.

HONDURAS. No quiere restitución pero CN sigue adelante

Editor Noticiero DC |

Manuel Zelaya parecer haber encarnado la legendaria fábula del zorro que de las uvas dijo: "bah... ¿quién las quiere? seguramente están verdes", cuando finalmente se dio cuenta que las mismas le eran inaccesibles.

Es así, que un Zelaya condenado a vivir confinado en la embajada brasileña, sin amigos, sin poder, con decenas de procesos judiciales sobre sus espaldas y sin respaldo del Congreso Nacional y de la mayoría de sectores de la sociedad, envía una carta al presidente Barack Obama, en la que le notifica que "no acepto ningún acuerdo de retorno a la presidencia".

La decisión del ex presidente, destituido de su cargo el 28 de junio por tratar de imponer una nueva forma de gobierno mediante la instalación de una Constituyente, solo demuestra lo que ya todos sabían: falta de apoyo en el Congreso Nacional para lograr su restitución.

Y es que así como el zorro de la fábula tomaba impulso y se lanzaba con energías por alcanzar las uvas, fue la misma delegación de Manuel Zelaya la que propuso acudir al Congreso Nacional y no a la Corte Suprema de Justicia para dirimir lo concerniente a la restitución.

El acuerdo se redactó en esos términos y Zelaya finalmente accedió a firmar.

Horas después, al percatarse que el acuerdo le era desfavorable y los objetivos inaccesibles, pretendió imponer condiciones no establecidas en el acuerdo para conformar el Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional, el cual debía estar integrado a más tardar el 5 de noviembre. El propio Thomas Shannon, subsecretario de Estado, aclaró desde Estados Unidos que el gobierno de unidad no tenía nada que ver con el asunto de la restitución.

Ante tal afirmación, Zelaya declara el acuerdo "letra muerta" y opta por retirar a su delegado en la Comisión de Verificación, pese a que esta comisión se instaló precisamente para dirimir diferencias.

En virtud de que el acuerdo no puede ser roto, el Legislativo tiene, según el mandato del numeral 5 del pacto Tegucigalpa/San José, la responsabilidad de retrotraer, en lo procedente, el Poder Ejecutivo a su condición antes del 28 de junio.

En ese sentido, Ramón Velásquez Názar, vicepresidente del Congreso, declaró ayer que ese Poder del Estado continuará con el trabajo que le fue encomendado.

Las bancadas de los partidos han garantizado que tomarán la decisión pertinente en base a ley y a la Constitución.

La determinación es un duro revés para Zelaya, que aspiraba a lograr un acuerdo político con los parlamentarios.

Agobiado porque "Estados Unidos lo dejó solo en medio del río" y varios países han confirmado su respaldo a las elecciones del 29 de noviembre, Zelaya le informa a Obama que el acuerdo está "sin valor ni efecto" y por tanto, no cumplirá ninguno de los 12 puntos acordados bajo el auspicio de la comunidad internacional.

Pero no solo eso se conjuga en contra de las aspiraciones de Zelaya. Hasta ayer, la "resistencia zelayista" no había logrado que el partido Unificación Democrática se retire del proceso electoral y con ello, se exponga a la cancelación de su personería jurídica y por tanto, a su desaparición como partido político.

Sumado a esto, sus principales bastiones en su lucha por recuperar el poder decidieron subirse al barco elvincista, entre ellos el periodista Eduardo Maldonado, quien el viernes afirmó que las elecciones "son legales".

Ayer, desde la Embajada de Brasil y tras la acostumbrada misa de los domingos, Zelaya dijo que su posición no significa que ha renunciado al poder, pues está seguro de que su mandato termina el 27 de enero de 2010. Ahora, afirma, su intención es ser restituido evocando una resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA).