.

OPINION - PANAMA | MILTON HENRIQUEZ: POLITICA DECENTE Y DOCENTE

Editor Noticiero DC |

En la lucha política no todo vale. Si queremos rescatar a nuestra Democracia de las garras del autoritarismo y si queremos defender nuestras libertades de los que abusan del poder que les entregó la República, tenemos que hacerlo de manera decente y docente.
La represión en Bocas del Toro, el asesinato de los pescadores en Playa Leona, la prohibición a los pescadores de palangre de que se ganen la vida honestamente, la muerte por incendio a los jóvenes del Centro de Cumplimiento y los cotidianos abusos de la fuerza estatal son actos deleznables, insensibles y en muchos casos, evidentemente criminales. La protección a los responsables de estos actos, a través del régimen de impunidad policial que ha creado este gobierno, es un insulto para sus víctimas y una necedad que raya en lo suicida para el sistema democrático.

Todo lo anterior merece repudio, protesta y denuncia. Sin embargo hay límites que no debemos rebasar si no queremos caer en lo que criticamos. El ámbito de intimidad familiar es una línea roja que no debemos atravesar. Un ministro puede ser un atorrante, pero eso no es culpa de su esposa ni de sus hijos. Un diputado puede ser sumiso al Ejecutivo al punto del arrastre, pero no podemos agredirlo a puños por eso. Un presidente puede ser insensible y arbitrario, pero eso no autoriza a irrespetar el cargo que él deshonra.
Es difícil mantener la civilidad cuando uno ve cómo se reprime a compatriotas, como se busca silenciar a los que opinan distinto, como se va destruyendo la institucionalidad política y las instancias de participación ciudadana. Pero el que sea difícil no nos autoriza a irnos por el camino de la impulsividad destructiva.
En cada denuncia, en cada acto de protesta y en cada demanda de atención, debemos enseñar con el ejemplo de cómo debe ser la conducta que exigimos de parte de los que nos gobiernan. Si cometemos errores, debemos ser los primeros en reconocerlo y enmendar. Si hay reacciones violentas del pueblo que protesta al contestar a los que nos agravian, debemos nosotros interponernos para evitar el daño. Si hay actos reprochables o verdaderamente criminales, debemos denunciarlos sin agregarle hechos o circunstancias que no sucedieron. ¿No es acaso eso lo que les reclamamos a ellos cuando se equivocan, reaccionan o comunican?
Solo siendo mejores que ellos podremos realmente cambiar nuestra realidad. Esto es lo que Panamá espera de los verdaderos demócratas.
EL AUTOR ES ABOGADO Y PRESIDENTE DEL PARTIDO POPULAR (PP).