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CHILE | "MI CANDIDATURA TIENE AHORA UN NUEVO SIGNIFICADO" CAROLINA GOIC

Noticiero Demócrata Cristiano |

“Mamá, ¿qué vas a hacer?”, le preguntaron sus dos hijas, de 14 y nueve años. Carolina Goic, 45 años, candidata presidencial de la DC, había sufrido una gran derrota política en la junta nacional de su partido. La falange confirmó la lista de postulantes a la elección parlamentaria, incluido el diputado Ricardo Rincón, hoy símbolo de aquello que Goic quiere desterrar de la política.
Carolina perdió. La imagen fueron sus enormes ojos azules sumidos en la frustración, mientras Rincón -acusado de violencia intrafamiliar y con una sanción civil por lo mismo- saltaba eufórico junto a sus adherentes, como hinchas de un clásico del fútbol. Ella, quien asesorada por su equipo había extremado las cosas para lograr un pronunciamiento -en una jugada que hasta fue vista como pretexto para terminar con una insípida apuesta presidencial-, se encerró, guardó silencio, se declaró en estado de reflexión.

A principios de semana, Goic abandonaba su carrera. Hasta que la senadora DC rompió el ostracismo y anunció que se queda en la presidencial. Y que, además, con plenos poderes para poner y sacar candidatos de la plantilla parlamentaria, no inscribiría la candidatura de Rincón, siempre en pos de “elevar el estándar ético” de la política. Una misión con tono altruista, aplaudida por el establishment decé, pero que poco encaja con la idea de que esa misma plantilla, hasta ahora, va en lista conjunta con los partidos más a la izquierda de la Nueva Mayoría: el MAS, reconocidamente chavista, y la Izquierda Cristiana.

Hoy, los análisis dicen que usted salió fortalecida de la crisis, pero ¿cómo va a remontar el 1% de adhesión que tiene?
Esta no es una candidatura que tenga sentido ni que se pautee por las encuestas.

Pero reflejan un sentir de la población.
Sí, pero hay un dato no menor. Todos los candidatos presidenciales me mandaron un tuit apoyando y sumándose a esto de tener un estándar ético, salvo Sebastián Piñera.

¿Qué quiere decir?
Es evidente, él mismo se acusa de tener tejado de vidrio en esta materia. Y eso es algo que tiene que responder. Me parece que instalar esta dimensión ética sobre cómo hacemos las cosas, en como enfrentamos la discusión sobre el futuro del país, es un tremendo aporte de mi candidatura.

En su estándar ético, ¿Piñera no podría ser candidato?
Si uno aplica un estándar ético, que va mucho más allá de lo legal, no. Me encantaría que él dijera algo sobre las medidas de transparencia que yo he planteado hace tiempo.

Usted al principio era de las parlamentarias más cercanas a Bachelet, y hoy sale a disputar el centro a Piñera. 
Yo no me disputo el centro con Sebastián Piñera, yo me disputo la Presidencia de Chile. Y eso es muy distinto. Es liderar el país que queremos construir. Hay gente decente en todas partes, entonces, hoy ponemos un piso sobre el cual queremos conversar y que es este camino de renovar, limpiar la política en base a la verdad y la transparencia. Y eso no es propiedad de ningún sector. Y después, lo que quiero recuperar es una mirada más larga de país.

Pero su mirada tiene una proyección larga y la elección es en cuatro meses más. Es difícil revertir la situación actual.
Creo que lo que tenemos que tener los candidatos presidenciales es una mirada de construcción de futuro, eso es lo que le ofrecemos al país. Este país que cada cuatro años viene y te cambia todo, no resiste. Nadie crece así. No vamos a garantizar estabilidad así.

Pero usted puede estar construyendo una opción para ocho años más.
Soy de las que enfrentan las tareas y las batallas como si fueran las últimas todas. Y voy a dejar los pies en la calle, como lo he hecho hasta hoy, para tener el mejor resultado.

Se resiste a decir que es una candidatura testimonial, entonces.
Que da un testimonio distinto. Y si eso ayuda, además, a que hagamos un debate sobre un estándar ético, es una candidatura que tiene muchísimo sentido.

“Golpe duro”

Repasando su semana, ¿cómo vivió la junta del sábado pasado, cuando se aprobó la candidatura de Rincón?
Lo viví como un revés, tal como lo planteé ese día. Un golpe duro, no solo en lo personal, sino también para el partido. Yo inicié esa junta haciendo un discurso en que marcaba mucho la disyuntiva en la que estaba la DC, que enfrentaba dos caminos. El camino que es quedarse en las mismas prácticas de siempre, y otro, que es asumir el desafío de elevar el estándar ético y de actuar con mayor transparencia, apegados a la probidad. La frustración de ese día tuvo que ver con eso.

¿No pudo prever esa votación? ¿Usted creía que iba a ganar en la junta?
Sí, yo me la jugué por una opción. Muchas veces uno se juega por una opción sin tener certeza de que la vas a ganar, pero es porque estoy convencida de que era lo correcto. Es el camino difícil, que significa muchas veces cambiar formas en las que estamos acostumbrados de hacer las cosas en política.

Claro, pero muchas veces uno ve cuánta agua tiene la piscina y después ve si se tira.
Sí. Creo que si hay algo que me caracteriza es tratar de actuar con el máximo de coherencia. Yo soy de las que creen que uno se juega una opción. Incluso, muchas veces, si no hay agua para la piscina, vale la pena jugársela. Y eso es lo que pasó esta semana. Creo que el camino de la transparencia, de la verdad, de la ética, es un camino sin retorno.

Esto significó que usted casi dejó la candidatura presidencial. ¿Cómo ve las responsabilidades que hay detrás de este traspié? 
Ahí hay dos cosas. Esta misma junta nacional había aprobado un voto político general respecto de no llevar candidaturas que tengan condenas por violencia intrafamiliar. Esa es una señal no solo necesaria, sino que básica. Y después de lo que ha pasado, si hay algo de lo que me alegro, es que esa vara queda instalada y no solamente en nuestro partido, sino también en el resto. Podríamos haber tenido una junta con una mejor discusión, sin duda, pero yo me quedo con las cinco mil firmas, la mayoría de ellos, de militantes, pidiendo revertir la situación. Este es el triunfo de la gente que se levantó, que estuvo con velatones, que hicieron sentir su postura, y esto marca también un hito en el partido, que es empezar a conectarse con lo que la gente nos está pidiendo.

Pero esa crisis también se da porque se “rinconizó” la junta. Ustedes llevaron las cosas a una situación límite.
Yo hubiera esperado que la solución hubiera sido distinta. Que se hubiera acogido el llamado que hicieron Ignacio Walker y Soledad Alvear en función de una frase de Tomic: “Nadie es más grande que el partido”. Ahora, hay una decisión tomada. Yo también tomé la mía y lo importante es cómo esto nos sirve para instalar un piso en términos de estándar ético. Mi candidatura tiene ahora un nuevo significado.

Usted perdió en la junta y se declaró en estado de reflexión. ¿Qué sintió?
Uno nunca espera una derrota, pero creo que uno tampoco puede ocultarlas en la vida. Eso hay que enfrentarlo, hay que asumirlo. Eso ha sido siempre mi forma de enfrentar las cosas, de cara. Y lo que hice fue estar con mi familia, en un espacio muy íntimo, y recibí muchos mensajes. Vi cómo se generó un movimiento, cómo desde las bases surgieron voces con mucha fuerza, y esa es una señal muy esperanzadora también.

Hubo días en que usted se iba a bajar…
Sí, porque consideraba que no estaban las condiciones, que había una candidatura que era incompatible con la mía. Y durante la semana se generaron las condiciones para mantenerla. Eso es dar una señal clara respecto de que no llevamos candidatos que tengan condenas por violencia intrafamiliar y también de escuchar a mucha gente decente que lo que quiere es que actuemos con decencia.

¿No teme erigirse como la cara de un estándar ético?
En eso quiero ser clara: no hablo desde la superioridad, no soy ni más ni menos que cualquier otro. Tampoco soy la justiciera. Esto no se trata de una caza de brujas, y cualquiera que hace su trabajo en buena ley no tiene por qué sentirse amenazado.

En las redes sociales se relacionó su fracaso en la junta con el hecho de ser mujer. ¿Se le hizo más difícil por eso?
Por supuesto. Ha sido no solo en la junta, sino que desde que asumí la presidencia del partido, quizás con más fuerza. De hecho, valoro harto un tuit de Beatriz Sánchez que dice que si yo fuera hombre, esto no habría pasado. O tengo un amigo que me decía el otro día: “Oye, si tú fueras hombre, probablemente hablarían de un gran líder por las cosas que has hecho”, pero con una mujer siempre es distinto. Esta sigue siendo una sociedad muy machista. Que invisibiliza a las mujeres. Por ejemplo, en el debate de la despenalización del aborto, cuando se cuestiona la violación de una mujer, es una expresión brutal del machismo que persiste en nuestro país. A un hombre no se cuestionaría.

¿Usted sintió el machismo en la junta?
Por supuesto. Pero ¿sabes qué? Nunca he sido de las que se quejan, no es esa mi actitud frente a la vida. Al contrario, me siento muy orgullosa, porque he podido ser parte de una historia para las mujeres en materia política de visibilización.

Entremedio de este lío, salió la carta de su marido. Y lo que subyacía en esa carta es el hecho de que usted sea mujer. Cuando dice “Carolina no está sola”, está diciendo que tiene un hombre atrás que la defiende.
Creo que eso grafica muy bien el sentido de su carta. Y no me gustaría abrir el tema, sino más bien cerrarlo y que sea la última vez que hablo de la carta de Christian. Él la escribe como marido, desde su mirada, como un compañero incondicional. Y es de defensa de su señora.

La carta avivó más la crisis que había en la DC. ¿Fue un error?
Probablemente generó una polémica adicional que no era necesaria. Pero me quedo con lo que hay de fondo: la defensa desde su espacio, como marido.

Pero tiene un contrasentido con una mujer que se plantea como líder que el marido salga a defenderla…
Mira, en esta sociedad hay palos porque bogas y palos porque no bogas. Porque la mujer está sola o porque no lo está. Yo soy una mujer como muchas chilenas, con una familia hermosa, un marido que la quiere, yo me dedico a una actividad que es difícil para las mujeres.

“No me corresponde juzgar”

Rincón anunció que recurrirá a todas las instancias para mantener su candidatura.
Tiene derecho a hacer lo que estime pertinente.

¿Está convencida de que golpeó a su ex pareja?
No me corresponde a mí juzgar a nadie. Ese no es mi rol. Para mí es muy importante el pronunciamiento de la Comisión de Ética, que fue unánime, y que es muy claro al respecto. Y en un partido donde hacemos un compromiso en materia ética, no podemos desechar un pronunciamiento así.

Usted indicó que iba a usar la facultad para revisar candidaturas en todos los casos que fueran necesarios. ¿Qué piensa de la postulación de la ex directora del Sename Marcela Labraña?
No me voy a pronunciar sobre un caso u otro. Lo que sí voy a repetir es que esta no es una cacería de brujas y los que han hecho las cosas bien pueden estar tranquilos.

¿Y en el caso del senador Pizarro, que será formalizado por el caso SQM, si fuera a la reelección?
Él no va a la reelección.

¿Y el diputado Marcelo Chávez, formalizado por manejo en estado de ebriedad?
Esto no es una cacería de brujas. Tampoco un esfuerzo por perseguir a los políticos, por el contrario, esta es una oportunidad de tener definiciones que nos permitan hacer mejor política.

¿Por qué en el caso de Rincón tuvo una opinión, y en la de otros parlamentarios no?
Es que el de Rincón es un caso distinto. Donde hubo un pronunciamiento de la Comisión de Ética, porque la junta manifestó su voluntad de no llevar candidatos que tuvieran condenas por violencia intrafamiliar.

¿Cómo recibió la decisión de Sergio Espejo, cercano a usted, de renunciar al partido?
Hablé con él el día jueves, lamento su renuncia. Estos días hubo mucha gente que me dijo que iba a renuncia, a todos les pedí que tuviéramos calma y que viéramos cómo resolver esta situación.

¿Va a suspender su presidencia en el partido cuando inscriba su candidatura?
Tal cual como lo planteé. Es una decisión a partir de la inscripción de las candidaturas.

Pero la señal es como decir “como no voy a ganar, suspendo por mientras”.
No. Es porque otra decisión implica también, administrativamente, otros cambios, que no son oportunos hoy. A partir de hoy, y más todavía al día siguiente de la inscripción de las candidaturas, vamos a salir todos a la calle a trabajar. Asumo con mucho más optimismo esta candidatura.

Se habló de que algunos militantes, entre ellos el grupo Progresismo con Progreso, de Mariana Aylwin, evaluaban irse para armar un nuevo proyecto político.
Yo espero que Mariana Aylwin sea candidata a diputada, ojalá varios también de ese mundo estén dispuestos. Este es el momento en que nos toca a todos ser candidatos y apoyar un proyecto colectivo para tener mejores resultados.

¿Y cómo va a ir en un pacto con partidos que apoyan a Maduro?
Esa es una diferencia que sí me complica. Que en la situación de Venezuela se planteen ambigüedades es inaceptable. Pero no solo en el caso del pacto, a mí me parece increíble que un partido que es de gobierno, frente a una declaración muy clara, tenga una postura distinta. En Venezuela hay una dictadura.

¿Sigue estando la DC en la Nueva Mayoría?
Es como un juego de palabras que siempre se usa. Nosotros somos parte de este acuerdo y vamos a ser hasta el último día de gobierno.

Entonces sí es parte de la Nueva Mayoría.
La Nueva Mayoría es un acuerdo político programático, respaldando el gobierno de Michelle Bachelet. Y eso va a ser hasta el último día de gobierno. Pero no hay duda de que en el mundo de la centroizquierda hay que reconstruir relaciones. Y parte de lo que hemos dicho es que no podemos seguir con la inercia. Aquí hay un desafío de reconstrucción de un mundo que le dio al país los mejores años de progreso que conocemos, desde la recuperación de la democracia, pero que también agotó un ciclo y que hoy tiene la tarea de mirarse y de rearticularse.

¿Y esa reconstrucción tendría que pasar antes de comprometer un apoyo en segunda vuelta o ese apoyo va a ir igual?
Es un tema mucho más de fondo y que yo aspiro que seamos capaces de hacer un aporte real a la construcción de esa mirada de país que nos permita confluir.

¿Hoy no puede asegurar apoyo para la segunda vuelta? 
Es que no se trata de decir que sí o que no. Nuestro adversario político es Sebastián Piñera, ahí hay un modelo de sociedad que no compartimos.

¿Y con Guillier sí comparte?
Ahí falta sentarse a discutir la propuesta.

TOMADO DE latercera.com