La revisión del llamado Reglamento de doble uso tiene como objetivo evitar que productos como algunos sistemas de reconocimiento facial, diversos sensores y láseres, máquinas herramienta y equipos de fabricación de productos químicos se utilicen con fines opresivos o sirvan para la creación de armas de destrucción masiva. El Grupo EPP ha abogado especialmente por que los nuevos requisitos no creen una carga adicional para las empresas europeas.

“Al definir criterios claros sobre cómo exportar artículos de doble uso, reforzaremos los controles de los productos con mayores riesgos para los derechos humanos sin crear trámites burocráticos innecesarios para las empresas europeas”, dijo el eurodiputado Sven Simon, quien negoció la nueva ley en nombre de el Grupo EPP.

La regulación de los elementos de la cibervigilancia a nivel de la UE y la mejora de la transparencia en las decisiones de concesión de licencias fueron un punto clave de las negociaciones. “Las empresas que ofrezcan algunas de estas herramientas, como dispositivos para interceptar teléfonos móviles o piratear computadoras, deberán obtener una licencia de exportación específica. Como hemos visto recientemente en Bielorrusia, estas tecnologías a menudo se desvían contra las personas y deben controlarse mejor ”, dijo Simon.

Los elementos utilizados para aplicaciones puramente comerciales, como teléfonos móviles con reconocimiento de datos biométricos, no están incluidos en el alcance. El Informe también introducirá controles más estrictos de tecnologías emergentes como la computación cuántica, los equipos satelitales o la inteligencia artificial, con relevancia para las aplicaciones militares.

“El Grupo EPP fue el único grupo que defendió la necesidad de evitar cargas y costes innecesarios para miles de empresas europeas que se ocupan de productos de doble uso. Hemos simplificado los procesos de exportación, armonizado la duración de las licencias otorgadas a los artículos y definido claramente qué tecnologías estarán sujetas a control o no. Además, hemos presionado para armonizar los estándares existentes en Europa, por ejemplo, introduciendo sanciones similares por incumplimiento, junto con una mayor transparencia de las decisiones de control de exportaciones de las autoridades nacionales ”, concluyó Simon.

El acuerdo informal de hoy entre los negociadores aún debe ser validado por el Parlamento y el Consejo.