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PANAMA | MILTON HENRIQUEZ, PRESIDENTE DEL PARTIDO POPULAR: "LA LEY CEMENTERIO"

Editor Noticiero DC |

En contra de los compromisos adquiridos en la concertación, en contra de lo exigido por el Frente por la Defensa de la Democracia y en contra de la prudencia y el sentido común, el presidente Martinelli interrumpió su gira alrededor del mundo y regresó a Panamá para imponer la impopular ley que promueve la venta de los terrenos de la Zona Libre de Colón; con lo cual vuelve por el nefasto camino del remate del Patrimonio Nacional para tapar el hueco fiscal producto de su irresponsable administración de la cosa pública. Y ¡zas! se fue para Japón después de dejar el rancho ardiendo.
Cuando decimos que el presidente Martinelli ‘solo echa para atrás para coger impulso’ es pensando en momentos como este.
Cuando decimos que es producto de su irresponsabilidad fiscal —hace unos meses el ministro De Lima reconoció que tenían un déficit de más de cuatrocientos millones de balboas— es porque este es el gobierno que más impuestos ha cobrado y que más deuda ha adquirido en la historia republicana y, sin embargo, se quedó sin plata.

Chantajear a los colonenses amenazándolos con que no les harán las obras presupuestadas si no aceptan que se vendan las tierras de Zona Libre, es un insulto a la inteligencia y una afrenta a la pobreza.
Vender las tierras de la Zona Libre es matar la ‘gallina de los huevos de oro’; pan para hoy y hambre para mañana. La más importante zona libre del mundo es Hong Kong.
En Hong Kong la tierra es estatal; no se vende, se alquila. Si se requieren más ingresos para Colón, perfectamente se pueden aumentar los alquileres. Vender la tierra no solo es una mala idea para el Estado y el pueblo por lo que hemos dicho, también es una mala idea para los empresarios ya que tendrán que ‘enterrar’ literalmente más de novecientos millones de dólares en capital de trabajo.
Capital que se pudiera usar para comprar mercancías, comprar equipos, ampliar facilidades y aumentar la planilla. Si los obligamos a ‘enterrar’ ese capital de trabajo el efecto es exactamente el opuesto.
¿Qué van a hacer si producto de su estúpida ley aumenta el desempleo en Colón?
No, señor Gálvez, esta ley que quiere matar la ‘gallina de los huevos de oro’ y que quiere rematar el Patrimonio Nacional es mala y la vamos a enterrar en el cementerio de la estupidez política; y, créame, que nadie la va a llorar más que usted y su patrón. Pero todos recordaremos su ingrata frase.