Varios jóvenes, vestidos con ropa de colores rojo y azul, hicieron “fiesta” en la entrada principal de los Tribunales de Goicoechea.
Los muchachos explotaron en júbilo cada vez que ingresaba algunos de los acusados, especialmente el expresidente Rafael Ángel Calderón Fournier, a quien vitorearon ruidosamente al entrar y al salir de la sala de debates.
“Se oye, se siente, Calderón es inocente...”, gritaban ondeando banderas del Partido Unidad Social Cristiano (PUSC).
También se emocionaron cuando llegó el expresidente de
Los muchachos se apostaron en las gradas de la entrada principal y, aunque mantuvieron el orden, las cosas cambiaron cuando llegó el exmandatario Calderón Fournier.
Algunos intentaron acompañarlo hasta la sala de juicio, en el tercer piso, lo que obligó a varios vigilantes, la mayoría fornidos, a intervenir enérgicamente
Hubo empujones y fuertes epítetos, pero las cosas no pasaron a más. La mayoría eran hombres, aunque también acudieron algunas mujeres.
Otros simpatizantes de Calderón Fournier lo esperaron en la acera para, con palmaditas en la espalda, darle apoyo incondicional.
“No se preocupe, no se rinda, siga para adelante”, le dijo una mujer que se abrió paso a empujones.
No se cansaron de vitorear a Calderón. El exmandatario, su esposa, Gloria Bejarano, y sus hijos Rafael y Gloria visitaron —tras la sentencia— la basílica de