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HONDURAS. Hondureños esperan que elecciones cierren el calvario de la crisis

Editor Noticiero DC |

Tras soportar cinco meses de crisis política, los hondureños se encuentran divididos sobre si las elecciones del domingo servirán para solventar el problema y llevar la anhelada paz a su país.

Para Merlin Martínez, una pobladora de una zona paupérrima de Tegucigalpa, tras las elecciones las cosas "volverán a la normalidad", ya que a su juicio los hondureños se "conformarán y aceptarán la realidad" de que hay un nuevo gobernante.

Martínez, que dijo laborar en una oficina, comentó que teme que pueda haber algunos actos de violencia aislada el día de los comicios, pero que los opositores a las elecciones no podrán hacer más cosas después del domingo.

Pero Donatilo Suazo, un vendedor ocasional en la plaza central de Tegucigalpa, opina distinto y señala que los seguidores del derrocado presidente Manuel Zelaya se mantendrán en la lucha después del domingo y buscarán impugnar los comicios y no reconocerán a las nuevas autoridades que emerjan de las elecciones generales.

Suazo dijo que Zelaya y su movimiento tienen el apoyo internacional y que los golpistas, término con que se refiere al gobierno de facto del presidente Roberto Micheletti, los partidos y candidatos que participarán en las elecciones, así como a los militares, se encuentran aislados.

Las visiones de estos dos hondureños se reproducen por miles en la población hondureña que ha sido testigo de la división de la sociedad entre los dos grupos.

Pero a pesar de la confrontación entre los dos sectores, los hondureños poco a poco van insertándose en el proceso electoral del domingo.

Y prueba de ello es que los partidos políticos tradicionales, el oficialista Liberal y el opositor Nacional, lograron movilizar decenas de miles de personas el fin de semana en el cierre de sus campañas electorales.

Los dos principales candidatos presidenciales, el liberal Elvin Santos y el nacionalista Porfirio Lobo Sosa, realizaron un maratón de mitines y encuentros en las principales regiones del país.

Además del Liberal y el Nacional, participarán en las elecciones del domingo el partido Demócrata Cristiano, que postula al ex sindicalista Felicito Avila, el socialdemócrata Pinu, que nominó a Bernard Martínez, el primer aspirante presidencial afrohondureño, y el izquierdista Unificación Demcorática, que tiene como aspirante presidencial a César Ham.

Incluso los afiches han inundado las vías públicas y los centros de información de los partidos han aparecido esta semana por todas las ciudades del país, perdiendo el temor a los seguidores de Zelaya que habían amenazado con desmantelarlos para boicotear los comicios.

Igualmente aparecen las caravanas de vehículos de los políticos como manifestación de propaganda. Mientras, los seguidores de Zelaya aparecen divididos, ya que un grupo de su partido Liberal optó por participar en las elecciones, así como el izquierdista partido Unificación Democrática (UD) votó por tomar parte de las elecciones, abandonando su posición mostrada en los últimos cuatro meses que no participarían en los mismos si no restituían a Zelaya.

Las recriminaciones entre los que apoyan el boicot y los zelayistas que participan en los comicios ha escalado, a tal grado que los miembros de la UD son acusados de "traidores" por "legitimar la farsa electoral".

El zelayista Frente Nacional de Resistencia al Golpe de Estado deploró el "doble discurso de quienes asumieron la responsabilidad de acompañar el movimiento de Resistencia Nacional en su desconocimiento activo del proceso electoral y que hoy se prestan a participar en él, validando de esta manera el Golpe de Estado y la continuación de la dictadura que hoy encabeza Micheletti, pero que mañana será asumida por otro testaferro de la oligarquía".

Pero para la candidata a dipuitada por la UD, María Luisa Borjas, "el proceso (electoral) ya está legitimado... La comunidad internacional primero era medidadora, después fueron simples observadores y ahora nos han dejado solos, entonces, a la larga va a terminar reconociendo los resultados de este proceso".

Mientras tanto, el tiempo corre y los hondureños se acercan a las elecciones más polémicas de su historia, con la esperanza de Martínez de que todo volvera a la normalidad y solo quedarán protestanto un reducido grupo de zelayistas, mientras Suazo considera que después del domingo comienza la verdadera lucha para derrocar a los sucesores de Micheletti y completar el proceso promovido por Zelaya, que es "refundar Honduras" a través de una asamblea constituyente que redacte una nueva Constitución política.