en ese escenario que la ciudadanía pueda deliberar, en un ejercicio de fortalecimiento de la democracia que permita elegir a aquellas y aquellos candidatos que mejor representen el modelo de ciudad, región y sociedad que ellos quieren construir. He ahí donde el proceso constituyente cumple un rol fundamental, puesto que se pondrá en discusión la arquitectura política, social, económica y cultural del futuro de Chile, y es ahí, donde hay que tener atención y cuidado con los cantos de sirenas, fundamentalmente los magallánicos (ya que hay algunos que vendrán incluso desde afuera de la región a plantearnos las recetas mágicas), puesto que debemos reconocer en este ejercicio la oportunidad histórica de impulsar desde nuestra tierra, la posibilidad de construir un Chile regionalizado, que ponga en el centro de sus decisiones los requerimientos y demandas territoriales, antes que la administración centralizada de nuestros problemas y sus posibles soluciones. 

Vienen tiempos de cambio, de ideas y de debates, será responsabilidad de todos el estar a la altura, y así lograr, que las ideas se impongan al caudillismo.