Hace tres años, los estudiantes y los jóvenes, iniciaron una protesta cívica por la justicia y la libertad, la que fue reprimida brutalmente por la dictadura de Ortega con un saldo de 300 muertos y miles de víctimas, estando sumido desde entonces el país en una crisis política y humanitaria, sin precedentes en nuestra historia.

En Nicaragua, no tenemos democracia ni pluralismo ni estado de derecho, aún así el pueblo sigue en su valiente lucha, y trata de lograr condiciones para que las elecciones generales previstas para noviembre próximo sean libres y honestas, encontrándose sin embargo con la cerrazón y escalada del gobierno para evitar que la voluntad del pueblo se exprese libremente, y pueda cambiar cívicamente la dictadura por una democracia.

Como miembros a nivel internacional de la Organización Demócrata Cristiana de América, ODCA, y de la Internacional Demócrata Cristiana, IDC-CDI, Voluntad Humanista Social Cristiana, hace un llamado vehemente a todos los gobiernos y organismos multilaterales del mundo, a que aumenten su solidaridad con el pueblo nicaragüense, y presionen a la dictadura a cesar su represión, y hacer una apertura democrática que posibilite por medio del voto libre, el sufragio universal, el cambio del destino de nuestra Patria hacia un mejor futuro.