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NICARAGUA | EL PAÍS DEL ETERNO CREPÚSCULO; POR EDGARDO MACIAS, DIRIGENTE DE VOLUNTAD HUMANISTA SOCIAL CRISTIANA

Noticiero Demócrata Cristiano |

Nicaragua es el país del eterno crepúsculo. Nunca es totalmente de noche, nunca totalmente de día. Es el país del eterno ponerse el sol y del amanecer frustrado; el país de la penumbra, de las sombras largas. Y sin embargo, cobija a un pueblo que nunca pierde la esperanza.La aparición de las ideas humanistas cristianas en Nicaragua, como todo evento humano, obedeció a factores históricos reales que explican y justifican su existencia. Consecuentemente no se dieron por generación espontánea ni por los deseos de algunas personas sino que obedecen a circunstancias de la realidad del país. Alrededor de factores condicionantes, contributivos y desencadenantes.
Factores condicionantes son aquellos ligados a los aspectos naturales, físicos, que han aportado la base de la existencia biológica del nicaragüense, como la geografía, la geología y las relaciones telúricas, la economía y otros, que se constituyen en elementos que condicionan la posterior manifestación de la actividad productiva, como el trabajo, la sicología, el carácter, la cultura en general y la religiosa y/o espiritual en particular.

Los factores contributivos son aquellos que en nuestro concepto, si bien ya no condicionan la existencia en sí, son hechos que han contribuido a enfatizar ciertos aspectos de la conducta y las actitudes en las nueva generaciones de individuos, grupos y organizaciones; es decir, contribuyen a modelar más sus características y su contenido; generalmente son hechos de tipo traumático: cultural, educativo, social, psicológico, y frecuentemente tienen que ver con acontecimientos, eventos y grandes sucesos que impactaron su modo humano de ser o de existir.

Nos referimos a todos los acontecimientos que han contribuido a dar ciertos perfiles a la personalidad del nicaragüense, que se constituyen en factores que influyen en la posterior manifestación de la conducta, su carácter. Hechos traumáticos de la conquista, de la colonización, de las guerras, de las intervenciones extranjeras, de los terremotos, de las dictaduras políticas.

Los factores desencadenantes son los acontecimientos y sucesos más inmediatos que generan una respuesta, una reacción en el presente, provocando la formación de nuevos fenómenos sociales y humanos o influyen en los individuos y grupos humanos para que estos tomen ciertas decisiones o acciones. Por ejemplo: la pretensión de Costa Rica sobre el río San Juan aprovechando su ayuda para la derrota de William Walker en 1856, llevó a cierto cambio de actitudes de los líderes nicaragüenses de aquellos tiempos, plagado de sectarismo localista y de contradicciones sociales, impulsándolos a firmar el llamado “Pacto Providencial” que generó el inicio de la estabilidad en el país. El asesinato de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal en 1978, desencadenó una rebelión popular indetenible contra el tercer Somoza. Es decir, los factores desencadenantes son sucesos que impulsan inmediatamente a una acción determinada.

Es esta combinación de factores lo que ha producido la amalgama de actitudes y valores para modificar la realidad. Esto no significa que nuestro enfoque sea mono-determinista en el sentido de considerar que la realidad humana se transforma por un solo factor, sea económico, social o cultural-espiritual. Más bien se da una relación dialéctica entre ellos lo cual lleva a la transformación de los individuos y de la realidad.

Si bien en la evolución de un país el factor geográfico-económico juega un papel condicionante, hasta cierto punto, (Nicaragua- como dice un gran economista- es y será siempre un país agropecuario), los fenómenos humanos no están explicados solo por estos elementos; hay toda una serie de factores espirituales, culturales y psicológicos, asi como sucesos reales, que se combinan para producirlos.

Es la capacidad del ser humano, de actuar y reflexionar, sobre la realidad y sobre si mismo, lo que produce los cambios hacia un mayor grado de humanización. Y en ese proceso se encuentra con elementos de realidades ligadas a sus orígenes como grupo social que hasta cierto punto han establecido ciertas condiciones a su modo de existir en el presente, pero también se encuentra con elementos que no condicionan pero si contribuyen a visualizar la realidad actual de cierta manera y a trabajar para transformarla con los elementos que ella misma le proporciona.

En la naturaleza del ser humano hay algo que le hace modificar la realidad; una acción y reflexión, una praxis que lo hace no adaptarse sino transformarla. Esto incluye el luchar contra la opresión que nos llega desde el inicio de los tiempos.

Lo que han hecho algunos intelectuales es optar por la alternativa de Caín: matar al otro. Azuzar el odio de clases y la lucha de una clase contra otra, planteando que la meta humanista es el triunfo de la clase oprimida sobre la otra, sometiéndola y a su vez oprimiéndola, retornando hacia el pasado atávico tribal.

La meta de la humanización es la convivencia de todos, con justicia, con un bienestar apropiadamente distribuido entre todos, y su instrumento es la cooperación y no la dominación. Un bienestar construido con la participación de todos y no con métodos paternalistas que fomenten el parasitismo y la destrucción de los medios de producción.

Así, la aparición de las ideas humanistas cristianas, -superando una religión excesivamente providencialislista y de dependencia a poderes desconocidos superiores- y específicamente, de un organismo socialcristiano político con sus planteamientos de justicia social y de una sociedad participativa y comunitaria, ha sido esperada por el pueblo nicaragüense, proceso en el que se ha venido generando la conformación del país, en una búsqueda más consciente e inteligente. Su aparición fue el comienzo de la crónica de una nueva historia, donde se plantea que el sujeto sea el pueblo y no los caciques ni los caudillos ni las élites herederas de los conquistadores y colonizadores, ni los sectores poderosos, ni una determinada clase social. Porque repetimos, hasta la fecha, la historia de Nicaragua ha sido la relación de la lucha entre caudillos y caciques para obtener el poder y controlarlo, usando al pueblo como carne de cañón- y no para construir el bienestar de los nicaragüenses, para los nicaragüenses y por los nicaragüenses, única forma de elevarlos hacia niveles altos de humanización.

Es en esta perspectiva que debe visualizarse el hecho de que un grupo de nicaragüenses haya importado y adoptado las ideas humanistas cristianas - porque ni el cristianismo, ni el liberalismo, ni el marxismo, son autóctonos de América. El modelo de democracia americana si.

Este enfoque debe llevarnos a una nueva visión, a ver con nuevos ojos la fundación del Partido Socialcristiano Nicaragüense (PSCN) en 1957, así como de otras organizaciones humanistas cristianas, comienzo de un esfuerzo humanista para los nicaragüenses, buen comienzo aunque insuficiente por sí mismo. Digo el comienzo, porque el escribir un manifiesto es un paso importante, pero debe ser continuado con una acción acorde y coherente con las ideas, valores y actitudes contenidas en ese documento.

Psico-sociológicamente existe la llamada “cultura del silencio”,[1] fenómeno por medio del cual las viejas actitudes de dominación de los conquistadores y colonizadores, que se han vuelto fuertes e indestructibles y residen escondidas en la mente de los nicaragüenses como seres humanos, silenciosamente actúan en quienes intelectualmente plantean una nueva visión y versión de la política, pero terminan haciendo los mismos errores de los viejos tiempos, usando los mismos métodos, olvidándose del pueblo, de la militancia del mismo

partido; reproducen la vieja cultura y se dedican a luchar, otra vez, solo por el predominio sobre el otro, por alcanzar el poder por el poder mismo, controlarlo y usarlo para su propio beneficio, regresándonos, atávicamente, hacia los antiguos métodos caciquistas y caudillezcos.[2] Como complemento, el nicaragüense sigue siendo condicionado para aceptar ese dominio del viejo liderazgo.

El análisis de la historia de los humanistas cristianos puede decir si se ha caído también en esta misma actitud o si han sido testigos auténticos del evangelio político que han anunciado en su manifiesto de fundación.[3]
Este es el principal objetivo de este trabajo, servir de base para reflexionar sobre la forma en que hemos actuado y visualizar al menos la forma de cómo podríamos hacerlo mejor.

[1] Freire. Pedagogía del Oprimido. Ver también las teorías de la conducta de Carl Gustav Jung.sobre el inconsciente personal y colectivo.
[2] Freire, Pedagogía del Oprimido.
[3] Freire. Ob. Cit.