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OPINION | DISTURBIOS EN EL CAPITOLIO: RESULTADO DEL DISCURSO DE ODIO; MARIANA GOMEZ DEL CAMPO, MEXICO

Noticiero Demócrata Cristiano |

El pasado miércoles seis de enero momentos previos antes de que comenzara la sesión del Congreso de Estados Unidos para certificar los votos del Colegio Electoral y con esto cerrar el proceso electoral estadounidense, un Donald Trump enardecido habló alrededor de una hora en el Monumento a Washington a los miles de simpatizantes que, durante días estuvo convocando para manifestarse por el inexistente fraude electoral. En su discurso descalificó a los republicanos que se negaron a apoyar la exigencia de detener la certificación, incitó a “luchar como en el infierno” argumentando que si no entonces ya no tendrían país. Fue por medio de un tuit que días antes convocó a una “Gran protesta” para “detener el robo” utilizando la etiqueta #StopTheSteal. 

Los simpatizantes de Trump no dudaron en reunirse en Washington, D.C., tampoco titubearon en sitiar el Capitolio, trepar muros, traspasar las vallas de seguridad e irrumpir violentamente. Llegaron al pleno del Senado al grito de “Make America Great Again”, invadieron las oficinas de los congresistas y lograron tambalear uno de los lugares más importantes para la defensa de la democracia y el imperio de la ley. Detrás de las dos fotos que más impactaron se encuentran la de Jake Angeli, autodenominado Chamán de QAnon, en la tribuna alta del Senado, con gorro de piel y cuernos, asiduo asistente de los mitines de Donald Trump, líder de una secta que difunde falsas teorías de la conspiración sin fundamento alguno, la más conocida es la de la lucha del actual presidente con un grupo de pederastas alienígenas encabezada por los democratas. La otra es la de Richard Barnett, líder de un grupo defensor del derecho a portar armas, que además tuvó la osadía de decirle al New York Times que había escrito una nota desagradable y había puesto los pies sobre el escritorio de la Presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. 

Aunado a lo anterior, no podemos tampoco dejar pasar de largo que la representante republicana de Illinois, Mary Miller, citó a Hitler en su discurso más reciente y, menos cuando el neonazismo estuvo presente en esta manifestación, pues algunos de los atacantes del Capitolio portaban playeras alusivas a Auschwitz y la leyenda de “el trabajo te hace libre” inscripción de muchos campos de concentración nazi, y otras haciendo referencia al Holocausto. Algo inaceptable. 

Todo esto fue el resultado de un discurso de odio que se fue propagando a lo largo de cuatro años, la polarización, el incremento del racismo sistémico y el creciente populismo de derecha, de mentiras constantes y del desprecio por la democracia, todo esto atizado por el presidente estadounidense y por una base republicana que lo permitió. 

Las reacciones de los expresidentes como Jimmy Carter, George W. Bush, Bill Clinton y Barack Obama, así como por supuesto del presidente electo, Joe Biden; coincidieron en que ese momento será recordado como un gran deshonor para los Estados Unidos y que no debe de repertirse jamás. Las renuncias de funcionarios de la Casa Blanca no se hicieron esperar, así como tampoco la de algunos miembros del Gabinete. La misma noche del miércoles congresistas republicanos manifestaron su condena ante los hechos y se manifestaron a favor del Estado de derecho y la importancia de fortalecer las instituciones a través de la democracia. Mientras que otros han tenido que renunciar por su participación en los disturbios. 

La invocación de la Enmienda XXV, que a grandes rasgos determina que “el vicepresidente y la mayoría de los miembros del gabinete pueden declarar que el presidente no es capaz de desempeñar las funciones y obligaciones de su cargo”, fueron una de las demandas que más eco tuvo. Sin embargo, el vicepresidente, Mike Pence, se negó a hacer uso de esta norma constitucional, por lo que los líderes demócratas han informado que para el día de hoy presentarán un nuevo proceso de destitución en contra de Donald Trump pues ha quedado muy claro que aunque sea una semana, es un peligro para esa nación. 

Por otro lado, Twitter suspendió de manera definitiva a @realDonaldTrump después de considerar que es un “riesgo de mayor incitación a la violencia”. Facebook e Instagram suspendieron las cuentas de manera indefinida un día antes. No obstante, no podemos olvidar que Trump gobernó, amenazó e incitó a la violencia constantemente a través de estas plataformas. 

Todo esto nos debería de poner a reflexionar sobre la importancia de las palabras, principalmente cuando vienen de un líder y sobre todo cuando vienen del presidente de una Nación. Ya lo decía Angela Merkel, “la libertad de expresión tiene sus límites: esos límites comienzan cuando se propaga el odio”. En México deberíamos de aplicar ese viejo refrán que dice que “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”. Al tiempo…