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VENEZUELA. Chávez sube el tono con Colombia al llamar a «prepararse para la guerra»

Editor Noticiero DC |

Los dos principales pasos de la frontera de dos mil kilómetros que comparten Venezuela y Colombia amanecieron ayer en calma. El flujo de ciudadanos y mercancías fue otra vez fluido. Pero apenas unas horas antes, el domingo, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, había pedido al país «prepararse para la guerra». Una guerra con Colombia, debido a la amenaza que según Chávez representa el reciente acuerdo militar entre Bogotá y Washington.

Tanto la frontera de Paraguachón, en el occidental estado de Zulia, como la del eje Ureña-Cúcuta, en Táchira, al suroeste, estaban ayer tranquilas. Más que la pasada semana, cuando Venezuela cerró el tránsito de mercancías y el intercambio comercial entre ambos países volvió a verse mermado.

El domingo, Chávez acusó de nuevo a Estados Unidos de tratar de invadir Venezuela y así frenar la revolución bolivariana, que él mismo lidera desde hace un decenio. Ante la amenaza de Chávez, Colombia anunció horas después que llevará las amenazas de Caracas a la Organización de Estados Americanos (OEA) y al Consejo de Seguridad de la ONU. El conflicto, que se remonta a hace dieciocho meses, ha alcanzado puntos álgidos tras la firma del acuerdo entre Colombia y EE.?UU. para la presencia estadounidense en siete bases militares colombianas, entre ellas, dos cercanas a la frontera con Venezuela. Mientras Chávez, por segunda vez durante el último año y medio, advertía de la movilización de tropas en la frontera, Colombia insistió en que no habrá «ningún gesto hostil hacia países hermanos». El presidente colombiano, Álvaro Uribe, sigue a la espera de que Chávez acepte la mediación del jefe de Estado de Brasil, Lula da Silva, para un encuentro a tres bandas dentro de dos semanas.

Las críticas de la oposición venezolana -a las que Chávez se anticipó el mismo domingo calificándola de apátrida y pitiyanqui- no se hicieron esperar. Acusan al presidente venezolano de tratar de contrarrestar una aguda caída de su popularidad -del 60% de apoyo al 30% a lo largo de este año, como apuntó el líder del democristiano partido Primero Justicia, Julio Borges- apelando a la carta del patriotismo. Chávez se enfrenta a crecientes protestas por la inseguridad, el racionamiento de la luz y el agua, y una fuerte inflación, que se prevé alcanzará el 30% a final de año.

Protestas de los gobernadores

Mientras, el gobernador de Táchira, César Pérez Vivas, férreo opositor al Gobierno, exigió al presidente rectificar y afirmó que el pueblo fronterizo «no será carne de cañón en una guerra contra un pueblo hermano». «Táchira ha sufrido con el colapso del comercio binacional, que se estima caerá este año en un 35%, luego de alcanzar un monto récord de 7.300 millones de dólares (casi 5.000 millones de euros) en el 2008. Las importaciones colombianas han venido sustituyéndose con compras desde Argentina.

Los analistas temen que Chávez aproveche la oportunidad para destituir al gobernador tachirense y también a otro de los opositores, el gobernador zuliano, Pablo Pérez. En este sentido interpretan las palabras de la vicepresidenta de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional, Iris Varela, que llamo a militarizar Táchira, el estado al que representa como diputada, y a cesar en sus funciones a Pérez Vivas, al que acusó de paramilitar.