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Después de la farsa de la
“aprobación” de la Reforma Constitucional, toca ahora la adecuación de las
leyes al nuevo texto constitucional. El cambio-fraude necesitó
constitución-fraude, y ahora ley electoral-fraude para convocar
elecciones-fraude.
La “nueva” ley electoral en
realidad no es más que una actualización de la ley vigente al nuevo marco
constitucional.
Sigue siendo una ley que define y
rige un proceso totalmente antidemocrático, concebido para asegurar, sin
riesgos de ningún tipo, el poder total para los elegidos de la oligarquía
politico-militar.
La nueva ley, que más que
electoral debía denominarse de votaciones, mantiene las aberrantes comisiones
de candidatura, que violan el derecho de todos los cubanos a nominar
candidatos, a elegir y a ser elegidos. Estas comisiones no sólo son las que
proponen los candidatos, sino que además son las que deciden quién puede o no
ser nominado candidato, violando así el derecho de todos los ciudadanos a ser
elegidos. Y como si eso no fuera suficiente, son las que verdaderamente eligen
a los que ocuparán los diferentes cargos de elección popular ya que al proponer
candidatos únicos para cada puesto, que ni siquiera pueden ser rechazados por
los ciudadanos, de facto ya han hecho la elección, violando así el derecho de
todos los cubanos a elegir. Aunque parezca una obviedad, es necesario recordar
que elegir significa escoger entre varias opciones la de su preferencia.
Cuba no necesita una nueva ley
que siga restringiendo los derechos de los ciudadanos, una ley donde los únicos
votos considerados válidos son los que aprueban y legitiman las imposiciones
del régimen. Cuba necesita una nueva Ley Electoral que permita que los cubanos
todos puedan decidir libre y soberanamente su destino en elecciones
verdaderamente democráticas.
Cuba no necesita una nueva ley
que le niegue la voz a los cubanos ni que le imponga otra voz. Cuba necesita
una nueva Ley Electoral que le permita a los cubanos expresarse con su propia
voz.
Cuba no necesita una nueva ley
que mantenga el mismo ambiente opresivo y convalide el cambio-fraude. Cuba
necesita una nueva Ley Electoral que permita decidir libre, responsable y
soberanamente los verdaderos cambios que Cuba necesita.
La soberanía reside en el pueblo
y sólo puede expresarse en un ambiente de libertad y respeto a los derechos de
todos los cubanos.
El Movimiento Cristiano
Liberación rechaza la mal llamada ley electoral propuesta, por discriminatoria
y violadora del derecho de todos los cubanos a elegir y a ser elegidos.
El MCL seguirá impulsando entre
los ciudadanos, a través de la campaña “Un Cubano, un voto” y del Proyecto
Varela, la demanda de una verdadera ley electoral que permita celebrar
elecciones libres y no votaciones controladas que traten de legitimar las
imposiciones de la casta en el poder.
Todos cubanos, todos hermanos y
ahora, la libertad.