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CHILE - LOS 730 DIAS DE ROBERTO ENRIQUEZ ASILADO EN LA RESIDENCIA DEL EMBAJADOR DE CHILE EN VENEZUELA
Editor Noticiero DC
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El vienes 5 de abril se cumplieron dos años desde que acudió hasta la
residencia del entonces embajador de Chile en Venezuela, Pedro Felipe Ramírez,
para solicitar protección ante la orden de captura que emitió Nicolás Maduro en
su contra, debido a su supuesto rol como instigador de un quiebre
institucional.
El 5 de abril de 2017, y tras las gestiones del ex
presidente de la DC, Juan Carlos Latorre, el líder del partido opositor
socialcristiano Copei decidió poner fin al hostigamiento que desde hace meses
vivía por parte del chavismo, e ingresó a la casa ubicada en el barrio Country
Club de Caracas, de la cual no ha salido en setecientos treinta días.
“Se trata de la primera vez que un venezolano dura tanto
tiempo asilado en una embajada”, destacan desde su entorno, quienes
compartieron con Emol sus impresiones sobre cómo ha sobrellevado este largo
periodo de encierro. “Es una prisión impuesta por la dictadura, pero con
confort y con afecto”, dicen, destacando la gratitud que el político siente
hacia Chile.
Ha sido tanto el tiempo, que ha tenido que convivir con dos
representantes chilenos designados por distintos presidentes. Ramírez, nombrado
por Michelle Bachelet y con quien cultivó una gran cercanía, y Roberto Araos,
el encargado de negocios que fue mandatado por Sebastián Piñera tras su
decisión de no enviar embajador a la capital venezolana. “Aquí el equipo
diplomático es de un profesionalismo y humanidad que impresiona. Están siempre
pendiente de los detalles, de saber cómo está él de ánimo, de salud, de compartir.
Son cosas que no están establecidas en ningún acuerdo de asilo. Es expresión de
humanidad, una norma no escrita que lo ha conectado con el pueblo chileno”,
aseguran.
Durante este periodo, sus principales apoyos por parte de
Chile han venido desde distintos sectores. El más importante, aseguran, ha sido
el del ex embajador Ramírez, con quien hasta hoy tiene contacto. “Un hombre que
siendo izquierda pudo comprender la naturaleza criminal del régimen y convirtió
a Chile en el decano de la diplomacia acá”, destacan.
De hecho, Enríquez recuerda con cariño al diplomático y las
largas conversaciones sobre la caída de Salvador Allende y las diferencias y
similitudes con el proceso venezolano, las cuales plasmó en un libro que
escribió en el encierro. “Tiene varios títulos tentativos, la embajada, el
asilado, por ahí anda, esperamos que pronto vea la luz”, detallaron.
Otro respaldo importante ha sido el de la DC. Ayer habló con
Latorre, quien le contó sobre el viaje que realizará a Bruselas la próxima
semana para participar en la Internacional Demócrata Cristiana, donde expondrá
una vez más sobre su caso y ha mantenido contacto permanente con Fuad Chahín y
otros dirigentes de esa colectividad.
Esperanza por la libertad
De acuerdo a quienes han convivido con Enriquez, su rutina
ha tenido ciertas variaciones durante este periodo. “Han habido cambios, en el
ejercicio intelectual. Ahora hace más ejercicio, cosa que al principio no
hacía”, comentan, junto con agradecer la compañía de Freddy Guevara, el otro
dirigente opositor que permanece en la embajada.
Las visitas familiares disminuyeron con el tiempo, ya que la
mayoría de sus cercanos abandonaron Venezuela debido a que el régimen confiscó
todas sus propiedades: Por seguridad, emigraron a Canadá, Panamá y Estados
Unidos. Algunos aún lo visitan, como su madre, quien pese a las limitaciones de
salud ha acudido hasta la embajada.
El líder del Copei ha mantenido cierto contacto con sus
camaradas de partido, con quienes conversa continuamente por teléfono. En su
cuenta de Twitter ha podido expresar algunas ideas y posiciones, aunque aclaran
que esa cuenta es manejada por la colectividad.
Pese a que en un momento Chile le ofreció asilo, el político
se comprometió consigo mismo a salir de la embajada en el momento en que su
país recupere la democracia. “Quienes se van a ir del país van a ser otros, los
tiranos”, suele decir Enriquez, quien ve de cerca el fin de la dictadura
gracias a las gestiones del presidente encargado, Juan Guaidó.
“Esto ha sido muy duro y traumático, pero estamos en los
estertores parturientos de la libertad. Venezuela se va a encontrar este año
con la libertad, eso va a resolver su problema judicial y el de todos los
presos y perseguidos”, aseguran. Una vez que eso ocurra, lo primero que tiene
pensado hacer es viajar a Chile para agradecer la ayuda.
El viernes, en Washington, sus compañeros de partido
estuvieron en la OEA y en la Comisión Interamericana de DD.HH. para pedir un
pronunciamiento sobre su caso. Mientras, en Caracas, y al igual que todos los
otros días desde hace dos años, el huésped pasará la jornada en introspección,
pero convencido de que este es el último año que pasará en la embajada.
Por Felipe Vargas Morales para El Mecurio On Line (EMOL) de
Chile