Le hacemos un llamado respetuoso pero certero, al Presidente de la República, para que acepte la mediación de la Conferencia Episcopal y escuche el malestar de los ciudadanos con el respeto que ellos se merecen y con el compromiso de encontrar soluciones conjuntas.

Costa Rica es un país de paz, de respeto y de cultura cívica. Sin embargo esto peligra si el Poder Ejecutivo no lidera con sabiduría y con anuencia para escuchar a las diferentes voces que con justa razón se encuentran angustiadas por la propuesta de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que impulsa de manera unilateral el Gobierno.

La Presidencia de la República tiene el poder suficiente para que se atiendan las principales demandas de la ciudadanía para apaciguar los ánimos y recuperar la paz social en nuestro país. 

Es hora de que el Poder Ejecutivo tome con seriedad el malestar ciudadano y abandone la arrogancia con la que se ha rehusado a actuar ante las diferentes soluciones que ha planteado nuestra bancada y los diferentes sectores del país.