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NICARAGUA | MANIFIESTO A LA NACION NICARAGUENSE Y A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

Editor Noticiero DC |

Ante los recientes enfrentamientos armados entre grupo irregulares y tropas combinadas del Ejército de Nicaragua y miembros de la Policía Nacional, en la zona norte del país, la Democracia Cristiana de Nicaragua se une a la preocupación expresada por la población de esas comunidades, por la Iglesia Católica y el clamor de la Diócesis de Jinotega, en la voz de Monseñor Carlos Enrique Herrera -acompañado por sus hermanos Obispos-, quienes mostrando preocupación por los recientes sucesos, claman por erradicar la vía armada para propiciar los cauces cívicos, con el fin de que retornen la tranquilidad y la paz social.

Pedimos al igual que lo hacen el Presidente de la Conferencia Episcopal Monseñor René Sándigo, Monseñor Abelardo Mata, Monseñor Carlos Herrera y Monseñor Silvio Báez, a las autoridades, al Ejército de Nicaragua y a la  Policía Nacional, respetar los Derechos Humanos de los civiles quienes: “no tienen culpa de que grupos de rearmados anden por las comunidades en donde ellos han vivido, han sembrado granos básicos para su sobrevivencia y en donde desarrollan su vida a diario”.
El Obispo Herrera apunta, además, que: “ya son varios los muertos, tanto militares como rearmados. La gente pobre del campo es la que sufre esta situación, llevándola a una inestabilidad social y un sentimiento de persecución”. Ya hace dos años lo había advertido Monseñor Mata y no se le puso atención; por el contrario, irresponsablemente se le hizo burla y ofensas.
Por ello, por la Paz y por la Estabilidad Económica, Social, Emocional y Política de los miles de campesinos que habitan en dichas regiones, al igual que en el sur y centro del país, debe de buscarse el DIALOGO Y LA NEGOCIAON, en el marco de la Ley y la Institucionalidad, como el único medio de resolver los problemas.
Autoridades oficiales, en el país, han violentado la Constitución, han dominado todas las instituciones, han impuesto la bandera y dominio del Partido FSLN en las entidades públicas, mantienen autoridades fuera del tiempo de ley, han disminuido la autonomía municipal, han debilitado el Estado de Derecho, han reprimido legítimas reivindicaciones ciudadanas, han manipulado la cedulación y han torcido los procesos electorales generando desconfianza.
Ciertamente no es la vía armada la manera de enfrentar esos atropellos que contradicen: los Acuerdos de Esquipulas, los postulados Constitucionales, la Carta Democrática Interamericana y los Acuerdos que el Comandante Ortega y su Partido suscribieron con la Democracia Cristiana Internacional y Nacional, y que sobre todo ofenden la memoria y sacrificio de los mártires y héroes nacionales, quienes dieron sus vidas por la justicia social, por la democracia plena y por la libertad sin restricciones.
En verdad, la violencia no resuelve los problemas de los pueblos. Pero objetivamente, existe una responsabilidad oficial, -del Gobierno de Nicaragua-, por esa inconformidad que ha causado dolor y muerte de hermanos del ejército y de grupos de la sociedad, que como no han encontrado eco en sus demandas por el irrespeto a las leyes del País, según dicen estos grupos es que “ahora optan por tomar nuevamente las armas y defender la democracia y libertad del pueblo”; métodos que no compartimos y deben abandonarse.
Los Socialcristianos de Nicaragua hemos enarbolado siempre la bandera blanca de la paz, y consideramos oportuno hacer un llamado al Presidente Daniel Ortega, para que enrumbe por el buen camino al país. Que ‘enderezando el Barco’, -como dice la gente-, respetando la Constitución, regresemos a los cauces institucionales en esta nuestra sufrida patria que ya no quiere más guerra, que quiere la paz, quiere el trabajo honrado y tiene por delante un futuro de bienestar y de prosperidad, aprovechando los ricos recursos con los que Dios nos ha bendecido como nación.
Dado en la ciudad de Managua a los 18 días del mes de Octubre del 2013.

¡Porque la gente es Primero, LA SOLUCION SOMOS TODOS!