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OPINION | CRECE DEBATE POR CANAL INTEROCEÁNICO EN NICARAGUA, POR JOSE DAVILA MEMBREÑO

Editor Noticiero DC |

China Continental, una potencia mundial con aspiraciones hegemónicas globales, ha puesto sus ojos en Nicaragua, por medio de un consorcio privado, HKND (Hong Kong Nicaragua Canal Development Investment Co., Limited), para construir un canal interoceánico, que este mismo consorcio ha llamado “una obra única en la historia de la humanidad”.
El consorcio HKND ha sido creado por el empresario chino Wang Jin, hombre de negocios con relaciones con supuestos múltiples consorcios financieros, con el objetivo específico de la construcción de este canal interoceánico.
La primera pregunta que surge es ¿Por qué China o sus empresarios se han fijado en el segundo país más atrasado de América Latina, después de Haití, para construir ese mega obra de infraestructura?

Todo se remonta a la aprobación el 3 de julio de 2012 de la LEY DEL RÉGIMEN JURÍDICO DE EL GRAN CANAL INTEROCEÁNICO DE NICARAGUA Y DE CREACIÓN DE LA AUTORIDAD DE EL GRAN CANAL INTEROCEÁNICO DE
NICARAGUA, Ley del Canal, Ley 800, aprobada solamente por los 63 diputados del partido de gobierno, FSLN, de 92 representantes en total en el Parlamento Nicaragüense.
No se buscó el consenso nacional, mucho menos hubo comunicación con los estados centroamericanos por el tema de la integración regional, tampoco hubo consulta popular por medio de Plebiscito o Referéndum como está contemplado en la Constitución de la República de Nicaragua, ni hubo la participación ciudadana y debate que están planteados en la amplia Ley de Participación Ciudadana que existe en Nicaragua, ley 192.
En esencia se trata de la concesión del territorio nicaragüense a esto consorcio chino durante 50 años, con otros 50 años prorrogables, al final del cual dicho canal pasaría a ser propiedad de Nicaragua, 100 años después.
La crítica ha caído en este proyecto por considerar que fue demasiado favorable a los empresarios chinos, en cuanto a sus derechos soberanos de disponer de la mano de obra, expropiación de tierras, contratación de hasta 50.000 chinos para la obra, y hasta con el compromiso del gobierno de Nicaragua de que sus reservas monetarias en el Banco Central puedan ser usadas en situación de emergencia financiara.
En su inicio los concesionarios hablaron de que el costo total de la obra sería de 40 mil millones de dólares, pero ya este año 2014 hablan de que será de 50 mil millones de dólares, capital que han afirmado vendrá de múltiples inversionistas privados de todo el mundo, gobiernos y corporaciones privadas de inversión.
A esta fecha el consorcio HKND, no ha mencionado el nombre de uno solo de los potenciales inversionistas para financiar la construcción del canal. El gran capital nicaragüense que no está comprometido en el financiamiento del canal, concuerda con la construcción del mismo ante la expectativa de participar en subproyectos y trabajos del canal, que le produzcan réditos económicos o beneficios colaterales para sus empresas.
Las primeras protestas relativamente masivas surgieron luego de la consulta informativa que hicieron personal chino protegidos por el ejército de Nicaragua a los pobladores  de la ruta donde pasaría el canal, para informarles que sus tierras serán expropiadas y recibirán indemnizaciones justas. Los pobladores no quieren deshacerse de sus tierras.
Unas 12 protestas en distintos puntos por donde pasaré el canal, realizadas en octubre-noviembre del presente año, acrecentaron la polémica de la construcción del canal mismo, y organizaciones medioambientalistas pero también las Iglesias, han reclamado más información y transparencia sobre la construcción de dicha obra.
Y es que se trata de abrir cauces en cerca de 200 kilómetros desde la costa del Atlántico Sur de Nicaragua hasta el Lago de Nicaragua, y del borde oeste del Lago otro cauce de unos 100 kilómetros hasta la costa del océano Pacífico; dichos cauces tendrían un ancho hasta de 300 metros en algunos lugares, cauces que unirían el Lago de Nicaragua con los dos océanos que rodean este país.
Hablan los empresarios chinos de que por este canal pasarán barcos tres veces más grandes de los que pasan por el canal de Panamá, barcos, que afirmaron, se encuentran en su fase de estudios y diseños.
Los daños ambientales, culturales, en poblaciones cercanas al lago, sobre la biodiversidad de las peces del agua y de pájaros en el borde del lago, y sobre el agua misma del Lago, que es de agua dulce, pero recibiría las aguas saladas de los océanos, ya han sido advertidos por múltiples  organizaciones ambientalistas, pero los concesionarios no se ha referido a este tema todavía, pues en dos años no han hecho más que prometer estudios científicos internacionales para medir esos impactos del canal en la naturaleza de Nicaragua.
En la presentación que hicieron la semana pasada los concesionarios, de nuevo no presentaron los prometidos estudios sobre el impacto sobre todo en el Lago, que es una reserva de agua potable para toda Centroamérica. Fue una especie de Show mediático de cerca de seis horas, informando sobre las supuestas bondades y beneficios que traería ese canal a Nicaragua.
Anunciaron sin embargo que las obras del canal se iniciarán el próximo 22 de diciembre, con el inicio de unas carreteras  y albergues para los primeros obreros; esas carreteras permitirán el paso de la maquinaria que viene a hacer los cauces, ya que actualmente no puede la infraestructura costeña de Nicaragua con la movilización de unas 4.000 piezas de equipos, algunos de los cuales pesan hasta 600 toneladas.
De nuevo distintos sectores han levantado su voz para exigir que no comiencen las obras mientras no estén los estudios de impacto medioambiental de dicho megaproyecto, estudios para lo que fueron destinados los primeros 2 mil millones de dólares del total de costo, estudios que supuestamente siguen en elaboración.
La misma esposa de Daniel Ortega, Rosario Murillo, ha dicho que es mejor no hablar de fechas de inicio de esta mega obra.
En general para la sociedad nicaragüense esta noticia del canal es el anuncio de una especie de fantasía, que supuestamente convertirá a Nicaragua en país del primer mundo, aunque para otros es un negocio multimillonario de unos pocos, incluido el gobierno de Nicaragua, y que eso no llegará a ser una realidad.
Para los simpatizantes del gobierno es un sueño que será realidad, pero para los opositores es una traición la entrega de la soberanía nacional, bandera que esgrimiera el héroe nacional Augusto César Sandino, en su gesta nacionalista de los años 30 del siglo pasado, que se opuso al tratado que se había hecho con los Estados Unidos para la construcción de un canal interoceánico por Nicaragua a través del Río San Juan, que separa a Nicaragua de Costa Rica.
Este “canal chino” como lo llaman popularmente los nicaragüenses, estaría previsto a terminarse en el año 2020, pero muchos dudan de esa fecha.
¿Será una realidad este canal interoceánico por Nicaragua, uniendo ambos océanos por medio de su Lago, que si bien no ha sido explotado turísticamente, es una fuente futura y segura para un turismo ecológico? Esta es una pregunta, cuya respuesta tiene divididos a los nicaragüenses.
También no hay respuesta clara a si tras este megaproyecto está el estado chino como tal, o es sólo iniciativa  de empresarios chinos que se han adherido a la globalización económica, y ofrecen a las empresas trasnacionales del comercio y el transporte mundiales una alternativa frente al canal de Panamá.
Un canal de esta naturaleza respaldado por China Continental como estado, sería una importante palanca de su geopolítica mundial en la cercanía física de los propios Estados Unidos.
Entretanto Rusia ya ha hecho un acuerdo con China de cooperar en la construcción del canal, probablemente con la presencia de soldados rusos vigilando el trabajo de construcción, ello en un acuerdo amplio que ya existe entre Rusia y Nicaragua para poder hacer uso del territorio nicaragüense para fines de movilizaciones militares rusas y reabastecimiento de sus naves, en América Latina y El Caribe.
¿Será entonces que Nicaragua y Centroamérica pasan por medio de la construcción del canal interoceánico a constituirse en un importante elemento para el reacomodo de las potencias mundiales en un nuevo tablero planetario para las próximas décadas?
Pregunta con respuesta difícil para un pueblo que como el de Nicaragua se sigue debatiendo en la pobreza, que sufre de limitaciones en sus libertades públicas por parte de un gobierno con rasgos autoritarios, y trata de entender finalmente de qué se trata esto de la construcción de este canal interoceánico por su territorio.

Por José Dávila Membreño, dirigentes socialcristiano nicaragüense, ex Director del INCEP