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CHILE | ESTADO REGIONALIZADO: DESAFÍO CONSTITUCIONAL; POR MANUEL GALLARDO, PRESIDENTE JDC

Noticiero Demócrata Cristiano |

La pandemia producida por el COVID-19 no sólo ha traído consigo una crisis sanitaria brutal y una crisis económica que le costará al país más de una década de recuperación, sino que también ha venido a reforzar, la necesidad de un necesario empoderamiento de las regiones, ¿Porqué? Nuestra región es, nuevamente, el mejor ejemplo: una cuarentena con malos resultados, pymes y el rubro turístico prácticamente quebrado, y una rebelión en ciernes de todo el comercio gastronómico de la capital regional, han demostrado que, desde una oficina en la Moneda, se hace imposible administrar la pandemia para nuestra región. 

Lo anterior, es el diagnóstico, ¿la propuesta? Un Estado Regionalizado, ¿cuándo? Aprovechemos el proceso constituyente. 

Partamos por lo segundo. En el órgano constitucional se discutirán las nuevas reglas de los próximos 50 años, y es así donde el fortalecimiento de las regiones, debiese ser prioridad número uno de nosotros, los regionalistas, y especialmente de las y los magallánicos. 

Ya conociendo el momento, cabe detallar ¿qué significaría para Chile un Estado Regionalizado?. La elección de gobernadores regionales, sin duda alguna constituye un hito relevante en ir fortaleciendo el rol de las regiones en la toma decisiones, pero en ningún caso es suficiente. 

Posibilidad de impuestos regionales, instauración de mecanismos de democracias participativas y deliberativas a nivel regional, mayores niveles de autonomía presupuestaria, decisiones vinculantes para la inversión y el desarrollo regional. En resumen, no sólo descentralizar, sino que también desconcentrar el poder respecto de Santiago. 

Pues acaso, ¿no serían distintos los resultados de la pandemia en Magallanes, habiendo tomado decisiones con mayor criterio regional?, ¿De qué sirven los equipos de trabajo regionales, si sólo ejecutan órdenes ejecutadas desde la Alameda de Santiago?. La falta de respecto, tacto y empatía con nuestra región ha sido absoluta, Magallanes parece olvidado y reducido por las autoridades nacionales a un “caso perdido” dentro de los problemas que tiene hoy el país. 

Por eso, es que es de suma relevancia que aprendamos de esta dolorosa lección, y que dimensionemos la posibilidad histórica que tenemos, de convencer a todo el país, que mayor poder para las regiones es parte de la construcción de una patria más amable con sus ciudadanos y ciudadanas, y que la vieja receta de las decisiones centralizadas, sólo trae consigo desesperación y desamparo, de las víctimas de esas malas decisiones. 

¡Proceso constituyente, Estado regionales, Magallanes protagonista!