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HAITI | EN BUSCA DE LA ESTABILIDAD POLITICA

Editor Noticiero DC |

Las elecciones presidenciales del 28 de noviembre no se desarrollaron con la normalidad deseada. Incidentes en algunos locales de votación provocaron la molestia de los haitianos e iniciaron los rumores de fraude.
Pese a la presencia de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comunidad del Caribe (Caricom), los resultados de los comicios fueron criticados por candidatos y votantes, por lo que el 7 de diciembre, cuando se entregaron los resultados, se desató la furia de los haitianos que salieron a las calles.

Según los resultados oficiales, la ex primera dama Mirlande Manigat obtuvo el 31,37% de los votos, seguida del candidato oficialista, Jude Celestin, con el 22,48%. En tercer lugar quedó el cantante Michel Martelly, quien consiguió el 21,84% de los sufragios, quedando fuera de la segunda vuelta.
Frente a este escenario de disturbios, el gobierno del Presidente René Preval solicitó a la OEA un informe de evaluación de las elecciones, para así validar los resultados.
Y aunque el documento final no se ha dado a conocer oficialmente, versiones obtenidas por medios de comunicación y supuestos borradores del documento publicados en internet conceden ahora una ventaja de unos 3.225 votos a Martelly sobre Celestin tras restar a ambos, debido a las irregularidades detectadas, parte de los sufragios que les otorgó el recuento oficial.
Así, Martelly tendría 227.467 votos, frente a los 224.242 de Celestin.
En el caso de Manigat, la OEA recomendó restarle 13.830 votos, con lo que reuniría un total de 323.048 apoyos.
La recomendación del organismo regional sería, por tanto, que el oficialista Celestin se retire de carrera, para que Manigat y Martelly disputen la Presidencia. 
Ahora la decisión sobre la segunda vuelta y quiénes participarán en ella depende del Consejo Electoral haitiano. Nuevamente se registraron incidentes al darse a conocer parte del contenido del informe, pero no alcanzaron la dimensión de los ocurridos en diciembre.
ACUERDO POLÍTICO
“Es muy importante, y creo que la OEA está trabajando fundamentalmente en esa línea, que los actores políticos más relevantes de Haití puedan reconocer y validar esta elección” señala Pamela Figueroa, directora de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Central.
“Y una vez que se valide la primera vuelta, definir cuáles son los candidatos que van a segunda vuelta y realizar la elección para pronto tener un Presidente electo, reconocido por todos los haitianos. Porque creo que esa es la llave para poder avanzar en el desarrollo de una institucionalidad que permita enfrentar y solucionar los otros problemas que estamos viendo, fundamentalmente la reconstrucción”, enfatiza Figueroa.
El cólera, la educación, la pobreza y el fortalecimiento institucional son los principales problemas que la cientista política identifica, pero “la reconstrucción va a ser el gran desafío del próximo gobierno de Haití”, recalca la académica de la Universidad Central.
PRESENCIA INTERNACIONAL
Durante los últimos años ha sido la Misión de Estabilización de Naciones Unidas para Haití (Minustah) la que se ha encargado, principalmente, de organizar al país centroamericano, devastado por crisis políticas, el terremoto y estos últimos meses por el cólera.
“La presencia internacional no puede ser permanente y la única manera de caminar hacia un estado estable, democrático, es fortaleciendo sus propias instituciones”, explica Figueroa, quien cree que “es a lo que debieran estar abocados ahora los organismos internacionales”.
Incluso los análisis de Naciones Unidas y otros organismos, “la presencia militar y la estabilización han sido importantes en el sentido de poder controlar los focos de violencia social que se han dado los últimos años, pero claramente lo que se necesita es construir instituciones de los mismos haitianos, que sean validadas, que tengan reconocimiento, que tengan arraigo en la sociedad, para que ellos vayan resolviendo sus propios problemas”, concluye la cientista política.