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VENEZUELA | MANIFIESTO A LA JUVENTUD QUE SIEMPRE VENCERÁ

Editor Noticiero DC |

La juventud venezolana está sufriendo como nunca antes los duros embates que la realidad del país les presenta. Somos los jóvenes los más afectados por la delincuencia y es que la gran mayoría de los homicidios suceden entre menores de 30 años, y cuando no somos las víctimas, son jóvenes los perpetradores de los crímenes. La juventud está perdida en el abismo de la violencia y la carencia de oportunidades.

La dura situación económica del país hace que los jóvenes constantemente nos llenemos de dudas sobre nuestro futuro, nos hace debatirnos entre la esperanza y el dolor sobre si seguir o no en nuestro país. Muchos no tienen opciones claras o posibilidades de ir al exterior, otros tantos las tienen pero deciden estirar la arruga un poco más y muchos han decidido probar suerte en otras fronteras, de los últimos cada vez son más. No es para menos, al final y al cabo lo que más desea un joven es vivir una vida con dignidad y con oportunidades de desarrollarse plenamente en sus diferentes dimensiones como persona: en lo individual, en lo social, en lo material y en lo espiritual. Todo es una cuestión de oportunidades; el joven no reclama que le regalen, sino que le den las oportunidades y en base a su esfuerzo y constancia alcanzar sus metas.
Merece una mención especial el tema de la familia. Cada vez es más difícil formar una familia joven. Creo que gran parte del drama social que vivimos, especialmente representado por la violencia que azota al país, es el debilitamiento de la familia como núcleo fundamental de la sociedad y la educación. El haber puesto a pelear a la familia, el polarizarla entre tanto odio político, y el no haber brindado políticas públicas claras para fortalecerla, son gran parte de las causas, que han provocado gran parte de las consecuencias después de 15 años del gobierno nacional actual.
Aguas abajo la situación del venezolano y en especial del joven, es mucho más grave y delicada. Podría seguir describiendo muchas causas y consecuencias, pero supongo que se nos ocurren varias otras solo con leer lo anterior y en base a nuestras propias vivencias cotidianas.
La juventud socialcristiana, siendo parte y afectada también por esta realidad, tenemos una gran responsabilidad, mayor a la de una persona no involucrada en política. La tenemos porque asumimos estar en política. La política no es hobby, no es un juego o un algo pasajero, la política es un oficio de vida, una vez asumida será parte de nuestras vidas y eso amerita tomarse enserio el asunto. Nosotros creemos en la política, como un instrumento para transformar positivamente, para servir y no ser servidos y para luchar por la Venezuela de oportunidades que todos queremos. La política, nos invita al mismo tiempo que nos exige, ser empático con quienes más sufren, ponernos en sus zapatos y contribuir en gran medida a la solución de los problemas de nuestro entorno.
Por supuesto, hoy en día la política sufre los retos del descrédito, y siento que esta realidad es a nivel mundial. Las juventudes políticas tienen el deber de decirles a los ciudadanos que crean en la política, pero no con palabras pomposas sino con el testimonio de la palabra en la acción, en la ética y la solidaridad. No es fácil para nosotros llevar en nuestros hombros la esperanza de miles o millones de conciudadanos de mejorar su calidad de vida, así como no es fácil para ellos creer en un arte que se concentra en el poder y no en la solución de los problemas.
Más allá del significado básico de política, sobre si es el arte de conseguir y ejercer el poder u otros tantos que existen, para los socialcristianos la política es un menester para la vida, es algo útil para transformar como nos decía nuestro santísimo Papa Juan Pablo II. La política también es para nosotros orientada, en base a principios y a valores claros, con centros de acción y posiciones bien definidas por la hermosas ideas del pensamiento socialcristiano desde el acento filosófico y por la democracia cristiana desde el punto ideológico. Nuestro querido y siempre joven fundador, Luis Herrera Campins, asumía con mucho valor las enseñanzas de Eduardo Frei Montalva, sobre las notas que aseguraban que no puede existir una acción política seria sin un pensamiento que la alimente. Nosotros, asumiendo la política con seriedad, nos comprometemos hoy más que nunca, cuando la situación de oprobio nacional es más dura, cuando la desesperanza está asediando el corazón de la juventud y cuando la depresión social es notoria y angustiante, a enarbolar las banderas de la democracia cristiana venezolana con mayor esfuerzo para contribuir en gran medida a la reconstrucción del futuro lleno de oportunidades para la juventud venezolana, que aunque en estos momentos está perdido en el abismo, nunca será olvidado, y más temprano que tarde lo recuperaremos. La ventaja del futuro, es que no está totalmente escrito, podemos cambiarlo hoy.
Conozco a muchos de ustedes, y les pido mis sinceras disculpas por no conocerlos a todos, nada me gustaría más. No soy un guate, como definía Rómulo Gallegos a los extraños que “no son de por ahí” del valle del Arauca apureño en Doña Bárbara. Los he visto y me han visto andar en los campos de la Juventud como Vicepresidente Nacional de la JDC y luego como Vicepresidente Nacional de Formación de nuestra organización política. He querido siempre contribuir a fortalecer el musculo más importante del partido, su juventud. Allí reposa el motor del esfuerzo y de las ideas y los sueños más nobles del partido, en su aguerrida y siempre valiente Juventud Demócrata Cristiana. Desde la juventud y la formación nacional, he tenido la oportunidad de hablarles a muchos de ustedes en diferentes estados y municipios del país. He visto con grata sorpresa la cantidad de jóvenes que militan en las filas socialcristianas y eso me ha llenado de entusiasmo. Reconozco el esfuerzo y las dificultades de hacer política en las regiones del interior del país, y por ello desde aquí quisiera felicitarles e invitarles a escribir otro futuro para nosotros, uno bueno y que enaltezca a la juventud socialcristiana.
Deseamos desde la juventud nacional, invitarles a construir un gran proyecto, un gran sueño, una gran hermandad, un gran liderazgo y un gran porvenir para todos. Dejar de un lado las diferencias si las hubiera, y darnos las manos en nombre de Venezuela y del Partido Social Cristiano COPEI. Con formación, debate y acción nos prepararemos cada día para ejecutar la política transformacional.
El 24 de diciembre de 2014, la JDC alcanzará 67 años de luchas, donde grandes hombres y mujeres se han formado y aportado mucho por este país. A quienes asumimos la juventud hoy en día nos toca difícil, no por algo el espontaneo popular dice que lo bueno y lo mejor nunca es fácil; la verdad nunca nada ha sido fácil en la historia de nuestro país.
Esta vez te invitamos a luchar con mayor ímpetu, esperanza y creatividad, basados en lo que creemos y defendemos, bajo la afirmación de que no se trata entre la vieja o la nueva política sino entre la buena o mala. Como buenos políticos aprendiendo del pasado sin quedarnos allí y exaltando lo que haya que exaltar, pero por sobre todas las cosas hablando, pensando y accionando con la vista puesta en el futuro de la juventud venezolana y de nuestro partido. Debemos ser peregrinos de la esperanza, misioneros de la solidaridad y apóstoles de la unidad nacional y más cuando es perentorio nuestro esfuerzo para consolidar la gran mayoría popular de cara a las elecciones de la Asamblea Nacional del próximo año 2015, punto crucial para reconstruir el futuro que aspiramos y necesitamos los jóvenes venezolanos.
Tenemos demasiadas ganas de hacer las cosas bien, así somos los jóvenes socialcristianos, así es la juventud que siempre vencerá.

PRESIDENTE JUVENIL NACIONAL
PARTIDO SOCIAL CRISTIANO COPEI