El sabio Salomón dijo que todo tiene su tiempo, y que todo bajo el cielo tiene su hora.
Para los nicaragüenses es tiempo de unidad. Debemos unirnos para demostrar primero nuestro amor por la Patria. Debemos unirnos para garantizar que nuestras futuras generaciones vivan en Paz, Libres y logrando su propia realización de acuerdo con el legado que fuimos capaces de entregarles.
Es tiempo de aprender las lecciones de la inequívoca Historia, de los buenos ejemplos de los pueblos hermanos; como ejemplo, Venezuela.
Es tiempo de Unidad para aquellos compatriotas que por singulares circunstancias se encuentran hoy abanderando causas contrarias a las del Pueblo, algunos quizás obligados a hacerlo, producto de decisiones arbitrarias y erróneas.
Es tiempo de juntar los dispersos vigores y las encallecidas manos de todos quienes empuñamos las astas de las banderas de la Paz, la dignidad y la Justicia.
Es tiempo de unidad para demostrar al mundo que estamos decididos a hacer trascender nuestra indivisible nación a mejores niveles de desarrollo. Es tiempo de unidad para sembrar los campos con la semilla del Pan y el Saber. Para construir puentes, escuelas y carreteras y que no dejar espacio para la guerra, el atraso, la pobreza y la intransigencia.
El vigor y la Gloria que poéticamente define nuestra patriótica naturaleza son brasas que mantienen encendida la llama de la antorcha que alumbra la esperanza de todos los nicaragüenses: la Unidad. Es tiempo de unidad.
Dios Salve y Bendiga a Nicaragua.
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