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EL SALVADOR | ¡EL SILENCIO, LA INACCIÓN Y LA CULTURA DE LA CORRUPCIÓN! - JORGE ARRIAGA, CANDIDATO A DIPUTADO PDC

Noticiero Demócrata Cristiano |

Es decepcionante e indignante observar la forma descarada, desvergonzada, con la que se cometen todo tipo de actos de corrupción. Pero, es peor aún, observar el silencio, la tibieza, la lentitud, y la indolencia con la que se mueven las instituciones que por ley de la república tienen a su cargo ejercer el control, la fiscalización del estado y la persecución del delito, así como aquellas responsables de diligenciar las demandas de inconstitucionalidad de las leyes, decretos y controversias entre los órganos del estado.

Lo curioso es que cuando los periodistas les cuestionan al respecto, todos tienen una justificación que dar para no hacer su trabajo con la celeridad y contundencia que las circunstancias exigen. ¡Desde que las excusas se inventaron...nadie cumple con su responsabilidad! – El silencio, la omisión, el no cumplimiento de las funciones del cargo – el hacerse el desentendido; o como bien decimos en nuestro país, el hacerse del “ojo pacho” (tolerar lo indebido, los abusos, lo ilegal) y no proceder en tiempo y forma – muy a pesar de lo que pudieran argumentar los especialistas: ¡Eso se llama complicidad, y esto también es corrupción! – Para muestra examinen lo sucedido durante esta Pandemia.

La corrupción es un mal social que con el paso del tiempo se ha ido convirtiendo en toda una cultura. Ahora se le conoce como: ¡LA CULTURA DE LA CORRUPCIÓN! – Esto significa que se reconoce (de hecho) como una forma de vivir. – Ahora es algo normal, habitual, es parte del quehacer, del modo de vida. – Es más, hasta se aplaude, porque ser corrupto se considera sinónimo de viveza, de astucia, de ser “animala”, de ser buxo! – Aquel hombre que no actúa de esta manera le llaman tonto, pero con otras palabras más fuertes que usted conoce. Ante esto solo puedo decir: ¡Pobrecito El Salvador! – ¡A lo que hemos llegado! –

El impacto de la corrupción en un país es enorme! – Muchas personas no son conscientes de que esta plaga carcome todas las áreas de la sociedad, frenando el crecimiento económico, vulnerando las democracias, dañando a nuestros niños, a nuestra juventud, contaminando las instituciones, empobreciendo y destruyendo los pueblos! – Los fondos que pueden ser destinados a la educación, a la salud, al desarrollo social, son sustraídos por pandillas de delincuentes, que no aprendieron otra cosa, sino a robar! – ¡Y muchos, con título! – El trampear, el transar y hacer arreglos oscuros, mediante toda clase de triquiñuelas y artificios “legales” están a la orden del día, son una moda! – ¡vaya moda!

Hoy en día millares de personas en el mundo son fieles seguidores del slogan perverso: “Transa y avanza”. Pero todos aquellos hombres y mujeres de bien que estamos despiertos y tenemos principios y valores firmes, sabemos que ésta es una vil mentira, una trampa para desviarnos del camino correcto, para estancarnos y conducirnos a la miseria. Por lo tanto, ahora es el momento en que debemos de unir esfuerzos y decir a la corrupción: ¡BASTA YÁ! – Y de inmediato cambiemos ese slogan perverso, por éste: 

¡Dios + Unión + Libertad + Trabajo + Integridad = ¡Cambio + Avance + Progreso! ¡Qué Dios nos ayude a despertar, a hacer consciencia de esto y ponerlo por obra.

Si lo hacemos, Dios caminará con nosotros, nos respaldará y nos dará la victoria, nos confirmará que EL BENDICE a la mujer y al hombre íntegros, y fructifica el trabajo honesto!

¡QUE ASÍ SEA!