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CUBA. La disidencia cubana propone a Rivero una reunión: «Acuérdese de nosotros»

Editor Noticiero DC |

Menos de 24 horas tardó la disidencia cubana en buscar el contacto con el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, que se encuentra desde el lunes en Cuba, en una visita oficial de tres días que incluye varios encuentros con autoridades de la dictadura castrista. En una carta entregada al consulado español en La Habana, Oswaldo Payá destacaba la importancia de «que conozca opiniones diferentes a la del Gobierno sobre la realidad cubana, especialmente la situación de los derechos humanos, la injusta prisión de muchos cubanos por defender esos derechos» y sus «esfuerzos pacíficos por lograr cambios hacia la democracia». La misiva concluía con un «abrazo fraternal» y una oferta concreta: «Asistiré al lugar donde me cite y, si lo prefiere, será un honor para mi familia recibirle en mi casa».

Según Carlos Payá, hermano de Oswaldo y representante del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) en España, sólo persiguen una cosa con esta iniciativa: «Que se acuerden de nosotros», sin por ello inmiscuirse en asuntos internos de política española. «Cuando José Blanco (PSOE) visitó la isla, dijo que nadie de la disidencia le había llamado para sostener un encuentro», recordó Payá, que de esta manera busca «evitar que los visitantes extranjeros sigan al pie de la letra la agenda del régimen». Tanto Oswaldo como Carlos Payá apelaron a los conocidos vínculos históricos entre Cuba y Canarias, así como a una visión de la sociedad de este país «que no se reduce al gobierno cubano».

La invitación de Oswaldo Payá se entregó en el consulado de España en La Habana y, según fuentes cercanas al presidente canario, ayer por la tarde todavía no se le había notificado de la petición de reunión.

«Incontinencia verbal»

Por otra parte, la presidenta de CC, Claudina Morales, censuró ayer la «incontinencia verbal» del diputado regional del PP Miguel Cabrera Pérez-Camacho, del que dijo ha sido «víctima, una vez más, de sus recurrentes salidas de tono», a la vez que restó importancia a «unas críticas realizadas sin justificación alguna».

Cabrera había criticado la visita de Rivero porque «cualquier viaje oficial» a un país donde rige una dictadura lo considera «un mal ejemplo».