En momentos en que la contienda electoral por la presidencia transcurre casi que por inercia y se reduce a trivialidades y preocupaciones superficiales de forma más que de fondo, y ante el no poco importante anuncio del gobierno nacional sobre la inminente firma del TLC con la Unión Europea, es el Partido Conservador el que, fundamentado en su coherencia y celoso respaldo de los intereses nacionales, manifiesta firmemente su oposición a tal intención inmediatista e inconveniente, que afectaría diversos sectores y con mucha gravedad al de los lecheros Colombianos de llegar a firmarse en las condiciones actuales.

Y quien mejor sino nuestro electo senador y actual representante a la cámara Carlos Ramiro Chávarro, Presidente de la Comisión III a cargo de los asuntos económicos, para llevar la vocería de ésta intención de alto nivel. Alguien que conoce personalmente el sector ganadero y lechero del país desde su menor estructura artesanal y hasta los modernos procesos actuales que paso a paso él mismo ha sabido promover y apoyar con grandes e irrepetibles esfuerzos que ahora se ven en la cuerda floja.

Por supuesto que los tratados de libre comercio son fundamentales y necesarios, sin embargo, es por eso mismo que no deben concretarse en condiciones de apuro e improvisación, sino todo lo contrario, deben afianzarse en exhaustivos análisis y estimaciones correctas.

Tampoco se trata de una terca oposición al gobierno, como en otras oportunidades ha sido ejercida por otras tendencias con agenda camuflada de politiquería. Se está hablando de cifras concretas, tales como comparar 91‘300 millones de euros que respaldan y subsidian programáticamente el mercado lechero europeo, siendo un 27% de la exportación mundial, contra 400 mil familias lecheras y ganaderas Colombianas que dependen de tantas variables que aún se requieren estabilizar localmente.

Es apenas obvio concluir que, la situación merece superar el equilibrio primero de todos los aspectos que protejan nuestra producción nacional, que tampoco sea un proteccionismo malsano, y que incluya la supervisión eficaz para que el mercado hacia el consumidor Colombiano también se vea favorecido por las diferentes fluctuaciones financieras e inherentes a las dinámicas en cada nivel o extremo de la cadena comercial.

Y esto ya no será algo que pueda comprometer el actual gobierno saliente, indispensable es que lo asuma como compromiso prioritario el nuevo gobierno, que además, dicho sea de paso, será el que podamos definir votando este 30 de Mayo por la candidata de nuestra noble causa conservadora: Noemí Sanín.