Lo que ayer sería una toma pacífica de la Alcaldía del municipio El Libertador, en el estado Mérida, terminó en violencia y agresiones por parte de los representantes del sector oficialista en la entidad, quienes marcharon desde la plaza Bolívar de la ciudad hasta la sede del ejecutivo municipal para rechazar su presunta participación en los disturbios y quema de la oficina regional de Corpoelec.

Según informaron autoridades del gobierno municipal de El Libertador, los manifestantes provenientes de diferentes localidades de Mérida fueron convocados un día antes a la actividad por el gobernador Marcos Díaz Orellana, con el propósito de demostrar que es el pueblo quien tiene el poder.

Desde la plaza iniciaron la marcha en un recorrido aproximado de dos kilómetros. Al llegar a la sede de la Alcaldía amenazaron con tomar las instalaciones alegando “tener el poder para derrocar al alcalde”. Piedras y botellas fueron lanzadas hacia al organismo, impidiendo la entrada y salida de los trabajadores por 45 minutos aproximadamente.

Mientras se retiraban del lugar, los manifestantes lanzaron panfletos que decían: "Contra el terrorismo los paracos mercenarios de la propiedad privada", acompañados con las fotografías del Presidente de la República y el mandatario regional.

La sede del partido Copei también fue destrozada por los seguidores de Díaz Orellana. Amenazaron con volver y repetir las acciones en las instalaciones del poder ejecutivo municipal.