El proceso electoral que tendrá su epicentro este 29 de noviembre está moviendo unas 250 mil personas, la mayoría temporales, que recibirán un estipendio del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
A este gran contingente humano se le suman, aunque no por ello ganando un salario, los actores directos de la jornada electoral, alrededor de 14,500 candidatos que representan a cinco instituciones políticas y 14 candidaturas independientes que se disputarán los 2,896 cargos de elección popular.
Al menos que las renuncias por la crisis política sean realmente masivas, disminuiría dramáticamente el número de políticos inscritos para participar en esta histórica y polémica fiesta electoral.
La organización
El TSE, creado en mayo de 2004 tras las reformas que sufrió
Todos tienen militancia política porque, aparte de ser nombrados por el Congreso Nacional, han tenido protagonismo en sus respectivos partidos pero actúan como magistrados independientes, según lo ordena
Hay, según el organigrama de la institución, un secretario general, cargo que desempeña Alejandro Martínez, un departamento jurídico conformado por Juan Carlos Hernández, Félix Martínez y Rafael Canales; y uno técnico, coordinado por Gerardo Martínez y Erasmo Henríquez.
El departamento financiero es dirigido por Darío Valladares; Comunicaciones a cargo de Roberto Reyes y Protocolo conducido por Waleska Zelaya.
Siete grandes proyectos representan el eje central de este proceso electoral, desde la óptica del TSE: La administración de la maleta electoral, el censo nacional y voto domiciliario, documentos electorales, imagen institucional y divulgaciones electorales, transmisión de resultados electorales preliminares y escrutinio, capacitación electoral y observación nacional e internacional.
Los magistrados tienen individualmente a su cargo la vigilancia y el cuidado de que estos proyectos marchen sin problemas, sin desmedro de su responsabilidad de impartir justicia electoral que puede ser por unanimidad de votos o por mayoría.
Temporales y permanentes
En total, son 140 empleados permanentes los que laboran para la institución electoral, todos dedicados al proceso, pero hay otros 9,735 contratados temporalmente.
De estos, 600 están en proyectos; 2,086 conforman los tribunales municipales; 126 los departamentales; 5,575 operan como custodios de centros de votación; 54 custodios departamentales; 894 custodios municipales y 400 que laboran en la transmisión de resultados electorales preliminares.
El ente colegiado cuenta también con siete empleados temporales extranjeros que laboran como asesores técnicos y consultores en diferentes proyectos.
Los empleados temporales en su mayoría gana el salario mínimo. Todos estos empleados trabajan en un solo horario de 8:30 de la mañana a 11:00 de la noche, incluyendo los fines de semana. Pero hay otras secciones, como las imprentas y la bodega electoral, donde se trabaja las 24 horas.
Si bien los observadores extranjeros no son empleados, el TSE incurre en gastos porque les paga, a gran parte de ellos, los pasajes más los gastos de estadía en Honduras.
A estos trabajadores se suman 153 mil representantes de mesas electorales (propietarios y suplentes), que también están catalogados como empleados porque ganarán un salario de 500 lempiras cada uno (solo el día de la votación) lo que significará para la institución electoral una erogación de 76 millones de lempiras.
Si hubiese participado la candidatura independiente de Carlos H. Reyes el costo de mesas hubiera rondado los 90 millones. No obstante, el resto de candidaturas independientes, 14 en total, sí tendrán representación en los municipios donde se postulan.
No se pueden quedar atrás 17 mil efectivos de las Fuerzas Armadas 16 mil policías y los empleados asignados a la seguridad privada cuyo costo al frente del proceso lo absorbe la institución castrense en base a un fondo de 28 millones que le asignó el TSE.
Ni
Este proceso le cuesta al pueblo hondureño alrededor de 600 millones de lempiras, de los cuales 118 millones fueron destinados para que el Registro Nacional de las Personas, identificara a casi un millón de hondureños.
A este costo hay que agregarle la deuda política que se le paga a los partidos. Esta vez y debido a la crisis política que atraviesa Honduras, la ayuda extranjera se redujo a la mínima expresión.
Democracia hondureña, de las más caras de América Latina
Los partidos políticos recibieron este año 35 millones de lempiras como adelanto de un 60 por ciento de la deuda política que por ley les corresponde.
Los fondos debieron haberse entregado el 12 de junio, 15 días después de la convocatoria a elecciones pero debido a que
En base a los resultados obtenidos por los institutos políticos en las elecciones generales de 2005, el Estado les entregará alrededor de 63.8 millones de los cuales ya se les adelantó más de la mitad.
El 40 por ciento restante se liquidará en marzo del próximo año, cuatro meses después de los comicios.
El Partido Liberal, con Elvin Santos a la cabeza, fue el que mayor cantidad de dinero recibió en concepto de deuda política. Según las fuentes consultadas, le toca a este partido 26.9 millones por haber obtenido en los comicios de 2005 un total 999,006 votos. En ese sentido, se le dio un anticipo de 16.1 millones.
El Partido Nacional, que fue beneficiado con 925,243 sufragios, recibirá 24.9 millones de los cuales se le adelantaron 14.9 millones.
Si a los partidos pequeños se les aplicara el concepto de 27 lempiras por cada voto, no recibirían ni un millón. Previendo esta situación
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