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EDITORIAL | ¿LOS DEMOCRATA CRISTIANOS SOMOS DE DERECHA?

Editor Noticiero DC |

Desde que comenzó a existir el NOTICIERO DEMOCRATA CRISTIANO, he comenzado a seguir las noticias de los Partidos Humanistas Cristianos de nuestro Continente, en la prensa de cada país, y es común que nos tilden, en los medios de comunicación, como partidos “de derecha”, ahora bien: ¿lo somos?
Creo que es imprescindible que a nivel continental, osea, a nivel de ODCA, comencemos a tomar una postura clara de nuestra identidad como demócrata cristianos, social cristianos, o humanistas cristianos, quizás no tanto hacia el interior de nuestros partidos, me refiero hacia las bases y cuadros dirigentes, quienes se suponen deberían tener en claro en qué espectro político nos ubicamos, sino hacia el afuera.

Debo reconocer que no conozco plenamente las implicancias de ser considerados “de derecha” en cada uno de los paises (enla Argentina no es bueno), pero si se que más allá de cómo juegue esta calificación, la misma tiende a ser “descalificadota” y lo que es más importante, errónea.
Demasiada bibliografía hay sobre nuestra doctrina y la posición ideológica de la misma, pero evidentemente, puedo estar hablando por ignorancia, no ha sido suficiente o lo ha sido de manera poco clara, a la hora de las clasificaciones, por lo menos las más comunes y arraigadas en nuestras sociedades: izquierda, centro y derecha, con sus respectivos matices.
Ahora bien, la DC es: ¿de izquierda?, ¿de centro? O ¿de derecha?
Haciendo un análisis muy simplista de nuestro pensamiento como personalistas comunitarios, y partiendo principalmente de nuestra concepción del Hombre, desde el punto de vista integral y la definición o concepción más abarcativa del término, claro es que estaríamos fuera de esa clasificación, la que se encierra en concepciones netamente materialistas, lo que se contrapone con lo que denominamos “lo trascendente”, y que es pilar fundamental de nuestro ideario.
En un muy buen trabajo hecho por la ODCA, bajo la Presidencia del Camarada Gutenberg Martínez, se editó el libro denominado “El nuevo centro humanista reformista” que hecha luz sobre la cuestión, pero que evidentemente no ha sido suficiente para que el común de la gente, entienda nuestra posición, y de tal forma evitar que aquellos calificativos tendenciosos surtan efecto.
Este es un llamado a la reflexión, pretende ser un disparador para el análisis de la cuestión, y de ser posible, del debate entre quienes conformamos la gran comunidad democristiana.
Hace algún tiempo, cuando pregunté dónde se ubicaba la DC, quien es hoy el Presidente Nacional del PDC Argentino, el Dr. Carlos Traboulsi, me dijo: “El juego pendular de izquierdas y derechas en el mundo responden al materialismo y nosotros no tenemos nada que ver con ello. Los partidos demócrata cristianos desde lo Político somos Liberales, entendido este pensamiento como la defensa del sistema democrático, participativo, transparente, honesto. Desde lo Social debemos definirnos como Conservadores, entendido este pensamiento como la defensa de los derechos humanos desde una concepción integral, empezando por el primer derecho, sin el cual el resto carece de sentido, que es el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Dentro de estos derechos que son preexistentes a la existencia del Estado, encontramos por ejemplo el derecho a una familia, al trabajo digno, a la educación, a la salud, a la vivienda, a la alimentación, a la información, al tiempo libre, etc. Y, en lo económico debemos definirnos como Socialistas Comunitarios, pues partimos desde el principio de la Universalidad de los Bienes que han sido puestos en el mundo para el uso y disfrute de todos y cada uno de los seres humanos. De acá parte la inclusión social, la distribución equitativa de la riqueza, la justicia social, entre otras. Es decir que los partidos que se inspiran en el humanismo cristiano podemos coincidir de acuerdo a los temas en beneficio de las personas que tratemos con las izquierdas o derechas, pero nada tenemos que ver con ellas, por eso debemos hablar nuestro propio idioma.”
Lucas Pereyra
Editor