Este nombramiento es una falta de respeto y una burla al país. No podemos aceptar que se dé un nombramiento de un funcionario que nunca apoyó el ingreso de Costa Rica a la OCDE y que además lideró los esfuerzos en oposición a varios proyectos de la agenda de incorporación.

Es además una muestra de la estrategia recurrente que sigue el Gobierno para premiar a sus funcionarios con nombramientos en puestos de representación internacional.

Costa Rica necesita una representación que crea en los procesos y respalde el trabajo de esta organización y que además cuente con una visión moderna que permita al país maximizar los beneficios de su integración a la OCDE.

Le solicitamos de forma enérgica al presidente Carlos Alvarado Quesada, revertir esta decisión y proceder con un nombramiento que esté a la altura de las exigencias que amerita dicha representación. Si mantiene esta decisión, se pone en riesgo mucho del diálogo y de los acuerdos para el resto del gobierno.