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Con respecto a la preocupante situación de la cantidad e intensidad del alumbrado público en la ciudad de Antofagasta y las alarmantes declaraciones que llaman a disminuir aun mas su intensidad, en las que se dice que se puede bajar un 30% mas su luminosidad y que todo seguiría normal, el profesor Ricardo Rabanal Bustos declara lo siguiente a la opinión pública regional y nacional.
Así como sectores ligados a la astronomía mundial hablan de la por ellos llamada “contaminación lumínica”, miles de vecinos de la ciudad en los distintos sectores de Antofagasta están sufriendo de la “contaminación oscura” ya que la Capital Minera se ha convertido en la ciudad menos iluminada y más oscura de Chile.
Si para la ciudadanía es fácil percibir la escasa iluminación de las calles céntricas, de la plaza Colon, de los paseos peatonales y parques públicos como lo es la Avenida Brasil. Para los sectores poblacionales de la ciudad, simplemente la oscuridad reina, convirtiendo las calles y pasajes de los sectores más populares en verdaderos laberintos oscuros donde reina la delincuencia, la droga, la falta de visibilidad y por ende la protección de los vecinos de Antofagasta se encuentra gravemente afectada .
La falta de iluminación de las fachadas de edificios públicos que son patrimonio histórico y arquitectónico de la ciudad, además de la oscuridad, abandono y vandalismo a que está sometido el borde costero, restándolo a las actividades peatonales, deportivas y dificultando notablemente la conducción vehicular nocturna por la falta de una debida iluminación hacen que rápidamente estos espacios públicos y de patrimonio cultural y turístico de Antofagasta se estén perdiendo.
El profesor Rabanal hace un Llamado a las autoridades regionales, provinciales, comunales y a la comunidad antofagastina plena, a defender nuestro derecho a vivir en un ambiente sano y libre de contaminación de cualquier tipo, arsénico, plomo, oscuridad etc. La ciudad de Antofagasta y su implementación vial y urbana debe estar al servicio y protección de sus habitantes y no al servicio de los observatorios internacionales que muy poco o nada aportan al crecimiento económico de los vecinos de Antofagasta, mas aun cuando estos conglomerados internacionales no imponen las mismas condiciones de oscuridad en países y ciudades europeas donde tienen otros observatorios, como lo hacen con la ciudad de Antofagasta, nuestra siempre, histórica y reluciente “Perla del Norte “.