Hay dos percepciones distintas de valorar a los partidos políticos en nuestro país. La primera, que considero equivocada, está en apreciarlos conforme al número de inscritos o votos aportados, y la segunda, valorarlos en las propuestas, planes, programas, principios ideológicos, y logros, lo cual es el fin de los partidos de cuadros.

En sus primeros años, la Democracia Cristiana, desde la oposición, en sus propuestas al país para las elecciones de 1968 fueron los primeros en proponer “la panameñización del Canal”. Propuesta novedosa al país, ya que con anterioridad se hablaba de eliminar la Zona del Canal o eliminar las bases militares. Lo anterior fue concretado con los tratados Torrijos Carter en 1977, materializados y perfeccionado con la efectiva entrega del Canal en 1999, propuesta consistente en –y la historia le dio la razón a los democristianos– que los panameños podemos administrar eficientemente el Canal de Panamá. 

Bajo la oposición política, y bajo el liderazgo de Ricardo Arias Calderón, fue el PDC el beligerante partido (entre otros partidos y agrupaciones) que luchó y finalmente logró establecer la democracia sin fraudes, entiéndase del sistema político con elecciones legítimas, sumado al respeto al estado de derecho, los derechos humanos, la libertad de expresión y prensa; características todas vulneradas durante la época de la dictadura. 

Luego en gobierno, la Democracia Cristiana propuso la subordinación de los militares al poder civil, con el fin de garantizar la seguridad de nuestro país, sin que el encargado de la misma fuera una amenaza al orden social y la Constitución política. También recientemente, en el periodo 2014-2019, fue partícipe del Plan de Desarrollo Integral de los pueblos indígenas, de la Ley de Carrera Penitenciaria y la reforma penitenciaria, El Hub Humanitario, La ley de Justicia Comunitaria de Paz y su reglamentación, la reglamentación del estatuto de los refugiados, el fortalecimiento de los estamentos de prevención, rescate y emergencias, entre otros logros relacionados a la gobernabilidad y los derechos humanos.

Desde el Legislativo, en estos 60 años, fueron los parlamentarios y diputados miembros de la estrella verde quienes crearon, propusieron, o modificaron leyes importantes, realidad hoy; todas con finalidad de consolidar la democracia e implementar la justicia social, como lo son: la ley de carrera administrativa, de los discapacitados, de la paternidad responsable, de la galleta y el vaso de leche, de los derechos de los pacientes, de las adolescentes embarazadas, de la pensión de viudez, de violencia intrafamiliar, de adopciones, de seguridad social para amas de casa, de sociedades de responsabilidad limitada, y de juicios internacionales, entre otras, destacándose la ley de transparencia y rendición de cuentas en la gestión pública. 

La democracia cristiana panameña, a través del PDC y hoy el PP, ha propuesto y concretado, con el apoyo de muchos panameños, grandes logros para el país. Esto no quiere decir que somos perfectos ni que no hayamos cometido errores, pero los hechos han mejorado la situación político social del país. Hoy debemos rescatar nuestra identidad, establecer un nuevo proyecto político que nos una, y para esto debemos debatir un nuevo plan para el país, fomentar más el pensamiento social cristiano, modernizar el partido con nuevos estatutos y tener muchos más candidatos propios a puestos de elección popular.