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NICARAGUA | "SOMOS AGENTES DE CAMBIO, AGENTES DE REVOLUCION"

Editor Noticiero DC |

Tiene 33 años, la edad que se calcula tenía Jesucristo cuando fue crucificado, ella lo llama un “revolucionario”, pero asegura que la revolución no es solo del Frente Sandinista. Para la vicepresidenta de la Unión Demócrata Cristiana, UDC, Wendy del Socorro Puerto Molina, su generación es “agente de revolución.
Al hablar sobre la separación de la alianza con el Frente Sandinista, pide hacer una clara diferencia entre los “sandinistas” y “el partido de gobierno”, explicando la diferencia entre ambos y las razones de la ruptura.

¿Cómo inició en el mundo político?
Me gustó desde que tenía 12 años, dije que debía haber un cambio, en ese tiempo doña Violeta había ganado. Me inspiré en algunos líderes, en el Evangelio.
Me inspiré en el Sermón del Monte y en lo revolucionario que fue para mí Jesucristo, en cómo vino a cambiar un prototipo, un sistema de gobierno. Vino a cambiar del sacrificio, a la gracia. Me apasionan las políticas públicas con énfasis en la Palabra de Dios y creo que hay que darle un cambio a la política, cristianizándola.
¿Su carrera política ha sido siempre con la UDC?
Siempre en la UDC, aunque quise conocer otros partidos. Soy cristiana y me interesó conocer un partido político cristiano; fui a Camino Cristiano y no sentí que me identificaba su doctrina, ideología o política.
¿Cómo llegó a la UDC?
Una señora que era en ese tiempo la secretaria de Organización me invitó, quiso captarme como joven, para apoyarlos con la juventud, accedí a venir y cuando estaba sentada en la sede miré “Unión Demócrata Cristiana”; yo soy Demócrata y soy Cristiana, y supe que podía hacer carrera aquí.
Me empecé a integrar, como joven, a organizar directivas de jóvenes a nivel nacional, desde ese momento me sentí identificada y desde ese momento he querido dar a la Democracia Cristiana otro enfoque, no solo como un partido aliado.
¿Qué edad tenía cuando entró a la UDC?
Veintiséis años. Algunas cosas me las impedían. Yo me convertí a la religión evangélica y antes no había esta apertura del pueblo evangélico hacia ostentar cargos públicos y cargos en la política. Había como recelo o temor de que no estuviera bien vista en la iglesia porque optaba por una posición política. Pero después entendí que los sueños que Dios pone en nuestro corazón no se pueden apaciguar, esconder y con la autorización de mi esposo y pastores decidí hacer una carrera política.
Dijo estar cansada de la política, pero ingresó a la UDC que tenía una alianza con uno de los partidos más conocidos.
No estaba cansada, quería aportar desde mi interior, desde mi ser, algo productivo para el bienestar de Nicaragua y para la sociedad de los míos, y cuando me refiero a los míos me refiero a mis compatriotas nicaragüenses.
Mencionó un Jesucristo revolucionario, pero la revolución y lo que sea revolucionario está asociado con el partido de gobierno. ¿Eso debe cambiar?
Pertenezco a una generación excelente y mi generación es la que nació después de la revolución, no es que las otras sean malas, pero nacimos en un tiempo especial de la historia y ese tiempo de la historia nos alienta a que nos apropiemos de que somos agentes de cambio, agentes de revolución.
El triunfo de la revolución del 79 es un triunfo de Nicaragua, no de un partido político, es un triunfo que deberíamos festejar todos los nicaragüenses, no solamente el partido de gobierno, el Frente Sandinista… Revolución nos debería identificar a todos los nicaragüenses.
¿Qué los llevó a separarse del FSLN?
Nosotros tenemos nuestra propia ideología, nuestros propios principios y creemos que exactamente doce años que estuvimos en alianza con el Frente Sandinista fueron suficientes para entender que nosotros tenemos que hacer un despegue como partido y como una nueva fuerza en Nicaragua, con deseos de servir.
Doce años de alianza y estamos en el año 2012 y para nosotros los cristianos el 2012 significa año de gobierno. La Biblia habla de doce discípulos, el año tiene doce meses, para nosotros el año 12 tiene un gran significado, por tal razón era el año en que teníamos que tomar la decisión y lo hicimos en el contexto de las elecciones municipales, porque aparte de eso podemos aportar, apoyar, incidir, para tener una verdadera democracia en el país.
¿Cómo van a demostrar que esta separación es verdadera, más allá de llevar su propia casilla?
Si hubiésemos querido continuar o perpetuar la alianza con el Frente Sandinista, era perfecto, había oportunidad. En lo personal me habían ofrecido una candidatura, una concejalía por Managua, pero a mí me interesa más tener un proyecto de nación que un puesto para una persona dentro de un mundo de personas, de un partido político. Me beneficia más lo que piensa la gente de mí, lo que piensa Dios de mí, de mi integridad y lo que piensan mis compañeros de lucha, de partido, que el beneficio que pueda obtener particular.
Hemos criticado, tachado muchas de las cosas que el Frente Sandinista ha venido haciendo como el querer mantener a los magistrados en la Corte y en el Consejo Supremo Electoral, aún a sabiendas de que tienen el período vencido. Tachamos en su momento la destitución de los alcaldes que fue arbitraria.
Hemos sido muy específicos en mencionar que no se debió haber desalojado de la manera que se hizo a los jóvenes que estaban en protesta en el CSE, porque eso es constitucional, según el Artículo 52, pero por sobre todo hemos tachado que nadie puede estar sobre la Constitución y las leyes.
Pero ustedes estuvieron en alianza con un partido cuestionado por esas razones.
Hicimos las observaciones a lo interno. En mi caso vine a un partido en alianza con el Frente Sandinista y yo perfectamente me pude haber quedado en otro partido político, pero la incidencia se hace desde adentro. Yo no habría podido ganar espacios dentro de la Democracia Cristiana y no por mí, sino por decisión colegiada, consensuada.
La decisión que me parece coherente del partido PLI, que dicen que van a las elecciones me parece bien, la del Partido Conservador que ya nombró candidatos y la del APRE que ya tiene precandidatos. Si no se participa se ceden espacios, y esos espacios son difíciles de volver a conseguir.
Si estuvieron en alianza con el FSLN y conocen los cuestionamientos que se les hacen a los procesos electorales, ¿por qué participar?
Creemos firmemente que aunque el Presidente de la República no cambie a los dirigentes del CSE, y las estructuras ya tengan una “experiencia” en esto, no de una elección sino de varias atrás, creemos que la gente puede masivamente votar y nosotros podemos resguardar el voto.
Hay personas que llaman al abstencionismo y eso no nos favorece a ninguno de los partidos políticos. Creo que podemos lograrlo si nos unimos como ciudadanos: partidos democráticos, sandinistas que no apoyan que sus autoridades sean escogidas de manera directa por la pareja presidencial, sandinistas, liberales, conservadores, de quienes no tienen opción política, de los jóvenes que están desencantados de los políticos.
El público que más ha enamorado el Frente Sandinista es la juventud. ¿Hay algún punto débil al que le están apuntando?
Los jóvenes pueden entender que no se trata de dar algo temporalmente. Con el clientelismo se ha tratado de tener una campaña dirigida hacia la juventud, pero eso es de un día, efímero, eso caduca, los muchachos y jóvenes pasan a ser adultos y tienen responsabilidades y creemos que el gobierno está mal dirigiendo su campaña. No han trabajado con los jóvenes de la manera correcta.
Una propuesta rechazada por el FSLN
Dijo que Dios sabe lo que hace. ¿Recibieron algún llamado?
Habíamos propuesto dentro de la alianza que una vez que todo proceso electoral termina, las alianzas finalizan. Habíamos propuesto nuestros candidatos, para tal efecto no consideramos que hubo apertura del partido de gobierno. Quiero hacer una diferencia entre los sandinistas y el partido de gobierno, porque los cuadros antiguos del Frente Sandinista han sido relegados y ahora está el partido de gobierno.
Creemos que no fue considerada nuestra propuesta como una manera positiva de hacer democracia en el país. Además de eso veníamos recibiendo propuestas de otros movimientos que no tenían casilla, que no tenían personería jurídica, para apoyarnos. Habíamos mantenido esa relación con ellos y fue una decisión que aunque cercana al proceso electoral, fue analizada con los pro y contra.
Una encuesta de M&R refleja que cada vez son más los evangélicos, ¿cómo ven ese dato?
Es una buena noticia. Los cristianos, sean católicos o evangélicos, representan principios y valores. Y personas con principios y valores son las que necesitamos para echar a andar este país. Personas que se interesen por las necesidades de los demás y vean con agrado el servicio a la comunidad, a los demás, a los más desprotegidos y a los más necesitados.
¿Va a tener alguna candidatura dentro de la casilla de la UDC?
Había propuestas, algunos sectores sociales y gremiales han estado apoyándome para la vicealcaldía, pero eso lo tenemos que decidir en el seno del partido. No es que voy a posicionarme en un puesto porque me vean, se trata de que todos podamos ceder para que Nicaragua pueda ganar.
Queremos encontrar la persona idónea, tiene que ser mujer, en mi caso particular tengo maestría, me he preparado en el área política, tengo amor por Nicaragua, soy líder de una iglesia cristiana, me gusta trabajar con la gente, con los jóvenes, pero si es importante que pongamos otra fórmula, estamos abiertos.
Como líder de una iglesia, ¿cómo llevas tu vida religiosa y política?
Soy copastora de una iglesia cristiana, pero viene combinado. Me dijeron que tenía que hablar como política y yo les dije que tengo que hablar lo que siento, la política no se trata de gritos, confrontaciones, de dejar mal a alguien. La gente está cansada de ver ese patrón de comportamiento; no necesariamente se tiene que hacer una política agresiva para decirle la verdad a alguien.
¿Cuál es su mensaje para los demócratas cristianos que no están en la UDC?
Dice la Palabra de Dios que dos no pueden caminar juntos si no están de acuerdo y es lo que nos pasó con el partido de gobierno, no estábamos de acuerdo y no podíamos seguir caminando juntos. Nos dan el beneficio de la duda de si esta ruptura es definitiva. Estamos trabajando en una estrategia y es una buena estrategia de campaña.