EUROPA. Confirmado: el belga Van Rompuy y la británica Ashton, presidente y ministra de Exteriores de la UE
El belga Herman Van Rompuy, actual primer ministro de Bélgica, será el primer presidente estable de
El belga Herman Van Rompuy será el primer presidente estable de
Los jefes de Estado y Gobierno de los Veintisiete han debatido la propuesta en una cena en la que debían manifestar su opinión sobre ambos nombramientos.
El consenso entre los líderes de
Herman Van Rompuy, actual primer ministro de Bélgica, de 62 años, pertenece al partido democristiano flamenco CD&V. Aunque lleva menos de un año en el cargo en su país, al que llegó casi sin querer tras la forzada dimisión de su antecesor, se ha ganado el reconocimiento a nivel doméstico y europeo por su carácter conciliador y hábil forjador de consensos. Es católico practicante, licenciado en filosofía por la universidad católica de Lovaina y máster en Economía aplicada por la misma institución.
Van Rompuy, un hombre prácticamente desconocido hasta hace unos días fuera de Bélgica y sin experiencia internacional, ha visto cómo su reputación no ha hecho más que crecer en su país desde que se hizo cargo del Gobierno, casi a su pesar, en diciembre del pasado año.
A pesar de heredar la jefatura del Gobierno de un país convulso por las agrias disputas entre flamencos y francófonos, y con una clase política desgastada y desacreditada, Van Rompuy ha logrado que Bélgica regresara a la normalidad. Quienes le conocen coinciden en señalar su falta de ambición, es también un avezado negociador al que se atribuye, como responsable del presupuesto, el que Bélgica lograra reducir su enorme deuda pública para poder adoptar el euro.
El presidente estable -elegido por dos años y medio, mandato renovable una vez- tiene el cometido de dirigir y animar las reuniones de los líderes, asegurar su preparación y continuidad, facilitar el nunca sencillo consenso y representar a
Por su parte, la británica Catherine Margaret Ashton, de 53 años, es la actual comisaria de comercio de
Economista de formación, tiene una amplia experiencia en cuestiones europeas, ya que ha dirigido el proceso del Tratado de Lisboa hasta su ratificación por
Ashton, muy próxima al primer ministro Gordon Brown, baronesa de Ashton de Upholland, miembro del Partido Laborista y ex presidenta de
Llegó a Bruselas antes del verano, después de que Brown la enviara para sustituir a Peter Mandelson, un peso pesado de la política británica al que el primer ministro llamó de vuelta a Londres para ser su "número dos" y tratar de enderezar sus perspectivas electorales para el próximo año.
PRIMERAS PALABRAS: Van Rompuy se compromete a escuchar a todos y trabajar por consenso
Herman Van Rompuy, se comprometióen su primer discurso a "tener en cuenta los intereses y sensibilidades de todos" y a tratar de garantizar el consenso en las decisiones de los Veintisiete. "Todos y cada uno de los países deben surgir victoriosos de las negociaciones. Una negociación en la que una parte termina derrotada no es nunca una buena negociación", aseguró.
Van Rompuy, dejó claro que su intención es buscar siempre el consenso a pesar de que una de las novedades del Tratado de Lisboa que entrará en vigor en diciembre es que se elimina la necesidad de unanimidad en el Consejo para muchas materias. "Como presidente del Consejo escucharé atentamente a todo el mundo y me aseguraré de que nuestras deliberaciones se convierten en resultados para todos", señaló.
Van Rompuy, que utilizó en su comparecencia el francés, el inglés y el neerlandés (su lengua materna), garantizó también el respeto a la soberanía y tradición de cada Estado miembro. "Aunque nuestra unidad sea nuestra fuerza, nuestra diversidad sigue siendo riqueza. Cada país tiene su propia historia, su propia cultura y su forma de hacer las cosas", subrayó.
Entre sus prioridades, que desgranó leyendo un discurso escrito, destacó la necesidad de responder a la crisis económica, al problema del desempleo y de avanzar en la lucha contra el cambio climático.
Por otra parte, y preguntado por sus antiguas declaraciones en contra de la entrada de Turquía en
Finalmente, cuestionado por sus sentimientos en esta noche, se sirvió del humor. "¿Cómo me siento? Lo explicaré en mis memorias. Por primera vez, me apetece escribirlas. Hasta ahora siempre me habían parecido un acto de vanidad", bromeó.