Juan Pablo Terra defendió e impulsó la democracia con su palabra y con sus acciones. Para él era ante todo un “ideal” cuya realización perfecta es inalcanzable, por lo que resulta siempre perfectible y nunca totalmente agotada.

En tanto “ideal” la democracia está caracterizada por varias notas constitutivas, que desarrolla en Mística, desarrollo y revolución, su principal obra de doctrina política (1969) y reafirma en octubre de 1990, en su último libro:

1.- La concepción de la persona como libre, moralmente responsable y titular de derechos inalienables, “reconocimiento que debe hacer cualquier gobierno que no sea una simple tiranía”, afirma

2.- La confianza en la sensatez básica del pueblo común, por encima de las calidades específicas que puedan tener las diversas elites; decía: “Creo en el pueblo, en el hombre común, como juez de alzada frente a ciertas opciones básicas que afectan la vida individual y social.”

3.- El ideal de la participación libre y responsable de las personas en la vida social, como forma de su propia realización; decía: “La grandeza se conquista asumiendo, libre, responsablemente, un papel en el servicio de los demás; en el esfuerzo colectivo”

4.- El pluralismo: el reconocimiento claro y abierto de la existencia de diferentes familias culturales, religiosas e ideológicas en la sociedad y del derecho a organizarse socialmente y a cultivar su acervo.

5.- La confianza en la posibilidad de un pacto democrático, de lealtad mutua, que consolide una forma de convivencia, dentro del cual puedan desarrollarse los conflictos.

Fuente: InstitutoJuanPabloTerra.org.uy