Silvio Berlusconi, primer ministro italiano, fue agredido ayer en Milán al término de un mitin celebrado en la plaza del Duomo. El agresor, un hombre de 42 años llamado Massimo Tartaglia y sin antecedentes penales, lanzó un objeto metálico contra Berlusconi cuando este saludaba a sus seguidores y estaba a punto de entrar en el coche oficial para abandonar la plaza.
Internado en policlínico
En una primera versión de los hechos se había señalado que Berlusconi había recibido un puñetazo, aunque finalmente ha cobrado fuerza la versión de que habría sido alcanzado por un objeto contundente lanzado por el agresor, quien llevaba diez años recibiendo tratamiento psiquiátrico en el hospital Policlínico de Milán, según informan varias agencias.
El primer ministro, sangrando copiosamente por la boca y con la expresión desencajada, fue metido en un primer momento en el vehículo por sus escoltas mientras el agresor era detenido. Luego volvió a salir del coche y se puso de pie en el estribo buscando con la mirada al agresor, quizá para asegurar a sus seguidores que estaba bien.
Algunas agencias han informado de que la multitud intentó linchar al agresor. Berlusconi ha sido trasladado al hospital San Rafael, donde se le han realizado pruebas médicas. Las primeras noticias señalan que el primer ministro tiene dos dientes afectados por la agresión y algunos cortes en la cara, y que pasará las próximas 24 horas en observación.
Condena general
Todas las fuerzas políticas han condenado de inmediato el ataque, que el líder de
La cita de Berlusconi con los milaneses se había anunciado como un baño de masas de reparación al primer ministro por la complicada situación, política y privada que atraviesa desde hace meses. En la plaza del Duomo, el Pueblo de
Insulto a contramanifestantes
Berlusconi comenzó su discurso bromeando, diciendo que su ministro le había tendido una emboscada porque le había montado un mitin con el que no contaba. Tras lanzar las primeras críticas a la oposición, a la que calificó como “fábrica de envidia y de odio” y como “una izquierda impregnada de valores marxistas”,
Berlusconi se dirigió, bastante tenso, hacia algunos asistentes que protestaban llamándole “ladrón” “bufón” y recordándole sus procesos judiciales.
Se rompe la derecha
Hartos. El notorio hartazgo mutuo en la pareja Fini-Berlusconi parece, en todo caso, a punto de pasar a mayores. Fini rechaza su “continua demolición” de las instituciones, y Berlusconi no soporta las críticas de su supuesto delfín, al que llama “presunto amigo”.
Oposición creará frente contra Berlusconi
El líder democristiano Pier Ferdinando Casini lanzó ayer en público una idea que se viene fraguando en la sombra desde hace semanas: un “frente democrático” que se oponga a Silvio Berlusconi en caso de que el primer ministro decida romper la baraja y acudir de nuevo a las urnas en busca de legitimidad. O incluso antes, si el primer ministro, cada día más agobiado por sus causas judiciales, insiste en llevar adelante su plan y la reforma en solitario de
Casini advirtió que si Berlusconi sigue en sus trece y “utiliza los problemas judiciales para convertir la democracia en monarquía atacando al presidente y a
La sorpresa sería una “alianza republicana” de salvación nacional. Toda la oposición, unida en un frente anti-Berlusconi. Algo pocas veces visto en Italia.