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ESPAÑA. Discurso de Rajoy en el Comité Ejecutivo Nacional

Editor Noticiero DC |

Queridas amigas y amigos del Comité Ejecutivo Nacional. Muchas gracias a todos por estar aquí. Mi intervención va a ser clara y sincera. Intentaré describir objetivamente los hechos.
Sólo pretendo que esta intervención sea útil para conseguir lo que deseamos todos, que ganemos las próximas elecciones y que sigamos trabajando por el interés general de nuestro país, España. Estos son los objetivos de mi intervención en el día de hoy. No otros.

Voy a comenzar haciendo un breve relato de los hechos que se han producido en estos últimos 20 meses. En marzo de 2008 el PSOE volvió a ganar las elecciones. En junio de ese año tuvo lugar nuestro Congreso Nacional. Presenté mi candidatura a la presidencia del partido por tres razones:

La primera porque, aun siendo lo sustancial la victoria del PSOE, el PP mejoró su porcentaje de votos, número absoluto de los mismos y el de diputados respecto de la legislatura anterior.

Superamos el 40% de los votos y obtuvimos el segundo mejor resultado de nuestra historia como partido en unas elecciones generales. (Aunque en el año 1996, con menos votos y menos porcentaje de votos pudimos gobernar… en aquella ocasión IU tuvo 21 escaños y en 2008 sólo 2)

Presenté mi candidatura porque los resultados electorales me permitían hacerlo. No lo hubiera hecho en otras circunstancias.

La segunda razón fue porque una mayoría del partido me pidió que lo hiciera. Y para mí, que llevo aquí desde 1977, esta era una razón de mucho peso.

La tercera razón por la que decidí presentarme, la más importante es porque me veía, igual que hoy, con fuerza, ganas e ilusión para ganar las próximas elecciones generales.

Entonces hubo algunas compañeros que pensaron de manera diferente, pero lo cierto es que nadie presentó una candidatura, y lo que es más importante, el 84,6 de los compromisarios del congreso decidieron dar su apoyo a la candidatura que yo encabezaba en voto secreto y, por tanto libre de cualquier presión.

Presenté un equipo para el comité ejecutivo. Sois los que estáis aquí. Algunos como miembros natos en razón de la responsabilidad que asumís en el partido. Quiero dejar claro que nadie de esos miembros natos hubiera quedado fuera de mi candidatura salvo que no hubiesen querido ir en la misma,

Este Comité Ejecutivo no es muy diferente del de etapas anteriores. Hubo, es lógico, algunas incorporaciones. Renovamos por adición. Y hubo algunas personas, en un número mínimo, que no se incorporaron al comité porque esa era su voluntad y así me lo manifestaron. A otros no los incorporé porque habían dejado patente su desconfianza hacia el proyecto que yo lideraba. Pero insisto, la mayoría de los que formaban parte del comité anterior estáis hoy aquí. Pretendí integrar y sinceramente creo que lo conseguí. Este Comité Ejecutivo es absolutamente representativo de lo que es el Partido Popular en toda España. En paralelo a ese proceso se produjo el reparto de responsabilidades en la organización. Propuse, como es obligado, a los miembros de la dirección del partido y de los grupos parlamentarios. Todas esas propuestas fueron apoyadas por una amplia mayoría en los órganos competentes. Y hubo algunas personas que no aceptaron las responsabilidades que se les ofrecieron, bien porque pretendían desarrollar tareas más importantes, o bien porque preferían estar, sin más en una segunda línea. En resumen, todas las decisiones se tomaron con afán integrador y fueron respaldadas por una amplia mayoría. En mi opinión, una vez terminado el proceso congresual, todo el mundo debería hacer aceptado su resultado y actuar en consecuencia.

Después del Congreso Nacional se celebraron los congresos regionales del partido. Pienso que las cosas se hicieron razonablemente. Buscando sumar. No hubo mezquindad alguna en las decisiones. Se apoyó a los creíamos eran los mejores, que además contaban con el beneplácito mayoritario. No se actuó en base a otros criterios distintos de los que convenían al partido. Más tarde aprobamos las candidaturas a las elecciones vascas, gallegas y después europeas. Los criterios fueron exactamente los mismos. En la elaboración de las candidaturas sólo se atendió al interés general del partido y no a ningún tipo de simpatías personales.

Queridas amigas y amigos. Todos sabéis que después del Congreso Nacional de Valencia de junio del pasado año las cosas no han sido fáciles, ni nos las han puesto fáciles y los detalles sobran.

Pero hay algunas cosas que conviene recordar. Hemos ganado las elecciones en Galicia, casi nadie apostaba por ello. Todos lo sabéis. Hemos propiciado, después de muchos problemas que están en la mente de todos, un cambio político de primera magnitud en el País Vasco.

Hemos ganado con claridad las elecciones europeas -mejor resultado de nuestra historia como partido en una convocatoria al Parlamento Europeo-. Lo que no logró la oposición en la mayoría de los países europeos. A nuestros tres candidatos vuelvo a darles las gracias. No lo tuvieron fácil.

Estoy seguro de que todos los cargos públicos de este partido se alegraron con estos resultados en público… y en privado. Y ahora quiero referirme a lo que me parece más importante.

Hace veinte meses perdimos las elecciones generales por una diferencia de 3.7 puntos. Hoy, a pesar de los muchos pesares, estamos claramente por encima del PSOE en todos los estudios sociológicos. No entraré en detalles. Pero ayer mismo el CIS nos daba el mejor resultado desde que el PSOE accedió al poder en 2004. Insisto, no entraré en más detalles pero sí me gustaría dejar clara una idea.

Es inaceptable que algún militante de nuestro partido pueda afirmar que no somos alternativa. Yo digo que sí somos alternativa, la única. Somos el partido con más intención de voto de toda España y digo más: esa alternativa es hoy más necesaria que nunca.

Los datos que hoy hemos conocido de la evolución del paro registrado creo que ratifican sin lugar a dudas esta afirmación. De la misma manera que afirmo esto quiero también dejar claro que es desleal colaborar, conscientemente o no, por razones que no son ideológicas o programáticas, sino de otra índole, a debilitar esa alternativa. Hay quienes lo hacen porque no quieren al PP, están en su derecho, pero quienes no tienen ese derecho son los dirigentes del PP. Todos conocéis los motivos de esta reunión. Hemos vivido una situación inadmisible, sobre todo en las últimas fechas y eso me obligó a convocar este comité ejecutivo el pasado jueves. La situación es grave, no la devalúo por más que algunos asuntos hayan quedado resueltos, como sabemos todos. Voy a deciros lo que en mi opinión es inadmisible y por tanto no se puede volver a repetir nunca. Insisto, nunca. Es inadmisible hacer declaraciones públicas sobre asuntos que son internos del partido. Es todavía más inadmisible si eso va acompañado de una crítica a otros dirigentes, sean quienes sean -un cargo público, un cargo del partido o una dirección regional o nacional en su conjunto-. Esto ha ocurrido en los últimos tiempos, pero también antes. En algunas ocasiones con más virulencia que en otras. En Madrid, pero no sólo en Madrid.Las cosas que haya que decir se dicen en los órganos del partido. Esto constituye una regla de juego básica y todo el mundo lo sabe. Y todo el mundo sabe también que si todos actuáramos como han hecho algunos, le haríamos un flaco favor a España y al Partido Popular. Es inadmisible que se presione públicamente a órganos del partido, como puede ser el comité nacional de derechos y garantías o la propia dirección nacional. Es inadmisible que se fuerce a cargos del partido o a representantes del mismo en instituciones públicas para que firmen documentos exigiendo lo que sea, al comité nacional de derechos y garantías o a la propia dirección nacional, a la que luego llegan las quejas.
Creo que esto lo entiende todo el mundo. Todo el mundo entiende que ese es un juego muy peligroso y que a la mayoría ni se le ocurre hacerlo por razones de responsabilidad. Es inadmisible que se haga caso omiso a las instrucciones directas y claras de la dirección nacional del partido. Como todo el mundo sabe, estas instrucciones no se transmiten todos los días, porque la dirección nacional sólo interviene cuando cree que el interés general está en juego. Es inadmisible también que no se cumplan los compromisos adquiridos o que se haga primar el interés particular o personal sobre el interés superior del partido.

Queridos amigos. Todo esto es inadmisible porque representa una trasgresión de los estatutos, una quiebra de la lealtad a los compañeros de partido y un daño objetivo para el Partido Popular. Lesiona nuestra imagen, estorba nuestro proyecto, indigna a nuestros militantes, desconcierta a la opinión pública y desanima al electorado.

En suma, perjudica a nuestro partido y debilita la alternativa. No puedo aceptar que nadie diga que no somos capaces de gobernarnos a nosotros mismos y por tanto no podemos gobernar España. Ni puedo, ni podemos aceptarlo ninguno de los aquí presentes. Si algunos se preguntan cuando será la próxima yo le respondo con toda claridad: no habrá próxima.

Amigas y amigos. La corrupción también es inadmisible. Algo que, como hemos tenido ocasión de ver en los últimos tiempos, afecta a todos. A mí, como es lógico, lo que más me ocupa es lo que pueda suceder en mi partido. Nadie que se haya manchado puede formar parte de nuestro partido. Más claro no puedo ser. Y con la misma contundencia con que afirmo esto, digo que en el tratamiento de estas cuestiones hay que actuar con la mayor responsabilidad y prudencia para evitar la injusticia y la arbitrariedad. Y esto que digo hoy aquí cobra mayor relevancia después de lo que hemos visto en estos últimos tiempos, en los que muchos militantes del partido vieron como su nombre se ponía en tela de juicio sin que hubiera ninguna razón para ello.

A nadie se nos olvidan los juicios paralelos, ni la actuación de algún instructor o la parcialidad evidente de algunos miembros de la Fiscalía. Creo que hemos respondido con equilibrio. Hemos dado soluciones diferentes a casos diferentes, no todos los comportamientos son iguales. Muchos de los que estáis aquí habéis tenido que administrar situaciones similares y sabéis que hay que ponderar muchas cosas para acertar en la reacción.

Quiero dar las gracias a muchos compañeros de nuestro partido que han sabido dar un paso atrás, aun afirmando su inocencia, y que lo han hecho para defender ese bien superior que es el interés general del partido.

Queridos amigos. La corrupción me preocupa. Los españoles tienen derecho a exigirnos limpieza y transparencia. La corrupción puede estar en la condición humana pero debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para evitarla y combatirla. Primero eligiendo bien a los cargos públicos y luego aumentando el nivel de exigencia y si es preciso modificando la legislación. Yo le doy a este asunto la mayor importancia. Quiero anunciaros que traeré al próximo Comité Ejecutivo una propuesta para que nos dotemos de un Código de Buenas Prácticas en el Partido Popular y también voy a proponer a la sociedad española y al conjunto de partidos políticos un gran pacto por la transparencia y contra la corrupción. Las reformas legales las concretaremos en la reunión de la intermunicipal, que celebraremos este mismo mes de noviembre.

Queridos amigos. Insisto, os he dicho que lo que ha ocurrido estos días es muy serio y no se puede volver a repetir. El Partido Popular es un partido nacional y nunca va a renunciar a serlo. No somos un partido federal, ni mucho menos un reino de taifas. Hacemos política en nuestros distintos ámbitos de actuación, pero hay una posición nacional común a todos. El interés general y la vocación de partido nacional son nuestros principales valores y nuestra seña de identidad en todos los lugares de España.

El PP tiene una dirección nacional, la que han elegido los militantes, cuya actuación se rige por lo que dicen los estatutos de nuestro partido. Estatutos que todos debemos respetar. En los estatutos se fija lo que compete al presidente, en particular toda coordinar toda la acción política del partido, lo que es propio del Comité Ejecutivo, que entre otras funciones tiene la de definir la estrategia general del partido y también lo que corresponde al Comité Electoral Nacional, que, entre otras aprueba las candidaturas a presentar en las elecciones legislativas y autonómicas y en las municipales de capitales de provincia. También se establecen los derechos y las obligaciones de los militantes. Mi obligación como presidente del partido es velar por que los estatutos se cumplan y la de todos, ajustarnos a lo que establecen. Quiero deciros con toda claridad que cumpliré con mi obligación y os pido a todos que también lo hagáis.

El nuestro es un gran partido. Yo estoy orgulloso de formar parte de él. El Partido Popular es el mayor de España, el que tiene más militantes. Es un partido que gobierna en muchas instituciones.

Hemos pasado por dificultades pero estamos aquí. Tenemos una militancia ejemplar. Hemos ganado elecciones y debates parlamentarios. Vamos por delante en las encuestas, Somos la alternativa que precisa España. Pero para que esa alternativa triunfe y genere cada vez más confianza nuestro partido debe ser percibido como una fuerza nacional, unida y limpia. Quiero dejar claro que yo voy a actuar para que así sea, para que no se repitan acontecimientos indeseables, para que el partido esté unido y para que las reglas de juego se cumplan.

Seguiré ejerciendo las tareas de dirección con la misma independencia con que lo he hecho hasta ahora, sin aceptar presiones de nadie. Sólo me condiciona ser fiel a nuestros principios, a nuestras convicciones y al interés general de los españoles.

Es la obligación que me habéis impuesto al elegirme presidente del partido. Y yo voy a estar a la altura de esa responsabilidad. Si tengo que actuar con contundencia lo haré porque eso es lo que nos reclaman nuestros militantes, nuestros concejales, nuestros alcaldes, nuestros votantes y el conjunto de la sociedad española.

Espero hacerlo con vuestro apoyo