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EL SALVADOR | LOS PESOS Y CONTRAPESOS: JORGE ARRIAGA, CANDIDATO A DIPUTADO POR EL PDC

Noticiero Demócrata Cristiano |

En esta oportunidad vamos a analizar un tema sumamente delicado y de gran trascendencia para el futuro de nuestro país, y por supuesto, para cada uno de nosotros. Como siempre, buscaré exponerlo de la manera más sencilla que me sea posible, a fin de que pueda ser fácilmente comprendido por todas las personas que lean esta publicación.

Comienzo citando un aforismo – una sentencia – refrán o frase acuñada por un historiador y político inglés del siglo XIX, conocido como Lord Acton. El decía: ¡EL PODER TIENDE A CORROMPER Y EL PODER ABSOLUTO CORROMPE ABSOLUTAMENTE! – dicho de otra manera: ¡EL PODER CORROMPE Y EL PODER ABSOLUTO CORROMPE ABSOLUTAMENTE!

Cuanta razón tenía este político. El hombre ama el poder de una forma entrañable, ama los elogios y los aplausos como nadie, compite por el poder, está dispuesto a darlo todo por conseguirlo. Aunque parezca increible, ¡el hombre es capaz de venderle su alma al diablo con tal de tener poder y dominar a los demás, con tal de ser alabado, admirado! –– Así ha sido desde el principio de los tiempos y así sigue siendo al día de hoy. Por tanto, dejo la primera pregunta sobre la mesa: ¿Cuántos la habrán vendido ya!

Es más, a tal grado llega la ambición del hombre y su delirio por el poder que, si pudiera, ya hubiera ido en busca de los tesoros de Dios y lo quitaría de su trono por la fuerza para sentarse él en su lugar. – ¡Aunque usted no lo crea!

¿Ejemplos? – Muchos a lo largo de la historia. En la actualidad no necesitamos irnos muy lejos, tan solo miren a su alrededor y confirmarán que es más de lo mismo.

¿QUÉ SON LOS PESOS Y CONTRAPESOS? – ¿PARA QUÉ SIRVEN?

Estoy seguro que durante estos cinco meses de vacaciones obligatorias por pandemia, habrá leído o escuchado en más de una ocasión hablar de pesos y contrapesos. Pues bien, ahora le explicaré que son éstos. Partamos de esta idea básica: Usted tiene un peso “X” al lado de una balanza. Luego, el contrapeso es un peso que se ubica en el sector opuesto del primero con el objetivo de que ambos alcancen un equilibrio.

En política se usa mucho esta frase, Pesos y contrapesos. Se le conoce también como controles y contrapesos, controles y equilibrios, frenos y contrafrenos o Controles y balances (en inglés, Checks and balances).

En ningún momento es mi intención abrumarlos con lenguaje jurídico. Sin embargo, para aquellos que ya se les ha olvidado lo que alguna vez aprendieron en la asignatura de ciencias sociales, creo que es el momento oportuno para recordarles que:

El Salvador no es una finca ni una hacienda privada, ni tampoco es una granja. No es una monarquía, no es un gobierno tribal, no es un estado socialista, no es un estado comunista, ni tampoco es un Sultanato. De ninguna manera. Por gracia bendita de Dios, en nuestra Carta Magna (La Constitución de la República), se establece que El Salvador es un Estado soberano y que la soberanía reside en el pueblo. Asimismo, establece que nuestro sistema de Gobierno es Republicano, Democrático y Representativo. El sistema político es pluralista y se expresa por medio de los partidos políticos. También señala que la existencia de un partido único oficial es incompatible con el sistema democrático y con la forma de gobierno establecido en la Constitución.

Los órganos fundamentales del gobierno son El Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial.

Sobre esta base, mis apreciados hermanos, en política, los pesos y contrapesos están representados en el principio de separación o división de poderes.

Así, cada órgano del estado tiene sus propias atribuciones y obligaciones que cumplir por mandato de la Constitución. Y ningún órgano tiene la potestad de interferir en las funciones de los otros dos, ni tampoco tiene la potestad para romper el orden constitucional establecido.

En palabras salvadoreñas, les guste o no les guste, cada órgano del estado tiene “rayada la cancha”. Así lo expresa La Ley, y ¡Punto!

¿POR QUÉ SON NECESARIOS ESTOS PESOS Y CONTRAPESOS?

El barón de Montesquieu, abogado, juez, filósofo y escritor francés que vivió en los siglos XVII-XVIII argumentaba que, “todo hombre que tiene poder se inclina a abusar del mismo, a menos que encuentre límites.” Por lo tanto, para que no se pueda abusar del poder, hace falta que el poder detenga al poder”. De aquí deviene el principio de separación de poderes, o lo que se conoce como los pesos y contrapesos. Por eso ven ustedes que en El Salvador, el poder político no está concentrado en un solo órgano del estado, sino que cada uno tiene su propia cuota de poder representada y delimitada en las atribuciones y obligaciones de cada uno. De tal forma que estén separados y se necesiten al mismo tiempo.

Este juego es el que hace o permite que, aunque haya tensiones y se confronten entre ellos, se tienda al equilibrio de poder. Repito, ningún órgano del estado tiene la potestad para interferir, entrometerse o usurpar las funciones del otro. Sin embargo, esto es precisamente lo que sucedió desde que inició la cuarentena. El presidente del órgano ejecutivo, queriendo arrogarse o atribuirse por la fuerza funciones que por ley no le corresponden. De tal forma que cuando la Asamblea Legislativa y la Corte Suprema de Justicia, le dijeron: ¡ALTO, BASTA, DETÉNGASE SEÑOR DEL EJECUTIVO – ESTAS FUNCIONES NO LE CORRESPONDEN A USTED, LÍMITESE A HACER SU PROPIO TRABAJO QUE LE ESTABLECE LA LEY, Y DÉJENOS HACER EL NUESTRO! – esto desató la ira del mandatario y de su gabinete y generó la ola de insultos, las maledicencias y las descalificaciones, con el propósito de manipular la opinión pública y caldear los ánimos de su club de fans para que se les vinieran encima a los otros dos órganos del estado. Incluso animó a la insurrección popular.

Muchas personas que no entienden esto, en especial los fieles seguidores de su excelencia, se enojan y se dedican a proferir toda clase de insultos y ofensas contra los legisladores y los magistrados a través de las redes sociales. Sin embargo, no comprenden que si no tuvieramos contrapesos, los abusos del ejecutivo hubieran llegado a niveles insospechados y a esta hora, la Asamblea Legislativa habría sido disuelta y no tendríamos Corte Suprema de Justicia (quizá ya los habrían fusilado), solo habrían medios de comunicación oficiales, y ya no


tendríamos un presidente gobernando el país, sino un Sultán sentado sobre una silla de marfil con fino terciopelo e incrustaciones de diamantes. Y todo mundo postrado rindiéndole reverencia.

Es mi esperanza que ahora se comprendan más claramente las razones del porque el poder total no puede estar concentrado en un solo órgano del estado y la importancia de los pesos y contrapesos, que son los que ayudan a guardar el equilibrio en el poder.

No deje de leer la próxima publicación, en ella explicaré lo que hay detrás de la estrategia de descalificación sistemática de los otros dos órganos del estado, por parte del ejecutivo.

¡QUE DIOS NOS AYUDE A ENTENDER QUE LOS TIEMPOS QUE VIVIMOS SON DIFÍCILES Y POR EL BIEN DE TODOS, QUE NOS ANIME A INCIDIR CON RESPONSABILIDAD Y SABIDURÍA EN LOS DESTINOS DEL PAÍS!

¡QUE ASÍ SEA!