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PANAMA | MILTON HENRIQUEZ: "INSUBORDINACION PELIGROSA LA DE LA POLICIA NACIONAL"

Editor Noticiero DC |

La insubordinación de la Policía Nacional ante una decisión del Consejo de Gabinete es un hecho gravísimo. Plantear que ‘policía juzga a policía’ es una terrible confusión con el fuero militar, que en Panamá abolimos junto al ejército hace casi 20 años. La renuncia al cargo del ministro Mulino hace resaltar aún más la gravedad de la situación, pero la promoción del Sr. Pérez a ‘presidir (sic) el Consejo de Seguridad’ como decía el comunicado de la Presidencia, es un insulto a la vocación civilista del pueblo panameño, sobre todo porque, según la Ley, quien lo debe presidir es el presidente de la República.
La Ley que penaliza la protesta, la que reemplazó a la ‘ley chorizo’ y mantuvo el régimen de impunidad para los miembros de la Fuerza Pública encausados por abuso de fuerza, los indultos presidenciales a los policías que mataron a los jóvenes pescadores, la falta de sanciones disciplinarias —agravado con un ascenso— a un clase que fue grabado pidiendo un soborno, la falta de acción disciplinaria contra los oficiales señalados como vinculados al secuestro y asesinato de los jóvenes chorreranos, la adulteración de archivos para acusar a voceros de ONG de faltas que no cometieron, la represión policial a las autoridades civiles de policía — como son los alcaldes y representantes — y las graves acusaciones, sin sanción conocida, a los miembros de la Policía Nacional que le dispararon a quemarropa a un joven y a los que cometieron abusos sexuales y violaciones carnales a damas de la etnia ngäbe en las recientes protestas, la aplicación indiscriminada del ‘Pele police’, más las cotidianas denuncias de actos de abuso policial a ciudadanos indefensos, van conformando un cuadro de insubordinación de la Fuerza Pública que propicia la desmoralización de los muchos integrantes honestos y patriotas que se sienten deshonrados ante la impunidad con la que se mancilla el uniforme policial.
Es necesario que su honor y dignidad sean recuperados dándoles una conducción efectiva dentro de la democracia, bajo el Estado de Derecho y la autoridad civil para devolverle el respeto y el respaldo de la ciudadanía.
Ante la grave actuación del director de la Policía Nacional lo que cabe es su destitución, no un ascenso ni un enroque. Frente a un país que se siente cada vez más inseguro y a ciudadanos que les empiezan a temer más a los policías que a los delincuentes, el presidente Martinelli debe comprender — como señaló el Partido Popular — que su legitimidad surge y depende de los votos y no de las botas.