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OPINION. Esa porfiada verdad

Editor Noticiero DC |

Por Carlos Alvear Pareja

Los seis procesamientos del juez Alejandro Madrid son un hecho inédito en la historia nacional. Es primera vez que se considera a seis personas como autores, cómplices y encubridores del homicidio de un ex Presidente de la República, Eduardo Frei Montalva.

Creo que es sano que hagamos un poco de memoria. Hasta la fecha de su deceso, Eduardo Frei era el líder de la oposición democrática. En agosto de 1980 había convocado al teatro Caupolicán en lo que se llamaría el “Caupolicanazo”, lugar donde por primera vez se reunió en un acto público la oposición a la dictadura militar. En dicho acto, Frei hizo un llamado a elecciones libres y abiertas, discurso que entraba en abierta oposición a la línea de Pinochet con su plebiscito fraudulento que finalmente terminó por imponerse.

Las dictaduras latinoamericanas impusieron la doctrina de la seguridad nacional, vinculada a un sistema económico y político que suprimió la participación del pueblo en las decisiones políticas y estableció la lógica del enemigo interno. En ese contexto, fallece un ex Presidente de la República. Hoy sabemos que fue asesinado cobarde y traicioneramente, que su muerte está vinculada al posterior asesinato del químico de la DINA, Eugenio Berríos, presuntamente a manos del DINE del Ejército.

Todos deberían recordar que el Comandante en Jefe de dicha institución en 1992 era Augusto Pinochet, precisamente en momentos en que la justicia estaba investigando la muerte con gas sarín del ex diplomático español Carmelo Soria.

El camino para obtener verdad y justicia por parte de la familia Frei ha sido largo, con incomprensiones, muchas veces teniendo que justificar o explicar lo que para todos es un derecho: obtener verdad y justicia. Sin embargo, la verdad siempre sale a flote como un corcho en el agua, no importa cuántas personas han mentido en este proceso, no importa el tiempo pasado. Lo importante es la verdad, y sobre la base de ella hacer justicia.

Malamente algunos han planteado lo inoportuno de la resolución a días de una elección presidencial, pero lo cierto es que la justicia tiene sus tiempos, distintos a los electorales. Precisamente, porque la búsqueda de la verdad y la justicia es un verdadero laberinto.

La verdad ha sido porfiada, la misma que nos dice que un ex Presidente de Chile fue asesinado de la manera más vil y canalla que se puede conocer, por defender nuestro derecho a decidir libremente.