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CUBA | JOVENES CATOLICOS AL PAPA FRANCISCO: "EN CUBA HAY OBISPOS COMPLICES"

Editor Noticiero DC |

Las aguas están revueltas dentro de la Iglesia católica cubana luego de que se publicara una crítica carta firmada por un grupo de jóvenes católicos dirigida al papa Francisco. En ella denunciaron a los líderes eclesiásticos de la isla por ser cómplices de las constantes violaciones a los derechos humanos perpetradas por el Gobierno.

La carta tomó relevancia en los últimos días en medios y redes sociales a raíz de que el pontífice enviara el pasado 6 de septiembre una misiva para los católicos cubanos en ocasión de la celebración de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de la isla. El papa Francisco aludió a la superación de las adversidades y aseguró que “la victoria es para quienes se levantan sin desanimarse”.
El documento fue originalmente entregado en mano al papa en una audiencia privada el pasado 14 de mayo por los familiares de Oswaldo Payá, férreo disidente fallecido en Cuba en un dudoso accidente automovilístico en julio de 2012.
La correspondencia, que empezó a circular a fines de julio, está firmada por cinco católicos cubanos de entre 24 y 29 años, algunos graduados de universidades cubanas y otras expulsados del curso de sus estudios.
Todos ellos son miembros del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), una red fundada en 1998 y liderada por Oswaldo Payá. El MCL se autodenomina como un movimiento de defensores de los derechos humanos en la isla que buscan propiciar una pacífica transición a la democracia.
Erick Álvarez, uno de los activistas, comentó que también le han enviado una copia a la jerarquía episcopal cubana.
“Se la hemos enviado en copia dura al nuncio apostólico de la Santa Sede en Cuba, el arzobispo Bruno Musaró y a todos loS obispos cubanos en formato duro, es decir por escrito, en la conferencia de obispos católicos y además por correo electrónico a sacerdotes, religiosas, misioneros, diáconos y algunos laicos bien comprometidos en la Pastoral de la Iglesia con el objetivo de compartir y de poder hacer una modesta contribución al diálogo intraeclesial”, expresó Alvarez.

Denuncian un silencio cómplice de la jerarquía católica

Entre los puntos destacados de la carta enviada al papa Francisco se destaca el pedido de los jóvenes a que los líderes cristianos tomen una postura clara y transparente frente a los abusos del régimen de los Castro, además de denunciar un acercamiento preocupante entre sus líderes y los agentes del Gobierno.
“Quizás haya que recordarles a nuestros pastores que tanto para dialogar como para mediar se requiere identidad clara e indispensable autonomía para poder expresarla sin ambages en la búsqueda colegiada de la verdad con los otros, apertura y reconocimiento a todas las partes, dosis adecuadas de moderación, pero con transparencia, rigor y respeto por la verdad.
Y esto, en una dictadura enquistada en más de cinco décadas de absolutismo, siempre cuesta, y sólo lo hacen bien quienes logran superar los miedos conquistando la libertad interior en el absoluto desprendimiento de no tener nada que proteger y nada que ambicionar”, detalla la carta.
Más aún, aseguran que ya se ha disipado la crítica clara y contundente que solían tener los escritos de las publicaciones católicas contra el abuso del régimen.
“Sujetos a los vaivenes de esta complejísima relación, la precaria autonomía de las publicaciones católicas y los centros de formación al servicio de laicos y consagrados, está mucho más allá de la presumible buena voluntad de sus realizadores y los convierte en voceros no ya del arzobispo, sino de quien domina en aquella relación, los mismos que permiten que sigan existiendo y circulando, mientras no sobrepase el umbral de tolerancia o en última instancia, deje de servir, a la larga, a sus denostables propósitos”, continúa el documento.
Los jóvenes aprovecharon la oportunidad para expresar asimismo su disconformidad con el comunismo de la isla al decir: “Basta de decidir y pensar por mí e imponerme una ideología de Estado que no me representa. Basta de obligarme a jugar la farsa política pasando por encima de mis principios y condición de hombre libre, bajo la amenaza de perderlo todo”.
Sin ir más lejos, exhortan a la Iglesia que vuelva a tener un papel predominante en la arena política defendiendo los ultrajes del abuso de poder estatal y que se desprenda del miedo que, aparentemente, impera en la institución.
Obispos piden reformas más profundas
Por su parte, el plan Pastoral para el período 2014-2020 publicado hace algunas semanas por la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC), instó al presidente de Cuba a realizar cambios “más profundos y oportunos” para mejorar la situación de los cubanos residentes.
“Sectores amplios de población padecen pobreza material, producto de salarios que no alcanzan para sostener dignamente a la familia”, indicaron los obispos en el escrito.
Entre las reformas que aspiran se encuentra la apertura a un Estado “menos burocrático, más participativo, menos paternalista y más promotor, menos autoritario y más democrático”.
Por su parte, el arzobispo y nuncio apostólico en Cuba Bruno Musaró expresó que había denunciado a fines de agosto, luego de celebrar misa en Italia, la “pobreza y degradación humana” de la isla.
Agregó que “aún medio siglo después, se habla de revolución, se la alaba, mientras la gente no tiene trabajo y no sabe cómo hacer para alimentar a sus propios hijos”.
La paulatina desaparición de la voz crítica católica
Michel Ibarra, cubano exiliado viviendo en Argentina, le explicó a PanAm Post cómo observó la decadencia de la crítica contenida en las publicaciones católicas a lo largo de los últimos años.
“Recientemente la Iglesia en Cuba destituyó a los dos editores de Espacio Laical, una publicación de la arquidiócesis de La Habana que era conocida por ser bastante crítica al Gobierno y a la realidad cubana. Ellos dicen que renunciaron, pero no mucha gente se lo cree. Espacio Laical responde a la Iglesia y había estado en medio de fuertes polémicas.”
Advirtió que “En 2013 llegaron a pedir elecciones directas y libres para el Gobierno, pero desde entonces han ido diluyendo bastante su confrontación con el poder. Y es una pérdida. Creyentes cubanos de toda la isla se la distribuían para poder leer periodismo independiente que no fuera perseguido”.
Dado que el cardenal Jaime Ortega está pronto a jubilarse, Ibarra mencionó que sería lógico que quieran mantener la confrontación con el Gobierno lo más baja posible.
“Quizás la disidencia esperó más del cardenal Ortega porque de joven estuvo en las Unidades Militares de Ayuda a la Producción [campos de trabajo forzado que existieron en Cuba entre 1965 y 1968], a aquellos campos mandaban a personas religiosas y a homosexuales, hippies y otras personas ‘de conducta impropia’. Pero la verdad es que Ortega nunca buscó una confrontación directa con el Gobierno”, concluyó.