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Carlos Payá lleva tres
noches sin dormir, no ha tenido tiempo ni de echarse a llorar. Su hermano, el
opositor Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano de Liberación, falleció
el domingo en un accidente de tráfico lleno de incógnitas. Él se ciñe a la versión
que le acaba de dar su cuñada, la viuda de Oswaldo, Ofelia Acevedo, con quien
habló momentos antes de conceder esta entrevista en Madrid, donde vive el
cubano desde hace tres décadas.
–Me imagino que usted
estaba acostumbrado a leer desinformaciones o incluso críticas sobre su
hermano, pero que ni en su muerte le hayan dejado tranquilo... ¿Cómo le ha
afectado?
–El tema, como siempre, es
la falta de información. Una cosa es enterrarlo físicamente, porque no hay otra
opción y otra enterrarlo ya política y definitivamente. Una manera de hacerlo
es a través de la desinformación y la rumorología. Y hay una sola causa que es
que el Gobierno de Cuba tiene que dar a la familia información, tal y como
comenta mi cuñada, no una información verbal, sino un informe detallado de lo
que está pasando y no estar pendiente de rumores de personas que están haciendo
investigaciones por su cuenta y sacando ya conclusiones. Me parece inmoral que
haya gente, supuestos opositores, haciendo investigaciones y sacando conclusiones.
Eso es hasta cruel. Y se suma a la crueldad del Gobierno.
–Precisamente ayer,
leíamos que el disidente Elizardo Sánchez había mandado a dos personas a
la zona del accidente y que había sido un «impacto brutal», pero que no había
habido otro coche.
–¿A quién mandó? ¿A
Horacio y a Gil Grissom del CSI? Si mandó a Grissom de CSI todavía, pero, por
favor, bromas no. Tenemos mucho dolor para gracietas. De hecho, mi cuñada los
desautoriza.
–En el accidente están
involucrados tanto un político español como un político sueco. El español está
detenido y prestando declaración. ¿Qué cree que hará Ángel Carromero? ¿Salir
cuanto antes?
–Eso lo tienen que
contestar el Gobierno cubano y el español.
–Pero vamos, que su cuñada
ha dicho que quiere hablar con él.
–Ella dice que le gustaría
verlos, que en ningún caso busca culpables, pero sí que quiere verlos.
–¿Qué le pasó a Payá en
junio?
–El mes pasado, mi hermano
tuvo un accidente. Le dieron un golpe por detrás y volcó. Él mismo no lo quiso
denunciar, por no darle importancia. Pero sin duda fue un accidente y él tuvo
magulladuras. El coche volcó y pudo haber tenido peores consecuencias.
–¿Y las amenazas? ¿Eran
continuas?
–Continuas desde hace 20
años. Persecuciones, seguimientos, amenazas, chantajes, a la orden del día
desde la fundación del Movimiento Cristiano de Liberación en 1988.
–¿Por qué molestaba tanto
su hermano?
–Porque en Cuba, la gente
decente le molesta al Gobierno. Pero, sobre todo, molestaba su calidad humana,
su liderazgo, y lo que proponía. Que era que en Cuba, el pueblo, pidiera sus
derechos. Y para eso propiciaba, como fue el caso del Proyecto Varela, que los
cubanos perdieran el miedo de uno en uno. Y 25.000 cubanos perdieron el miedo
uno a uno firmando el Proyecto Varela. O como «El camino del pueblo», donde más
de 70 organizaciones y unos 1.200 cubanos están trabajando juntos por encontrar
un consenso para un cambio pacífico y siempre en aras de la reconciliación. Él
siempre decía una frase que nosotros repetimos constantemente dirigida
precisamente a los que le persiguen, o en este caso, a los que le perseguían
allí, que era: «Yo no te odio, pero no te tengo miedo». Ese tipo de personas
molestan a la dictadura.
–¿Quién va a liderar el
MCL?
–La viuda de mi hermano,
Ofelia, no es que herede el puesto. Ella participó en la fundación, participó
en la creación y en todo el principio y hasta este momento.
–Ayer en el funeral creo
que es la primera vez que se habló tan alto y tan claro dentro en una iglesia
cubana...
–Nosotros hemos hablado
muy alto y muy claro siempre. Pero sí, la pena es que haya tenido que ser en la
despedida de Oswaldo. Siempre el movimiento ha hablado con esa claridad, es muy
discreto, pero lo que hace lo hace en público.
–¿Usted piensa que si no
hubiera sido su hermano se estaría tratando el caso con tanto hermetismo?
–Creo que no, pero el
Gobierno cubano es así de hermético. El origen de esto reside en el desprecio
que tiene por su propio pueblo y en especial por la oposición. El hermetismo,
el oscurantismo y la manipulación forman parte del «modus vivendi» de esta
dictadura.
–Dentro de España, ha
tenido mucho apoyo, pero también ha habido quien no ha sido tan sensible, como
por ejemplo Cayo Lara.
–Yo viví en Cuba 25 años y
sé lo crueles, vulgares y apestosos que son los comunistas. Ya tengo la nariz
acostumbrada al mal olor. Nadie puede ofender ni a Oswaldo, ni a Harold, el
joven líder que también murió. Aunque estos temas puedan parecer ofensivos, a
estos dos mártires nadie les puede ofender.
En primera persona
Ofelia Acevedo / Viuda de
Oswaldo Payá
«Tengo el derecho a
no creerme el accidente»
«Sólo tengo una versión
verbal de un oficial de la Policía que me dijo brevemente que el vehículo
perdió el control por un exceso de velocidad y chocaron contra un árbol, lo que
provocó la muerte a mi marido», aseguró Ofelia Acevedo a su hermano Carlos en
unas declaraciones a las que tuvo acceso este periódico. «Los únicos testigos
eran un ciclista y un tractorista que vieron la nube de polvo, pero a mí nadie
me ha enseñado ni un gráfico, ni una fotografía, ni una versión oficial». Para
Ofelia es clave que el Gobierno no me ha entregado las pertenencias de Oswaldo,
incluida la cámara de vídeo que llevaba consigo». Por este motivo, Ofelia
explicó que «no tengo la obligación de creérmelo». Ella recuerda que su esposo
era muy precavido, tanto al volante «manejando» como dando indicaciones. Para
ella, «no es sustentable» hasta que no se abra una investigación.
Además, Ofelia se
justifica, pues tras «la experiencia que teníamos en amenazas, tengo todo el
derecho a poner en duda lo que se está diciendo». Ofelia no ha podido hablar
con testigos, por lo que pide al Gobierno español y a su embajador en Cuba
verse con Ángel Carromero. No le va a culpar, sólo quiere saber su versión, que
es la de la última persona que le vio con vida. «Tanto el español como el
político sueco estaban aquí de viaje, no de labor política. Mi marido, a quien
le cuesta mucho viajar –una vez iba a coger un avión y la Policía tomó el
aeropuerto– les pidió que le facilitarán el poder moverse por Cuba».
Entrevista para www.larazon.es